Al caer la tarde llegamos a la cita con Luis Marino López Cuevas. Nos recibió de forma amable y nos condujo hacia un espacio del restaurante principal de su franquicia de comida rápida, ubicado en la avenida Abraham Lincoln. Un espacio donde se puede disfrutar del verdor de la vegetación, complementado con las fuentes de agua que refrescan el ambiente.
Iniciamos una conversación donde narró cómo ha sido su vida desde temprana edad, cuando tuvo que salir a las calles a trabajar para ayudar a su padre en la manutención de su familia integrada por nueve hermanos, la esposa, así como su madre, sobrinos y primos.
“Uno de los primeros oficios fue vender el periódico elCaribe. Yo salía a eso de las cuatro y pico de la madrugada a regarlo por todo el sector de La Agustina y parte del ensanche la Fe, terminaba a eso de las 6:45, llegaba a mí casa, me bañaba para luego irme al colegio a estudiar”. A los doce años entró a trabajar a un colmado propiedad de Guillermo Lafontaine, donde permaneció por cinco años, laborando todos los días hasta las 10 de la noche. Ahí aprendió a dar valor al trabajo, la responsabilidad y al respeto, cualidades que le han permitido convertirse en un destacado hombre de negocios con tres locales de Adrian Tropical, en la avenida Lincoln, en la 27 de Febrero esquina Núñez de Cáceres y en la avenida George Washington.
1. Mi niñez
Los primeros años de mi vida fueron maravillosos al lado de mi abuela Amelia García. Ella me trataba como un príncipe, me complacía en todo y me preparaba la comida que me gustaba, pero luego tuve que irme con mi padre a vivir junto a él, su esposa y mis ocho hermanos. En lo adelante, mi vida cambió.
2. Una travesura
En mi casa éramos muchos hermanos y solían venir mis primos desde el campo, como eran visita y las camas no eran suficientes, a los de la casa nos tocaba dormir en el suelo. Un día me revelé y dije que estaba cansado de esto y que no iba a dormir en el suelo, mi padre me dio una carrera y me dijo que él era el que mandaba, me tuve que subir arriba de la casa y amanecer ahí para librarme de una pela.
3. Mis estudios
Desde la primaria hasta el bachillerato estudié en el colegio Santo Cura de Ars, dirigido por el padre Guillermo Rodríguez Jaques (fallecido). Allí viví días maravillosos que siempre llevaré en mi corazón. No realicé la investidura de bachillerato porque me molesté con el padre. Después de yo haber recolectado todo el dinero para la graduación él me quería hacer pagar la entrada para la fiesta y preferí no ir. Yo deseaba estudiar ingeniería o arquitectura, pero mi situación económica no me lo permitió, entonces me inscribí en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) a estudiar licenciatura en contabilidad, terminé en el año 1987, pero tampoco me pude graduar, porque en el mes de octubre estaba de viaje por Japón como un premio que me dieron en la empresa donde laboraba por mí buen desempeño.
4. Mi padre
Luis Bienvenido López, es un hombre excepcional, siempre ha estado ahí apoyándome, cuando vivía con mi abuela me llevó con él y me puso a estudiar. De él aprendí el valor del trabajo, laresponsabilidad y el cumplimiento. Papá solo mantuvo una gran familia, tenía dos trabajos, uno en Caritas Dominicana (Alianza por el Progreso) y a partir de las tres de la tarde se desempeñaba como chofer de carro público. Además de mantener a sus hijos, también ayudaba a sus sobrinos, primos y a su madre. Soy multifuncional gracias al ejemplo que recibí de él. Además he tenido en Martín Acosta y Guillermo Lafontaine a otros padres que siempre me han apoyado.
5. Mi primer trabajo formal
De 1979 a 1980, luego de terminar el bachillerato, mi padre me consiguió un empleo con un primo suyo en Euromotors que vendía la marca Renault, allí permanecí hasta el 1981. Luego pasé a laborar con los Pellerano, como auxiliar en el área de contabilidad, ya traía bastante experiencia de mi anterior trabajo. Más tarde pasé a Codomotors como auxiliar de contabilidad uno y antes del año fui nombrado como subcontador, pero en mi afán de superación en 1984, pasé al área de repuesto como encargado de almacén, donde ayudaba con la planificación de las ventas en lo que me fue muy bien. A los dos años se multiplicaron las ventas por diez y fui premiado con un viaje a Japón en 1987.
