Cardenal iría a cónclave papal habría renunciado por acusasiones sexuales

La renuncia repentina del cardenal de mayor rango de la iglesia católica en Gran Bretaña, quien renunció este lunes en vista de acusaciones en el sentido que había hecho propuestas sexuales no deseadas hacia sacerdotes varios años atrás, demostró&#

La renuncia repentina del cardenal de mayor rango de la iglesia católica en Gran Bretaña, quien renunció este lunes en vista de acusaciones en el sentido que había hecho propuestas sexuales no deseadas hacia sacerdotes varios años atrás, demostró que la mancha del escándalo pudo hacer que un cardenal no participara en la selección de un nuevo papa.

Su salida se produjo al tiempo que cuando menos una docena de otros cardenales manchados por acusaciones de que no removieron a sacerdotes acusados de haber abusado sexualmente de menores estuvieron entre los reunidos en Roma, para prepararse para el cónclave para seleccionar al sucesor del Papa Benedicto XVI. No hubo señales de que la promesa de la iglesia de enfrentar el escándalo de abuso sexual hubiera conducido a presión directa sobre esos cardenales para exentarlos del cónclave.

Defensores de víctimas de abuso que estuvieron en Roma este martes centraron su ira particularmente en el Cardenal Roger M. Mahony, el ex arzobispo de Los Ángeles, y se pronunciaron por su exclusión del cónclave. Pero Mahony, quien ha defendido vigorosamente su registro, ya estaba en Roma, publicando en Twitter sobre el clima.

Incluso los máximos defensores de la iglesia destacan que la descalificación de Mahony dejaría vulnerables de manera similar a muchos cardenales más. Muchos de los hombres que entrarán a la Capilla Sixtina para elegir a un papa que, esperan, ayude a la iglesia a recuperarse del lacerante escándalo de abuso sexual, han sido manchados por él.

«Entre obispos y cardenales, ciertamente los tipos viejos que han estado involucrados durante mucho tiempo, seguro que ellos van a tener las manos manchadas de sangre», dijo Thomas G. Plante, profesor de psicología en la Universidad de Santa Clara, quien ha servido en el consejo asesor de obispos estadounidenses sobre abuso sexual y ha escrito tres libros sobre abuso sexual. «Así que cuando el Cardenal Mahony dice que lo están convirtiendo en un chivo expiatorio, en algunos aspectos pienso que él está en lo correcto. Todo el enfoque está sobre él, ¿pero qué hay de los otros tipos?»

Entre los muchos desafíos que enfrenta la iglesia, abordar las heridas causadas por el abuso sexual está entre las máximas prioridades, destacan analistas de la iglesia. Cuando Benedicto fue elegido en 2005, muchos católicos esperaban que su experiencia previa en la cúspide de la burocracia vaticana que lidiaba con casos de abuso resultara en cambios sustanciales.

Benedicto se ha disculpado repetidamente con víctimas y ha escuchado personalmente sus testimonios de dolor. Luego que el escándalo de abuso paralizara a la iglesia en Europa en 2010 y empezara a surgir en otros continentes, Benedicto emitió nuevas políticas para que los obispos las siguieran con respecto al manejo de acusaciones de abuso sexual, y sostuvo una conferencia en el Vaticano sobre el tema. Pero, a pesar de llamados de muchos católicos, él nunca removió a prelados que, revelaron casos y documentos judiciales, pusieron en riesgo a niños al no haber reportado a pedófilos o haberlos removido del sacerdocio.

No es que estos cardenales se hayan comportado de manera muy diferente a los otros, o que no tengan logros a su nombre. Tan solo es que casualmente venían de puntos prominentes en el mapa mundial de los católicos donde secretos largamente ocultos se volvieron públicos debido a que las víctimas se organizaron, funcionarios gubernamentales investigaron, abogados demandaron o los medios de atención noticiosa prestaron atención.

Entre ellos están los cardenales de Bélgica, Chile e Italia. Incluyen al decano del Colegio de Cardenales, Ángelo Sodano, quien es acusado de haber recibido grandes dádivas monetarias de una orden religiosa, la Legión de Cristo, y haber detenido una investigación sobre su fundador, el reverendo Marcial Maciel. quien más adelante fue expuesto como un abusador y mentiroso en grado patológico.

Entre ellos también están cardenales denigrados por muchos en sus propios países, como el Cardenal Sean Brady, el primado de toda Irlanda, quien sobrevivió a un clamor después de que investigaciones del gobierno revelaran encubrimientos endémicos de abuso sexual y físico de menores.

«Hay muchísimos de ellos», dijo la Magistrada Anne Burke, juez en Illinois que sirvió en el primer consejo asesor de obispos estadounidenses hace 10 años. «Todos han participado de una u otra manera en que tienen información real sobre conducta criminal, y no hacen nada al respecto. ¿Qué se va a hacer? ¿Ninguno de ellos participaría en el cónclave?» Incluso un cardenal mencionado con frecuencia como uno de los principales candidatos para papa ha sido acusado de hacerse de la vista gorda hacia víctimas de abuso. El Cardenal canadiense Marc Ouellet emitió disculpas a las muchas víctimas de abuso en internados de la iglesia en la provincia de Quebec, pero dejo tras de sí resentimiento generalizado cuando, se dijo, se negó a reunirse con ellos.

En rueda de prensa en Roma este martes, David Clohessy, el director nacional de la Red de Supervivientes de personas objeto de Abuso de Sacerdotes, declaró ante reporteros que captar la crisis de abuso sexual debería ser una prioridad para el siguiente papa.

«Del nuevo papa, simplemente esperaríamos coraje», dijo. «Van a necesitarse acciones valientes y decisivas para contribuir a cambiar siglos de imprudencia, secretos, insensibilidad. Anhelamos el día en que funcionarios de la iglesia anuncien que este cardenal o aquel obispo están siendo degradados porque funcionarios eclesiásticos encontraron evidencia de fechorías y funcionarios de la iglesia quieren limpiar la casa».

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