Santiago. El puesto de peaje levantado entre La Vega y Santiago, en la autopista Duarte, comenzará a operar la próxima semana, aunque con el rechazo de sindicalistas y choferes.
Aunque el gobierno comenzó a construirlo en el año 2000, durante el gobierno de Hipólito Mejía, es ahora cuando se define su entrada en operación. Los trabajos están a cargo de la empresa Dovicon, que desde la pasada semana comenzó entrenar al personal que laborará en las oficinas y casillas de cobro.
Aunque se ha informado que las operaciones de este peaje, ubicado a la altura de la comunidad La Penda, provincia La Vega, se iniciarán la próxima semana, la empresa no ha emitido un comunicado formal, aunque sí admite que avanzan en el proceso.
Empleados ya comienzan a colocar los semáforos que dan paso al área de pago así como luces intermitentes y de alumbrado. También la oficina que llevaba años abandonada comenzó a ser remozada y la vía recibe labor de mantenimiento.
Rescate de la obra
Durante sus 12 años de abandono, en este lugar se han producido al menos trece muertes en accidentes y decenas han resultado heridos al chocar con los muros. Técnicos del Ministerio de Obras Públicas trabajan junto a empleados de Dovicon para dar los toques finales en el espacio que también había sido afectado por un fuego parcialmente, luego que una patana se estrellara contra la estructura en septiembre del 2010.
El funcionamiento de este nuevo peaje es rechazado por diversos sectores, incluidos los sindicatos que operan en el trayecto Santiago-La Vega y Santiago-Bonao-San Francisco de Macorís-Santo Domingo. A finales del gobierno de Leonel Fernández, también se planteó levantar un peaje en la carretera de Constanza y otro al concluirse la avenida Circunvalación Norte.
Choferes opuestos a más costos de operación
El sindicalista Juan Marte, presidente de la Central Nacional de Trabajadores del Transporte y de la Asociación de Taxistas del Cibao, cree que el nuevo peaje representará un costo adicional y encarecerá el transporte. Al igual que Marte, otros sindicalistas temen que pueda producirse un aumento en los precios de los pasajes, si la tarifa que se establezca resulta muy elevada.