6. Mi negocio propio
En el año 1987 yo había creado un negocio propio de ventas de sandwiches, luego de mi salida del trabajo formal que tenía en Codomotors enganchaba el carrito de un motor y salía a vender. En 1990 me di cuenta que me iba muy bien en mis ventas y decidí independizarme y es así como nace Lumis Pernis donde ofertaba sandwiches y “chimi-churris”. Con el paso del tiempo un amigo que tenía un terreno en la avenida Abraham Lincoln me propuso que nos uniéramos en otro negocio paralelo que se llamó Lumis Park, estuvimos aliados hasta el 1997 cuando nos dividimos, el se quedó con el negocio y yo seguí con mi carrito.
Como me gustan los negocios también abrí al lado de Lumis Park una lavandería que todavía existe la que lleva por nombre L’Oscar Cleaner. Abrí Adrian Tropical en el 1997 en la 27 de Febrero, gracias al apoyo de mi amigo Rafael Rey, quien tenía en el lugar un negocio llamado Fuente Caribe Sandwhiches y me dejó poner mi propio nombre, me alquiló por un porcentaje de las ventas.
7. Mis amigos
Durante mi época de estudiante en el colegio Santo Cura de Ars cultivé grandes amigos que llegaron a ser como mis hermanos como Kirsy Pujols de Batista, otros dos que tenían el mismo nombre, José Israel y José Almonte. Otros dos amigos de primera fila, son el pelotero de Grandes Ligas, Juan Milton Samuel, Rafael Rey, Freddy Ginebra y Juan Cohén, todos me han brindado un gran apoyo en diferentes etapas de mi vida.
8. Me enamoré
Yo andaba buscando una muchacha para casarme y mi padre me decía que existían tres lugares donde podía encontrarla, en mi barrio, en la iglesia o en la escuela. En el primero no podía ser porque siempre estaba fuera trabajando, en la segunda no, porque siempre iba muy rápido a los cultos. Fue en la universidad donde conocí a la compañera de mi vida, Luz Miladys Cruz, con quien llevo 22 años de casados.
9. Ser padre
Ha sido la mejor experiencia de mi vida, en un principio deseaba tener una hembra y hasta el nombre le había buscado, pero me nacieron tres varones, Luis Oscar, Marino Adrian y Eddy Arturo. Ellos con su gran amor me han hecho olvidar mi idea inicial de que las hembras quieren más a sus padres.
10. La pérdida de un ser querido
Guillermo Lafontaine, era un moreno maravilloso, con unos valores extraordinarios, para mí era como un padre, a los 12 años trabajé en un colmado de su propiedad y pasaba la mayor parte del tiempo en su casa, de él y su esposa tuve una gran enseñanza. Lo recordaré todos los días de mi vida. También la pérdida de mi querida abuela Amelia fue algo que me marcó mucho.
Un hombre bendecido por Dios
El mejor reconocimiento que puedo recibir es la satisfacción que siento cada vez que puedo abrir un nuevo local donde pueda dar empleo a 30 ó 40 colaboradores y ayudarlos en su formación a través de programas de becas. En nuestra empresa somos una gran familia donde cada uno tiene una función en la búsqueda del bienestar de todos.
También es un motivo de gran orgullo para mí poder colaborar en los trabajos que se hacen a través del Cluster Turístico de Santo Domingo. Haber llegado donde estoy me hace considerarme un hombre bendecido por Dios, porque siento que en cada proceso ha estado su presencia, no lo puedo negar. En cada salto que damos Él ha estado presente. En la actualidad me encuentro inmerso en mi más reciente proyecto: Atracciones El Lago, donde funcionaba el restaurante del Lago, ahora funcionarán dos restaurantes el Higüero y el Rosal, además de un área para eventos.
El comienzo
Luego de mi salida del trabajo formal, que tenía en Codomotors, enganchaba el carrito de un motor y salía a vender sandwichs”.