Como se han podido dar cuenta, elCaribe tiene un nuevo caricaturista. José Mercader, quien se presenta a continuación.Aunque nací en Montecristi, viví mi infancia y adolescencia en Guazumal, Tamboril. Luego me fui a Santiago a terminar la secundaria cuando el río Yaque se podía cruzar a nado y hasta tragar buches de agua sin agarrar una gastroenteritis. Hasta ahí mi mayor formación me la dio primero mi madre, profesora de escuela rural, quien me inició en el dibujo, y luego en el mundo del cine y los libros. Santiago me dio la posibilidad de seguir en los diarios el día a día de lo que ocurría en el país y en el mundo. Pude fortalecer mi inclinación a la caricatura al descubrir a Roger Estévez en El Nacional y la Revista ¡Ahora! En elCaribe pude descubrir a Lino Palacio y el suplemento de los domingos con Red Ryder, El Fantasma, Lorenzo y Pepita…
Fui becado por el AFS (American Field Service) para estudiar secundaria en Santa Rosa California y para sorpresa y agrado resultó ser el pueblo de Charles Schultz el autor de Snoopy y Charlie Brown, traducido en nuestro medio como Rabanito. Allí también queda el museo de Robert Ripley un periodista a lo Samuel Hazard, aventurero y fiebroso dibujante que recorrió el mundo buscando y graficando rarezas que el denominó Believe or Not (Aunque Ud. no lo crea). De California vine a la UCMM, a estudiar ingeniería civil en las aulas y pintura en la biblioteca. De todo el aprendizaje universitario me quedó fuertemente como casi una filosofía, la lógica para fastidio de mi mundo artístico.
En la capital continué estudiando Ingeniería más por rutina que por vocación, hasta que me decidí por el arte y por la Sicología. Militante de izquierda como casi toda la juventud sensible de la era post trujillista trabajé en el mundo de la impresión, y la publicidad antes de irme a Canadá, donde hice una pausa para formar familia y pintar como loco.
Mi regreso al país tuvo un preámbulo con el periódico Clave.
Hoy día he seguido pintando, dibujando y escribiendo sobre todo lo que tenga que ver con nuestras raíces culturales en el dominio de la caricatura. Fruto de esto son mis exposiciones en el Museo de Arte Moderno, el Archivo de la Nación, y mi libro sobre la Historia de la Caricatura Dominicana. Las circunstancias, de las que habla Ortega y Gasset, me amarran a este pueblo que batalla por salir de la ignorancia y la pobreza y me condena a cumplir la misma sentencia: su lucha, en mi caso, desde el dibujo.
Empezar en elCaribe, es una experiencia que ya me alegra porque me devuelve esa función esencial en los periodistas que es la de criticar y educar. Defiendo el rol del caricaturista como un periodista que usa el dibujo como lenguaje y como diversión.