Nace en Puerto Plata en 1901 y muere en Santo Domingo en 1975. Período importante para su formación son los seis años en España, entre Madrid y Barcelona (1918-1924), donde entra en contacto con figuras centrales de la vanguardia española, entre ellos Rafael Barradas, Salvador Dalí, Maruja Mallo y Fernando Briones; el reconocido maestro de la plástica española, Sorolla, es uno de sus profesores. Inmediatamente después se traslada a París, donde se relaciona con Picasso, Gris, Braque y Leger. Durante sus años en México (1934-1938) trabajaría amistad con Orozco, Siqueiros y Diego Rivera.
En su pictografía armonizan el cubismo, surrealismo, simbolismo, expresionismo y neoclasicismo. Una técnica meticulosa y de ribetes académicos alimentó su obra, ubicada entre lo clásico y la vanguardia, donde se respira una atmósfera de metafísica o irrealidad. En ella la composición interna y el expresivo delineado de sus trazos, desde lo geométrico, son fundamentales. En ellos predomina la exaltación del cuerpo y de lo humano, en contraposición al progreso mecanicista que solo puede desembocar en la muerte; por eso su obra ha sido calificada neohumanista.
Pero lo importante es que cada uno de los que tengan la oportunidad de apreciar su trabajo vean en este artista a un dominicano que, por su talento, esfuerzo constante y compromiso con el arte, trascendió las fronteras insulares, dejando en su deambular por Europa y América y finalmente en su tierra natal, entre colegas, discípulos y público de arte, una huella indeleble y su inmenso legado pictórico y humanista.
Un gran banco. El Museo Bellapart se ha convertido en tres décadas (gracias a la visión, dedicación y generosidad de su fundador y propietario, el coleccionista Juan José Bellapart) en el poseedor del mayor y más completo fondo universal de la producción de Jaime Colson, en sus múltiples etapas de creación pictórica y dibujística. Obras claves en la trayectoria del gran artista dominicano forman parte del patrimonio del museo, que gracias a su dinámica política de adquisiciones, se acrecienta constantemente con la introducción de piezas valiosas y significativas, constituyéndose la Colección Colson en referencia obligada para la investigación, conocimiento y disfrute del universo colsoniano.
Al visitar este museo, llegará nítidamente a tu memoria a ese trabajador incansable del arte. También revivirás su extraordinaria capacidad compositiva, su aguda apropiación de la estética grecorromana, su acento clásico y a la vez moderno, sus efluvios mediterráneos y antillanos, sus escenarios misteriosos y surreales, y su capacidad inigualable de transmitir tanto sentimientos de misticismo como hondas emociones terrenales.
Aquí te dejamos algunas obras de esta importante colección.