Los retos de Bill de Blasio con la muerte de Eric Garner

Los neoyorquinos saben que Bill de Blasio es un gobernante demócrata con visión y principios progresistas. Todos entienden que el alcalde quiere lo mejor para todos en materia de respeto a los derechos civiles, educación, salud y economía. Es…

Los neoyorquinos saben que Bill de Blasio es un gobernante demócrata con visión y principios progresistas. Todos entienden que el alcalde quiere lo mejor para todos en materia de respeto a los derechos civiles, educación, salud y economía. Es por ello que la bien difícil tarea de enfrentar y disminuir las desigualdades sociales está en el centro de sus preocupaciones y actuaciones.
No son pocos los desafíos que en materia de desigualdad, criminalidad y respeto a los derechos humanos encara hoy la ciudad de ocho millones de habitantes. Y uno de ellos es sin lugar a dudas la actuación más armoniosa posible de la Policía de Nueva York, en cumplimiento de su compromiso de preservar el orden, frente a los grupos minoritarios, en particular frente a los afroamericanos y los latinos.

El caso Eric Garner, el afroamericano vendedor de cigarrillos ilegales que resultó muerto en New Jersey, obliga a la reflexión de los altos mandos policiales y a revisar su código de actuación. Víctima fatal del forcejeo violento con agentes policiales, utilizando reconocidos métodos de estrangulamiento al momento de su arresto, Garner es sólo uno de los mil 200 casos de llaves de estrangulamiento que ha registrado la Policía de Nueva York desde el año 2009.
Por tanto, el tema no es nuevo. Aplicar las llaves de estrangulamiento no es por pura casualidad ni producto de la improvisación. Es la resultante directa del entrenamiento rutinario a que están sometidos miles de agentes del orden en su noble como arriesgada tarea de perseguir el crimen y la delincuencia.

Con las evidencias que proporcionan los videos y apelando al examen científico del cuerpo sin vida, el médico forense ha diagnosticado como un homicidio la muerte de Eric Garner, un hombre de 39 años, obeso y asmático, padre de cinco niños. Es obvio que la intención de los agentes actuantes en el caso era solamente doblegarlo y reducirlo a prisión, jamás quitarle la vida. Y que quizás las circunstancias en que estaba Eric Garner con su problema asmático no fueran las mejores. El caso es que murió, resultó víctima del estrangulamiento y el abuso policial. De ahí que pudiera tratarse de un homicidio involuntario. Sin embargo, ni siquiera contra un delincuente peligroso se justifica el uso desmedido de la fuerza y mucho menos causarle la muerte. Peor aún en el caso de un civil desarmado, y ya bajo arresto por un delito menor.

Hay circunstancias en que la Policía tiene que enfrentarse a delincuentes armados, donde el uso de la fuerza es mandatorio. Sobre todo cuando son pandilleros, delincuentes armados, individuos peligrosos. Es obvio que no era ese el caso de Eric Garner. Si no hay una reforma policial integral que reeduque a los agentes, el tema será recurrente. Se impone una revisión a fondo, una reforma juiciosa que corrija y modernice los métodos policiales en muchos aspectos, sobre todo en aquellos casos específicos de civiles bajo arresto, desarmados, y envueltos en delitos menores. Con los recursos tecnológicos modernos a su alcance, la Policía de Nueva York no tiene por qué poner en juego la vida de nadie. Hacer una reforma policial que corrija esos métodos artesanales es la tarea pendiente y el desafío mayor de la nueva administración del alcalde Bill de Blasio.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas