Las demandas y la educación

El sistema educativo  público está en crisis. Problemas estructurales desde los niveles iniciales, intermedios, secundarios y universitarios. Muchas son las críticas que se vierten sobre el sector, con problemas, que a decir verdad,…

El sistema educativo  público está en crisis. Problemas estructurales desde los niveles iniciales, intermedios, secundarios y universitarios.

Muchas son las críticas que se vierten sobre el sector, con problemas, que a decir verdad, no son únicos. Muchas de las limitaciones también las sufren la mayoría de las escuelas y universidades privadas. No decimos nada nuevo.

Eso es de dominio general. Tampoco entraremos ahora en detalle. Sólo acomodamos el discurso para hablar del drama de la hora: Las perturbaciones que sufre el ejercicio docente en las instituciones del Estado.

Los profesores y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se fueron a la huelga. Tienen sus reclamos.

Quieren ajustes salariales. Los profesores que dependen del ministerio de Educación hacía tiempo que no encaminan  este tipo de demanda. El gobierno ha desarrollado políticas orientadas a mejorar sus condiciones de trabajo.

No son suficientes, pero han impedido que se recurra a ese método. Los universitarios han llegado a ese extremo. Afortunadamente, acaban de levantar esa paralización pero el conflicto se mantiene.

Discutir sobre salarios con los educadores es muy difícil, lo hemos dicho. Más aún oponerse a ellos. Incluso, no tiene mucho sentido reclamarles en estas circunstancias las debilidades de su magisterio.

Total, son sistémicas y hemos planteado, en el caso de los profesores del Ministerio, que es necesario considerar sus demandas desde una perspectiva más completa y constructiva, que no sólo incluya a las autoridades, sino a los demás dolientes del sector.

Las expectativas que ha generado el 4% constituyen una oportunidad para abrir una amplia discusión sobre el tema, sobre todo lo que tiene que ver con la escuela y la formación de los alumnos, los profesionales y técnicos de mañana.
Los profesores y los empleados de la UASD, sin entrar en las especificidades de sus demandas, igual tienen que ser más cautos para recurrir al paro. Deben ser más sensibles frente a las frustraciones que generan entre los jóvenes que buscan la superación.

Los tiempos no están para estas formas de “lucha” que tanto desdicen de esa institución. l

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