El BNV, en ruta a su tercera misión: crédito exportación

Después de cuatro décadas operando como regulador y supervisor, ocho años como promotor, asegurador y banco de segundo piso, el BNV está en ruta a su tercera transformación, para ser un banco de apoyo al comercio exterior.

Después de cuatro décadas operando como regulador y supervisor, ocho años como promotor, asegurador y banco de segundo piso, el BNV está en ruta a su tercera transformación, para ser un banco de apoyo al comercio exterior.Nació en el 1962 como Banco Nacional de la Vivienda (BNV), modificada su razón social y función mediante la Ley 604, que lo convirtió en el Banco Nacional de Fomento de la Vivienda y la Producción, ahora se busca convertirlo en una especie de “Exinbank dominicano”. El Gobierno de Corea, en un estudio que realizó sobre las exportaciones dominicanas como parte de su programa de compartir conocimientos, determinó que el financiamiento al sector exportador, de menos del 2% de la cartera total, es uno de los principales problemas que afectan al sector.

Para esa nueva conversión, el banco necesita un nuevo impulso financiero, una capitalización con recursos líquidos, diferente a las anteriores, cuando se hizo con aportes estatales en tierra y cesión de cartera de préstamos.

El nuevo salto implicará otro cambio de nombre, el tercero en la vida del banco, cuya razón social, que data del año 1962, fue Banco Nacional de la Vivienda, un organismo creado para fomentar la creación de vivienda, en cuyo rol se mantuvo hasta que entró en vigencia la ley Monetaria y Financiera, a principio de la década pasada.

Con la Ley Monetaria y Financiera, las labores de regulador y supervisor de las asociaciones de ahorros y préstamos para la vivienda fueron traspasadas a la Junta Monetaria y la Superintendencia de Bancos, respectivamente. Quedó con las funciones de asegurador único de los créditos hipotecarios, prerrogativa que operó limitadamente, pero que a partir de la nueva Ley de Desarrollo del Mercado Hipotecario y Fideicomiso, perdió la exclusividad.

La función aseguradora, cuyo instrumento era conocido como FHA, fue la plataforma para expandir el sistema de ahorros y préstamos—que en su momento llegó a manejar el 85% de los préstamos hipotecarios que se otorgaban en el país-, debido a garantizaba a las asociaciones la recuperación de los créditos, si las familias a las que se les concedían, fallaban por alguna causa.

El FHA, además de un seguro financiero, era un mecanismo que velaba por la calidad de las viviendas, porque contemplaba normativas muy rigurosas para aprobar los créditos hipotecarios.

Con la eliminación de las funciones reguladoras y supervisoras del sistema mutualista, el BNV quedó sin los ingresos que recibía por concepto del encaje legal a las asociaciones de ahorros y préstamos. La Ley Monetaria lo definió como banco de segundo piso, es decir, un banco para prestarle a entidades financieras.

Para compensarlo por la pérdida de sus principales fuentes de ingresos, como el encaje legal, se le traspasó la cartera de los préstamos de desarrollo que había otorgado el Banco Central mediante el Definpro, ente creado a partir de la fusión de los antiguos departamentos Fide e Infratur, que canalizaban recursos hacia la producción y el turismo, respectivamente.

Ahora el banco se dirige a un nuevo escenario. Busca ser el Banco Nacional de Desarrollo y de las Exportaciones (Bandex), con el propósito de financiar a los sectores productivos y las exportaciones. Para tales fines, hay una propuesta de proyecto de ley, surgida de una asesoría del Gobierno de Corea, coordinada por el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).

Para materializar el proyecto, luego que sea convertido en ley, se prevé que haya una capitalización inicial de RD$3,000 millones (US$75.0 millones) que el Gobierno se ha comprometido a aportar y que  desde el banco se espera que sea en una sola partida.

Administrativamente, la gerencia del banco ha puesto en venta la cartera hipotecaria y de consumo de la institución, que representa cerca del 50% de la cartera global de préstamos, que supera los RD$5,500 millones, al cierre del 2012. Con esos recursos el convertido BNV proyecta financiar exportaciones y sus operaciones vinculadas, como seguro, pre y post-embarque, entre otros.

“No se puede hablar de estrategia al desarrollo sostenida  de largo plazo sin la existencia de entidades financieras especializadas en el fomento al desarrollo y con un nivel de participación mucho más amplio. En América Latina, y ni hablar de Europa y los países industrializados,  las entidades especializadas superan el 30-40% del crédito total.  En República Dominicana no llega al 2%”, comentó un técnico del banco en proceso de transformación.

El cambio implicará necesariamente reducción de personal, porque los 465 empleados existentes al momento de comenzar el proceso de cambio, duplican la cantidad de personas necesarias para manejar un banco de fomento con criterio de competitividad. El banco carga con el peso de 101 pensionados, que le cuestan RD$3.0 millones al mes. Y desde que inició el proceso de adecuación han sido retirados  cerca de 90 empleados, no por faltas, sino por la nueva realidad.

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