Del Santa Claus de la tienda La Margarita o las tradicionales tertulias culturales que animaban las esquinas de la calle El Conde sólo quedan los recuerdos.
El paso del tiempo ha hecho estragos en las fachadas de los edificios coloniales, que por falta de mantenimiento languidecen en el emblemático paseo comercial, cuyo nombre hace honor al primer gobernador de la isla, el Conde de Peñalba, Bernardino de Meneses Bracamonte.
El Conde era el lugar por excelencia para el disfrute de la familia capitalina y visitantes extranjeros, que se paseaban por la zona para hacer compras, tomar un helado o simplemente disfrutar el aire fresco que hoy apesta a cloaca y basura.
Puertas cerradas y letreros de “se Alquila” cuelgan en 37 locales comerciales, cuyos dueños, en su mayoría de nacionalidad española, han decidido buscar nuevos horizontes.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle El Conde (Asoconde), Justo García, atribuye el cierre de establecimientos al exceso de centros comerciales desatado en los últimos años en el centro de la ciudad.
“Ahora en octubre van abrir tres plazas comerciales: 360, Ágora y Sambil, entonces no hay público para tantos establecimientos comerciales. Mucha gente dice que El Conde se está cayendo, pero no es que se esté cayendo sino que hay más comercios que público para comprar”.
Sin embargo, para el propietario de una de las tiendas más antiguas de la arteria comercial que no quiso revelar su nombre, la causa del declive es la arrabalización y descuido de la zona.
“Esto es caótico, un sitio que lo promocionan a nivel internacional como la Ciudad Primada de América no está a la altura de otras ciudades antiguas. Usted va a ciudades de Europa y no las tienen tan abandonadas como aquí”.
Esta afirmación se evidencia en las baldosas rotas y sucias en la calle que en tiempos coloniales fue la puerta de entrada de la ciudad y principal paseo comercial hasta los años 90.
El comerciante, de origen español, afirmó que presentan innumerables problemas que van desde deficiencias en el suministro de energía eléctrica, hasta inseguridad y la falta de higiene.
Aunque la recogida de basura y la limpieza corren a cargo de Asoconde, que emplea entre 45 y 50 mil pesos mensuales para esta tarea, los esfuerzos que realiza la entidad no son suficientes.
“En El Conde hace falta autoridad, el Ayuntamiento ni siquiera barre la calle, comenzando por ahí, por si no lo sabías eso lo hace Asoconde. Y cuando se lava la calle es con la ayuda de los bomberos, que hay que darles algo”, añadió el comerciante.
Revitalizar la zona
Hace un par de semanas comenzaron a ejecutarse algunas acciones enfocadas a recuperar el atractivo de El Conde, con el inicio de un jardín vertical que adornará la fachada del parqueo municipal en la calle José Reyes, auspiciado por la empresa Bepensa (Coca Cola).
“Eso es una maravilla, Vamos a ver quién lo mantiene, porque aquí todo se inaugura y después ni Jesucristo lo mantiene”, afirmó un transeúnte, consultado al pasar por el lugar.
Durante el acto de presentación del proyecto hace quince días, la directora ejecutiva del Proyecto Ciudad Colonial, arquitecta Diana Martínez, afirmó que la obra de paisajismo no es una acción aislada sino que se enmarca dentro del Plan de Revitalización y Recuperación del Centro Histórico, que en una primera fase se centrará su acción en el tramo compuesto entre las calles José Reyes y 19 de Marzo.
Para ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de US$30 millones que se destinará para el mejoramiento del espacio público como calles, plazas, soterramiento de cableado y vigilancia, así como a la restauración de monumentos, así como el embellecimiento de accesos a la Ciudad Colonial y el rediseño e implementación de rutas turísticas temáticas.
Martínez explicó que en lo adelante se busca cambiar la cara a los viejos edificios del emblemático paseo comercial y la sustitución del mobiliario urbano. l
Comercio se mueve
Con el crecimiento de la ciudad, arterias como El Conde Peatonal y la calle Mella,que concentraban las principales tiendas de prendas de vestir, calzados y artículos para el hogar han ido perdiendo clientela obligando a muchos comercios a cerrar sus puertas.
Muchas familias de altos ingresos que antes vivían en sectores como Gazcue, próximo a la Ciudad Colonial, se han mudado al polígono central de la ciudad, situado entre las avenidas John F. Kennedy, 27 de Febrero, Winston Churchill, Máximo Gómez hacia el noroeste, arrastrando consigo el comercio.
Para la urbanista Amparo Chantada, el declive de estos ejes comerciales se debe al auge de la industria de la construcción inmobiliaria que están haciendo crecer la ciudad hacia arriba en forma de torres residenciales y comerciales en la parte este y oeste de la ciudad.
“Santo Domingo ha perdido el carácter, se ha uniformizado ya no podemos hablar de barrio, de Gazcue, todo se está pareciendo, entonces esa uniformización hacia las torres le han hecho perder el carácter agradable y de ciudad jardín que tenía”.
Mientras que el arquitecto Erick Dorrejo piensa que la ciudad ha crecido hacia el centro/oeste del Distrito Nacional, hacia Santo Domingo Este (en dirección al aeropuerto y en las proximidades de la autopista Duarte (Hacia el Cibao), debido a que las infraestructuras de comunicación (tránsito y transporte) se han localizado en estos sentidos.
“Para el ser humano la conexión, ya sea a través de vehículo privado o público, es sumamente importante para la localización de su residencia… por tal motivo los terrenos que están mejores conectados con el centro de las actividades comerciales, financieras, hospitalarias o de ocio, son los terrenos más caros”.