Reforma laboral y el empleo informal

Es experto en Derecho del Trabajo, Washington Wandelpool R., explicó este lunes que el mercado laboral en la República Dominicana se caracteriza por el alto porcentaje de trabajadores ocupados en actividad laboral no regulada o empleo informal. Esta&#82

Es experto en Derecho del Trabajo, Washington Wandelpool R., explicó este lunes que el mercado laboral en la República Dominicana se caracteriza por el alto porcentaje de trabajadores ocupados en actividad laboral no regulada o empleo informal. Esta realidad crea vulnerabilidad social ante la ausencia total de políticas  tendentes a proveer seguridad social a estos sectores.

Indicó que en República Dominicana, de cada 100 ocupados, remunerados o no, que participan en la actividad económica, el 57.1% está inserto en el sector informal y el restante 42.9% en el formal, según informe del Banco Central.

“Lo anterior ha constituido justificación para el sector empresarial considerar la reforma laboral como la solución a reducir el empleo informal con la generación de empleos de calidad que, según sus argumentos, contribuirá a mejorar las condiciones de competitividad en los mercados internacionales”, resalta Wandelpool R. en un comunicado.

“Aceptamos el hecho de que la informalidad en el empleo crea impactos negativos sobre la productividad y la competitividad y que se hace necesario tener una visión integral a fin de reducir este flagelo. Lo que no compartimos es que esa visión pretenda ir en desmedro de la clase trabajadora, y que de entrada se proponga una reforma laboral que más que crear empleos formales, afectará los existentes, generando más informalidad en el empleo y aumentando el cinturón de pobreza”, agregó.

Dijo que con la reforma laboral no se reducirá la despreciable tasa de desempleo que oscila el 14.5% según datos oficiales, sino que se persigue flexibilizar los despidos, reduciendo las indemnizaciones. Por consiguiente habrá más cancelaciones de trabajadores y el Estado no tendrá la capacidad de responder a la demanda de empleo formal, lanzando a la informalidad a personas que poseían empleos estables. El trabajo informal es una especie de desempleo encubierto, generado por la incapacidad del segmento formal de generar su?cientes empleos.

En palabras de Eduardo Jorge Prats, experto en derecho constitucional, él sostiene: “no es haciendo más precarios los empleos formales como debe fomentarse el empleo digno; los costos que más inciden en la actividad empresarial no son los laborales sino los asociados a la energía eléctrica, al acceso al crédito y al capital, a la tributación y a las cargas parafiscales, y a los costos vinculados a la tramitología y a la corrupción” fin de la cita. Esos son los costos que el empresariado debería propugnar porque se reduzcan”.

Al parecer, algunos sectores empresariales subestiman la inteligencia del dominicano, tanto así que pretenden convencernos con panfletos e ilusiones, vendiéndonos la reforma laboral como la salvación; citamos:

“Queremos decirle al dominicano que dedica todos sus esfuerzos día a día en “echar pa´lante”, al que enciende sus esperanzas dedicando horas de trabajo arduo, al que cada vez que abre la puerta de su negocio pequeño o mediano lo hace con la fe de que cada mañana traerá algo mejor, a esos que imaginan un país con derechos y garantías para todos y que quieren cambios para que las cosas mejoren, que la reforma laboral lo hará posible”… Es lo que nos dice Díez Cabral, Presidente del Consejo de la Empresa Privada (CONEP).

La realidad es que como dijera (Bauman), somos más los “residuos” y las “vidas desperdiciadas” que los que tienen acceso a empleos dignos y a una vida digna. 

En síntesis, con la reforma laboral que se propone, se busca irresponsablemente desincentivar el empleo formal, procurando la inestabilidad laboral, falta de calidad del empleo y baja remuneración salarial; por tanto el trabajador no tendrá más opción que agenciarse un puesto de venta e intentar conseguir dignamente el sustento de su familia, situación que degenerará en un aumento de la delincuencia, prostitución, deserción de las escuelas y universidades e inseguridad ciudadana. 

La sociedad dominicana debe hacer énfasis en mantener vigente un Derecho del Trabajo que tutela al más débil, al trabajador, y que limita el poder del más fuerte, el empresario; como afirma Ferrajoli, citado por Eduardo Jorge Prats. Lo que necesitamos es más empleo formales, no más reforma.

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