RANCHO MIRAGE, California, EE.UU. — Al inicio de una cumbre de dos días, el presidente Barack Obama planteó el viernes asuntos conflictivos sobre economía y seguridad cibernética a su colega chino Xi Jinping, a quien dio un cordial recibimiento para conversaciones de alto nivel en una hacienda del desierto de California.
En un paseo bajo la sombra a casi 38 grados Centígrados (100 Fahrenheit), ambos gobernantes —vestidos con camisas blancas y saco sin corbata— intercambiaron saludos y caminaron lado a lado al inicio de la primera reunión personal entre ambos después de que Xi asumiera en marzo la presidencia china.
«Nuestra decisión de reunirnos pronto (respecto de la asunción de Xi) es indicativo de la importancia de las relaciones entre Estados Unidos y China», dijo Obama.
El mandatario estadounidense destacó el escenario fuera de lo habitual de esta reunión y expresó confianza en que conversaciones «más amplias» e informales conduzcan a un «nuevo modelo de cooperación» entre ambos estados.
En un prólogo de las conversaciones, Obama había dicho que subrayaría al gobernante chino la importancia de los derechos humanos así como otros puntos delicados.
Por su parte, Xi no mencionó la seguridad cibernética, los derechos humanos ni Corea del Norte, otro campo de posible tensión entre las dos potencias.
Mediante un traductor, Xi dijo que ambos gobernantes «se reunían hoy para trazar el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y China». Xi agregó que el mundo ha «cosechado grandes beneficios» de la relación entre ambos países.
Ambos gobernantes se reunieron en la finca Sunnylands, de 85 hectáreas (200 acres), ubicada en las afueras de Palm Springs, California.
Los dos tenían previsto responder el viernes en la noche a preguntas de la prensa en la conferencia con los reporteros al término de la reunión entre ambos; después asistirán a una cena de trabajo y el sábado en la mañana reanudarán las conversaciones.
Obama, sentado al lado del secretario de Estado, John Kerry, dijo que Estados Unidos da la bienvenida al ascenso de una China pacífica y busca «el orden económico donde las naciones jueguen con las mismas reglas». Obama se pronunció a favor de que Estados Unidos y China trabajen juntos para abordar la seguridad cibernética.
«Inevitablemente existen áreas de tensión entre nuestros países», manifestó Obama. Trabajar juntos es lo más conveniente para ambos países, agregó.
Sin embargo, las nuevas revelaciones de que el propio gobierno estadounidense ha compilado en secreto información sobre usuarios de internet y de teléfonos podría eclipsar el llamado de Obama a Xi para que se ponga fin a los supuestos ataques cibernéticos de China contra Estados Unidos.
