Luego de un debate de más de cuatro horas ininterrumpidas, la Cámara de Diputados aprobó ayer en primera lectura, sin modificaciones, y de manera ordinaria, el proyecto de reforma fiscal sometido por el Poder Ejecutivo. La pieza, que volverá a discutirse este jueves a las 10:00 de la mañana, pasó con 107 votos a favor y 74 en contra. Se abstuvieron de ejercer su derecho la perredeísta Sonya Abreu y la peledeísta Minerva (Minou) Tavárez Mirabal. De este modo quedaron intactos los cambios que el Senado introdujo al documento concebido para aumentar en más de RD$46 mil millones las recaudaciones tributarias.
Los impuestos a las compras por Internet que pasen de los US$200 no pudieron desmontarse pese a la insistencia del legislador Víctor Gómez Casanova, quien propuso la idea.
El reformista Máximo Castro Silverio hizo una propuesta para eliminar el gravamen que el texto aplica a productos de consumo masivo como el chocolate, la cocoa, el yogurt, las mantequillas, grasas y aceites vegetales. Pero la fuerza del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) consiguió que se rechazara de plano este planteamiento. Del mismo modo el oficialismo, a principio de las discusiones, consiguió detener las aspiraciones procesales del bloque del PRD, el cual consideraba que el texto debía aprobarse con el voto de las dos terceras partes de los legisladores presentes en el hemiciclo (121).
“Ese tema no está en debate”, expresó el presidente de la cámara, Abel Martínez, tras hacer leer el artículo 112 de la Constitución de la República, donde, según él, se establece que una reforma impositiva es una ley ordinaria, y por tanto se puede aprobar con mayoría absoluta (más de la mitad de los presentes en la sesión).
Esta jugada provocó que el bloque de diputados del partido blanco, además de mantener la tesis de que los cambios impositivos profundos deben tocarse como leyes orgánicas, se dedicara a fustigar el contenido del proyecto.
“¿Habrá un diputado de Pedernales que vote para subir el precio del azúcar, o del aceite, o de la mantequilla?”, pregunto del vocero, Ruddy González, con la intención de advertir cómo la nueva realidad fiscal afectaría a las comunidades más pobres y apartadas del país.
Déficit y austeridad
En la Cámara de Diputados se tocó el tema que el Senado rehuyó en todo momento: el origen del déficit fiscal de RD$187 mil millones que provocó la necesidad de extender la estructura nacional de impuesto.
El diputado reformista Víctor (Ito) Bisonó dijo que la mayoría de los sectores no ponen en duda la necesidad de la reforma, sino el buen uso de los nuevos recursos recaudados.
Bisonó aseguró que la población demanda mayor austeridad y transparencia en el gasto público, además de explicaciones sobre las causas que pusieron a las finanzas del Estado en los aprietos actuales. “No es solamente contra la reforma, es contra el modelo populista y corrupto que nos ha gobernado”, resaltó el representante del Distrito Nacional por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).
Más adelante, la diputada nacional Guadalupe Valdez propuso postergar por tres semanas el debate del llamado “proyecto de ley para el fortalecimiento de la capacidad recaudatoria del Estado para la sostenibilidad fiscal y el desarrollo sostenible”. En este tiempo, consideró, las comisiones de Deuda Pública y Activos Financieros, Presupuesto, Patrimonio y Contabilidad y Desarrollo Humano podían estudiar a fondo el problema tributario del Gobierno, y dar luz sobre los factores que lo crearon.
Las sugerencias de la legisladora de Alianza por la Democracia, como las de Bisonó, tampoco pudieron tumbar el pulso a los peledeístas y sus aliados.
En total, las intervenciones sobre el tema sumaron veinte, con un discurso unificado del bloque del PLD: “los nuevos impuestos son un trago amargo, pero el Gobierno los necesita para poder afrontar los problemas internacionales y locales que amenazan con desmontar la estabilidad económica de la nación”.
Esta idea, con palabras distintas, se repitió en las curules del vocero Gustavo Sánchez y el miembro de la comisión bicameral Rubén Maldonado. Del lado reformista, el presidente de la Comisión de Hacienda, Marino Collante, habló de la necesidad de cargar más tributos a los ricos que se dedican a evadir sus responsabilidades fiscales.
Del Senado
Hasta ahora el proyecto de reforma contempla el aumento de la tasa del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) de 16% a 18%, con una ampliación gradual de la base que incluye alimentos como el chocolate, la cocoa, el yogurt, y las grasas animales y vegetales. A los dividendos de todas las empresas se les aplicaría un impuesto de 10%, y un 1% a los intereses de las cuentas de ahorro.
El 1% al valor del vehículo se posterga para materializarse en el 2014, mientras que el impuesto de 1% a la vivienda suntuaria sube su valor base de aplicación desde los RD$5 millones hasta los RD$6 millones 500 mil. A la transferencia inmobiliaria se le aplicaría un 3% al valor. En la comisión bicameral que elaboró el informe se decidió eliminar el impuesto de 10% a los dividendos de las empresas de zonas francas, hasta tanto otros signatarios del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta) adopten una media parecida.
A estas mismas empresas de régimen especial se les bajó de 5% a 3.5% el Impuesto Sobre la Renta aplicable al valor de las ventas de productos y servicios comercializados en el mercado local. Todavía mañana el contenido del proyecto podría variar.
Hubo tensión durante el debate de cuatro horas
En la sesión de ayer se registraron varios momentos de tensión, dentro y fuera del hemiciclo de los diputados. El primero ocurrió cuando el presidente, Abel Martínez, rechazó el conocimiento de la reforma como ley orgánica, al tiempo que varios miembros del PRD se preparaban para argumentar a favor de esta línea. En el transcurso del debate de cuatro horas, los opositores y oficialistas mostraron posiciones irreconciliables. El PLD no quiso cambiar ni una coma del texto. Antes del momento de votación los ánimos se alteraron porque Elpidio Infante (PRD-La Vega) golpeó el computador que el Congreso le tiene asignado, molesto por no conseguir un turno para expresarse. El movimiento brusco de Infante rompió un vaso de cristal, que a su vez produjo una leve herida en el rostro de Víctor Gómez Casanova.