El estigma asociado con la incontinencia urinaria suele hacer que los hombres rechacen buscar asistencia médica, a pesar de que es mucho más común de lo que se piensa, aunque menos frecuente que entre las mujeres. La incidencia de la incontinencia urinaria entre hombres de 50 años es inferior a la de las mujeres de la misma edad, pero puede afectar a hombres de todas las edades. A medida que aumenta la edad, también aumenta la incidencia entre los varones. No obstante, no se trata simplemente de una cuestión de edad, ya que está directamente relacionada con afecciones como el aumento del tamaño de la próstata, cáncer prostático y trastornos neurológicos como esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y Alzheimer. En menor medida, la diabetes y el sobrepeso, así como otros factores de riesgo, incrementan los casos de incontinencia urinaria entre los masculinos.
La incontinencia masculina se puede clasificar en diferentes grupos, dependiendo de los síntomas que el paciente presente, los cuales se tratarán de manera diferente. A los hombres que experimentan goteo tras la micción les pueden resultar de utilidad los ejercicios para el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico y el ordeñado de la uretra. Entre los hombres, la incontinencia urinaria de esfuerzo suele aparecer después de una intervención quirúrgica de la próstata, también en otras circunstancias, y se presenta con pérdida involuntaria de orina al realizar acciones tales como toser, correr o saltar. Los efectos varían de un individuo a otro. Algunos experimentan solamente la pérdida esporádica de una pequeña cantidad de orina, posiblemente breve; mientras que otros pueden experimentar una pérdida constante y prolongada. Tras el tratamiento adecuado, son muchos los que vuelven a contener la orina.
La incontinencia de urgencia está normalmente relacionada con el aumento de tamaño de la próstata o hipertrofia prostática benigna, la obstrucción u otros procedimientos quirúrgicos, como la extirpación del intestino grueso. Cuando se presentan ambas sintomatologías, se habla de incontinencia mixta.
Qué hacer
A los hombres que padecen de incontinencia urinaria se les recomienda bajar de peso, y si tiene sobrepeso, por la presión abdominal que éste ejerce, la cantidad de líquidos ingerida no debe ser controlada (ni mucha ni poca). Una reducción de la ingesta de líquidos para disminuir la cantidad de orina puede irritar la vejiga y fomentar la aparición de infecciones. Además, conviene evitar la cafeína y las bebidas gaseosas, que pueden irritar la vejiga, así como el alcohol.
Los expertos sostienen que las terapias para fortalecer los músculos del suelo pélvico constituyen el tratamiento más eficaz frente a la incontinencia urinaria tras una prostatectomía (cirugía de la próstata). Combinadas con el reentrenamiento de la vejiga y los ejercicios diarios de incontinencia, son muchos los pacientes que acaban completamente con la incontinencia, siempre que el esfínter uretral no haya resultado dañado como consecuencia de la intervención. El reentrenamiento de la vejiga también puede resultar útil tras una intervención quirúrgica de la próstata si el hombre experimenta necesidad de orinar e incontinencia de urgencia.
El tratamiento dependerá de cada caso
Hay que tener presente que si el tratamiento básico no ha dado resultado y la incontinencia continúa afectando de forma muy negativa a la calidad de vida del paciente, se deben considerar otras intervenciones y se recomienda al paciente visitar a un urólogo. Esto incluye procedimientos tales como implantes o un esfínter artificial.