En el país, Leonardo Favio fue muy querido. Su música, más que su faceta de cineasta, lo enlazó con el corazón de una legión de admiradores dominicanos que de seguro lo recordará más allá de su muerte. El cineasta y cantautor, considerado como uno de los más importantes realizadores del cine argentino, falleció ayer a los 74 años en un hospital de Buenos Aires tras un agravamiento de una neumonía que padecía. Conocido por canciones como “Fuiste mía un verano” y “O quizá simplemente una rosa”, Favio -cuyo verdadero nombre era Fuad Jorge Jury- fue internado a finales de agosto debido a una neumoníay había reducido sus apariciones públicas.
Una persona sencilla y un magnífico artista, así lo recuerda el empresario artístico César Suárez, responsable dedos conciertos que ofreció el intérprete argentino en los años 1976 y 77, en la Fuente del hotel Jaragua.
Su salto a la fama
Considerado uno de los mejores directores del cine argentino, Favio obtuvo un gran éxito con su filme Nazareno Cruz y el Lobo, de 1975, y saltó a la fama por sus baladas, con éxitos como “Fuiste mía un verano” (1968). Peronista convencido, en 1976, tras el golpe militar que dio paso a la dictadura (1976-1983), se exilió y no regresó al país hasta 1987, cuando retomó su carrera con Gatica, El Mono, estrenada en 1993.
Entre 1996 y 1999 dirigió el documental Perón, sinfonía del sentimiento, sobre la historia del peronismo y la vida del tres veces expresidente argentino Juan Domingo Perón (1895-1974).
Fue un artista militante y se enojaba con lo que él mismo definía como “disfrazados de peronistas”.
Su voz quedó adherida para siempre a ese preámbulo de la violencia política en la Argentina que fue la masacre de Ezeiza. Favio era el animador oficial de la trunca recepción a Juan Domingo Perón en junio de 1973.
Fuad Jorge Jury nació el 28 de mayo de 1938 en la provincia de Mendoza y, tras una infancia problemática en la que llegó a pasar brevemente por la cárcel, se acercó al teatro y se trasladó a Buenos Aires, donde comenzó su carrera en el cine y en la música.
Su última película, Aniceto, estrenada en 2008, es una nueva versión de su cinta El romance del Aniceto y la Francisca (1967). El filme arrasó en los premios Cóndor de Plata. Sumó nueve, incluyendo los de mejor filme y mejor director.
La última aparición pública del cantautor se dio en agosto cuando recibió el Diploma de Honor Presidente Néstor Kirchner en la cámara de diputados de Argentina.
En la música vivió con dignidad
Su siguiente proyecto, demorado e inconcluso, iba a llamarse El mantel de hule. Como una definición de sí mismo, el título partía de unas declaraciones suyas en las que se confesaba incapaz de contar cómo se ponía una mesa en alguna mansión de la avenida Figueroa Alcorta. Pero afirmaba que sí sabía narrar la mesa del mantel de hule. Fue un artista de generaciones y su nombre quedó grabado en la música popular. Pero con la música tenía una relación basada en el agradecimiento respetuoso. “Me permitió vivir con dignidad”, sostuvo en una entrevista. Tuvo hits como “Ella ya me olvidó” y “O quizás simplemente le regale una rosa”. Y con “Fuiste mía un verano”, con sus versos “Cada piba que pase / con un libro en la mano / me traerá tu nombre / como en aquel verano”, entró definitivamente al cancionero latinoamericano.
Argentina pierde a una de sus últimas glorias
Aunque en Argentina su trayectoria cinematográfica ha sido lo más destacado como legado tras su deceso, en otros países sus canciones profundamente románticas y sufridas son lo más recordado del prolífico libretista, actor, productor, guionista y compositor argentino. Con motivo del fallecimiento del artista mendocino, en Argentina se decretó dos días de duelo departamental en donde se izará a media asta la bandera nacional. La muerte de Leonardo Favio ha conmovido a latinoamérica. Actores, músicos, periodistas y políticos se sumaron a los mensajes de tristeza y condolencias por la muerte del cineasta y cantautor, a través de las redes sociales como Twitter.