Seminarios dominicanos son similares a los de América Latina

La tendencia  de los seminarios católicos latinoamericanos  en materia de formación de sacerdotes, incluida República Dominicana, es a  mantener una relativa  estabilidad en el número de seminaristas con lig

La tendencia  de los seminarios católicos latinoamericanos  en materia de formación de sacerdotes, incluida República Dominicana, es a  mantener una relativa  estabilidad en el número de seminaristas con ligeras altas y bajas  por país. De acuerdo con una consulta hecha por elCaribe a sacerdotes de varios países,  el promedio de candidatos a curas ronda  entre los 200 y 300, aunque en algunas naciones puede superar esa cantidad, pero no de manera significativa.
Los religiosos, entrevistados durante un encuentro latinoamericano celebrado en el  Seminario Mayor, Santo Tomás de Aquino, coincidieron en que  las sociedades y los jóvenes  experimentan  cambios que apuntan a nuevas formas de vida. Ponderan  que muchos aspirantes estén motivados  por el clima  de convivencia  en  el seno de sus familias.

Contexto latinoamericano

El padre Wilson Martínez, formador del Seminario Mayor de los Sagrados Corazones, de la ciudad  San Juan de Pasto,   departamento de  Mariño, en Colombia,  dice  que las vocaciones emergen  debido a que esa es una comunidad muy piadosa con vocación cristiana que hace frontera con Ecuador.

En la actualidad ese solo departamento tiene 55 seminaristas, ocho en el primer año,  25 en el ciclo de filosofía y 22 en teología. Aclara que para esa zona  aumentó el número de aspirantes,  algo que no es normal en la mayoría de las comunidades  que han registrado bajas durante los últimos años.

El padre Martínez pertenece a la congregación  “eudista” (devoto de  San Juan Eudes)  de Colombia, pero con presencia en ocho países, incluida República Dominicana, y dice que “los jóvenes quieren experimentar esa vida en Cristo, diferente a lo que posiblemente les ofrece el mundo. Ellos hoy buscan cosas diferentes, nuevas y a veces extremistas”, afirma el religioso.

Eduardo Valdez Lucero,  sacerdote  de Baja California, México, dice que en esa parte también se mantiene  la vocación con el ingreso de 15 a 20 jóvenes a los seminarios.

Indica que pudiera ser mejor, pero  esa zona está muy influenciada por la cultura anglosajona. En ese estado para hacerse sacerdote se estudia durante ocho años, cuatro de filosofía y cuatro de teología.

Nino San Martín, formador del seminario de Concepción de Chile, dice que actualmente  están en formación 230 seminaristas en ocho centros, aunque reconoce que es muy poco para una población que supera los 17 millones de habitantes.

Manifestó su esperanza de que aumentarán las vocaciones, aunque admite que su país está viviendo tiempos de cambios sociales muy grandes, específicamente la relación con la Iglesia católica. Chile es un país  que avanza muy rápido hacia un clima de secularización, e incluso de anticlericalismo, dice.

“Por esa misma razón a la Iglesia le parece muy meritorio contar con tantos jóvenes que quieren ser sacerdotes, porque es fácil ser sacerdote en un clima en donde la Iglesia goza de prestigio y de mucho cariño por parte de la gente”.

Afirma que en Chile, como en muchos otros países de América Latina y Europa,  es difícil ser sacerdote  y que por eso ven con mucha esperanza a tantos jóvenes dispuestos a ser curas, contrario a otras naciones donde  no hay tantos sacerdotes, pese a que la Iglesia goza de prestigio.

Las vocaciones, una bendición

Los tres religiosos  ven como una bendición  que en América Latina se mantengan las vocaciones  sacerdotales y en algunos países  han aumentado considerablemente.

Atribuyen ese crecimiento a la formación  cristiana desde la familia, espacio en el que los esposos fomentan la espiritualidad en los hijos.

Explican que es sorprendente cómo cada vez más jóvenes de  ambos sexos de América Latina y de todo  el mundo  se deciden por  consagrar sus vidas al servicio de la Iglesia. Entienden que muchos están decepcionados de lo que  ofrece el mundo, como las drogas, el alcoholismo, el narcotráfico, la sexualidad irresponsable y optan por otro estilo de vida.

Los tres sacerdotes reconocen que el mundo está en crisis, no solo económica, sino además en la pérdida de valores y que la Iglesia, conociendo esa realidad,  refuerza su doctrina.

Los seminarios son espacios para la reflexión

La Iglesia católica  no limita sus esfuerzos en procurar simpre  la creación de  las condiciones adecuadas para que los jóvenes aspirantes a sacerdote se formen en un ambiente de tranquilidad y disernimiento que los motiven a continuar su elección por la vida religiosa. 

Esperanza
Para la Iglesia es un signo de esperanza que ahora haya  tantos jóvenes como antes interesados en ser sacerdotes.

Cultura
La religiosidad  guarda relación  con la cultura  en el  surgimiento de las vocaciones.

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