Los artistas escogidos por la Embajada de los Estados Unidos en República Dominicana para celebrar el 263 aniversario de la independencia estadounidense tienen sus raíces fuera de ese país, pero su música es tan “americana” como el 4 de julio.
Con ese enfoque concluyó su breve mensaje el embajador norteamericano Raúl Yzaguirre, para marcar el inicio del “Concierto para Las Américas”, en el Teatro Nacional Eduardo Brito, donde fue declarado como “Embajador de la música 2012” el ídolo de la bachata Prince Royce.
El intérprete de “El amor que perdimos” es uno de muchos artistas de origen dominicano que han puesto en marcha una carrera musical forjada en Estados Unidos, que lo ha llevado al éxito inmediato en otras regiones del mundo.
“Mis padres llegaron a Nueva York con ese sueño de progresar… y de verdad que para mí, representar a la República Dominicana en Estados Unidos, a pesar de que nací en Nueva York, es especial; siempre tuve esa cultura de la música, del lenguaje, de la cultura… quise cantar bachata porque me considero dominicano cien por ciento y estaré representando este país en EU hasta que Dios quiera que pase”, expresó Prince Royce al recibir reconocimiento en medio de la algarabía colectiva.
Una vez hizo señal a su banda, marcó el primero de sus temas para fundir a la sala teatral Carlos Piantini bajo la magia de su música que lo ha llevado a la cúspide de la popularidad en el showbisness. Tan solo con su primer álbum, Prince Royce, alcanzó dos nominaciones al Latin Grammy, siete Premios Lo Nuestro, cuatro Premios Juventud, e igual cantidad de Billboard. Nada mal para un debutante. Pero con su segundo disco, Phase II, ha dejado claro que llegó para quedarse como una de las más importantes figuras del mundo del espectáculo. Y su presentación en el “Concierto para Las Américas” fue una muestra. Con cuatro canciones, que no fueron suficientes para calmar la euforia del selecto público (especialmente de las féminas), Prince Royce se adueñó del corazón de los presentes con unos arreglos musicales que navegaron entre la balada pop, dejando a un lado su género original, la bachata.
Entre rosas y canciones
Desde el centro y de los lados del escenario entregó rosas rojas a las féminas con la misma emoción con la que despachó su primera carta, “Las cosas pequeñas”. Vestido de negro, el joven cantautor causó gritos, levantó pasiones entre sus fanáticas, quienes le respondían con un “te quiero” o un “te amo” entre canción y canción, en especial cuando entregó “Incondicional” y “Corazón sin cara”.
Y para sellar su breve participación en una vistosa escenografía que fue decorada con fotografías de los “Héroes de Las Américas” (Thomas Jefferson, Simón Bolívar, Martin Luther King, George Washington, Juan Pablo Duarte, Abraham Lincoln, Benito Juárez y Juana Inés de la Cruz), echó manos a su corte que le abrió las puertas al éxito “Stand by Me”, una versión en bachata de la famosa pieza que popularizó Ben E. King, la cual Prince Royce dedicó al embajador estadounidense Raúl Yzaguirre.
Otra de las estrellas de la noche que engalanó el escenario fue AB Quintanilla III & Kumbia AllStarz, en su primera presentación en Santo Domingo. A pesar de que sus últimas propuestas artísticas no son tan populares en el país, el músico de rap méxico-americano tiene una gran historia de éxito desde que inició junto a su familia con el grupo Selena y los Dinos.
En el Teatro Nacional, el hermano de la inolvidable leyenda de la canción Selena, brindó junto a su banda un repertorio de sus éxitos más conocido en el extranjero, entre ellos “Hipnótica”, el primer sencillo de su disco La vida de un genio (2010), que envuelve con un sonido pegajoso y bailable, sin olvidar la cumbia.
Del mismo álbum eligió “Invisible”. También se escucharon “Azuquita”, “Boom, boom” y “Desde que no estás aquí” antes de interpretar una de las rancheras más populares. “Nos falta algo aquí que es una música muy popular y que comenzó en México”, dijo AB Quintanilla III para presentar el tema “El Rey”, con la cual conectó con el gusto de la multitud.
Y como era de esperarse, las canciones de su fallecida hermana Selena no faltaron en la velada. “Han pasado 17 años desde que mi hermana falleció y para mí fue como ayer. Realmente Selena no era mexicana, ni dominicana, era latina…. una gran mujer que la extraño más cada día”, expresó en medio de los aplausos antes de pedir al público que lo acompañara en los coros de la canción “Si una vez”, que inmortalizó a “La reina del tex-mex”.
El ritmo méxico-estadounidense
Su primer álbum de 2006, “Ayer fue Kumbia Kings, hoy es Kumbia AllStarz, lo colocó en el primer lugar del renglón pop de la revista Billboard y el número uno de los álbumes latinos. 37 años después, AB Quintanilla sigue contribuyendo al repertorio musical estadounidense, según escribió la Embajada de Estados Unidos en su programa artístico que entregó a los presentes en el Teatro Nacional.
En el concierto, que inició con la presencia del Cuerpo de Infantería de los Marines de la Embajada estadounidense y la interpretación de los himnos nacionales de República Dominicana y Estados Unidos, fueron proyectados varios videos que mostraron la diversidad racial y cultural de Estados Unidos. Al final del recital, el público disfrutó de un espectáculo de fuegos artificiales en los jardines del teatro.