Siempre se ha querido decir, que las principales atracciones de nuestro país son solo sol, playa, merengue y bachata y no es así. La República Dominicana cuenta con una amplia oferta gastronómica envidiable que la ha convertido en un destino atractivo en el área del Caribe y ha sido un distintivo importante que adquiere cada vez mayor relevancia.
Nuestro país cuenta con establecimientos gastronómicos que se han mantenido a través de los años, los cuales son considerados clásicos capitalinos, más cuando se quiere agradar al paladar con un auténtico sabor criollo y disfrutar de un ambiente que nos recuerden épocas pasadas. Muchos de estos lugares han sido los cómplices de muchas generaciones, de enamorados que se han dado el sí, de estudiantes que han llorado sus penas por no haber aprobado un examen, de “bonches” inolvidables entre amigos, o simplemente el punto de encuentros familiares.
Algunos de estos espacios, con más de 20, 30, 40 y hasta con más de 50 años entre sus paredes, siguen siendo un referente del buen comer y aún se mantienen como favoritos de adultos que quieren revivir esos momentos inolvidables, y de jóvenes que cada día buscan descubrir el placer del buen comer.
Qué estudiante o asiduo visitante al Conde no recuerda las pizzas de Petrus, quién no ha probado la fabada del Vizcaya, en donde Rafael Leónidas Trujillo estuvo muchas veces, o el rico sabor y aroma del café recién colado de la Cafetera del Conde, donde poetas y pintores se reunían para formar sus peñas.
Quién no recuerda el típico sancocho de Barra Dumbo, el asopado de camarones del Mesón de la Caba y esos ricos sandwiches acompañados de un sabroso jugo de lechosa o zapote con leche de Barra Payán para calmar el hambre de media noche.
Tampoco podemos olvidar El restaurante el Cangrejo, ubicado en la Padre Castellanos, antigua 17, un espacio familiar que oferta deliciosas pizzas. Si cogemos un poco de carretera, los ricos pescados de Boca Chica, los yaniqueques y fritos de batata, son todo una tradición culinaria insuperable. Definitivamente son espacios que despiertan la nostalgia y reviven recuerdos guardados.
Punto de encuentro
Barra Payán, amor por el sandwich
Con más de 50 años ofreciendo sandwiches y batidas, Barra Payán es uno de esos lugares en los que se piensa cuando se quiere disfrutar un emparedado tradicional con un toque criollo.Y es que este lugar es un clásico en la capital, donde se puede iniciar con buen pie el día o cerrar con broche de oro el mejor de los “bonches” a las 3:00 de la madrugada. Quién ha salido a bacilar a los bares y discotecas de la Zona Colonial, no le extrañaría ver a un grupo de chicas vestidas elegantemente y tacones en mano, disfrutando de un derretido de queso o un Payán especial. La “magia” de Payán es una combinación de precios atractivos, velocidad en el servicio y el sabor de sus emparedados y jugos.
Con acento familiar
Comida española en suelo criollo
El Vizcaya abrió sus puertas en 1955 por una familia del país Vasco: Los Paliza, y en 1960 pasa a manos de quien ha sido desde entonces su propietario, José Ramón Lombardero Arias. Ubicado en la avenida San Martín No.42, sigue teniendo ese aire de “como en casa”. Su propuesta ha crecido sobrepasando unos 200 platos tradicionales que le caracterizan de comida española, como son los callos a la madrileña, cocido de garbanzos y la fabada asturiana, entre otros. A éstos se han sumado platos internacionales, otros criollos, algunos españoles “aplatanados” y otros cuantos de cocina ligera.
Ambiente para jóvenes
Resalta por sus pizzas de maíz
Ubicada en la calle El Conde No.357, el restaurante de comida rápida Petrus abrió sus puertas hace 23 años. Este restaurante, espacio que muchos estudiantes, turistas, visitante de la zona colonial y El Conde, e incluso pintores y escritores, han hecho suyo, es conocido sobretodo, por sus deliciosas pizzas de maíz salpicadas de orégano fresco y por las nutritivas ensaladas que preparan.
Pero no solo las pizzas son su fuerte, Petrus también se conoce por los sabrosos sandwich que preparan, y que muchos prefieren acompañar con refresco rojo bien frio.
Es un espacio ideal para sentarse a contemplar el ir y venir de las personas que se dan cita en El Conde, quizás para adquirir uno que otro producto o simplemente para caminar mientras observan las vitrinas de las tiendas o para ver a los artistas nóveles pintar sus cuadros. Definitivamente, Petrus es esa cafetería que muchos dominicanos todavía visitan para disfrutar de un rico pedazo de pizza con sabor criollo.
Para el buen comer
Una apuesta con sabor de antaño
Ubicado en la avenida Independencia No. 54 esquina Las Carreras, se encuentra el Restaurant el Cantábrico, pegadito del Malecón. Este establecimiento, que abrió sus puertas en el país hace aproximadamente 35 años, desde siempre se ha caracterizado por brindar exquisitos pescados y mariscos frescos y carnes con un delicioso sabor, al igual que comida criolla e internacional. El Cantábrico hoy sigue siendo esa opción para divertirse y “botar” el stress, para reunirse con amigos y pasar un momento agradable mientras se disfruta de un rico plato y una copa de vino.
Un espacio para compartir entre amigos
Paco´s, un símbolo en la zona colonial
Paco´s, ubicado en la calle El Conde esquina Palo Hincado desde su fundación en 1967 ha sido una cafetería que se ha caracterizado por el servicio personalizado y la gran variedad de sandwich y de jugos naturales que ofrecen, además de esas “cervecitas” bien frías que sirven desde siempre.
Debido a su ubicación, considerada anteriormente el centro de la ciudad, era el punto de referencia para citas de negocios, reuniones entre amigos e incluso, citas amorosas. Paco´s, la cafeteria sin puertas como muchos le llaman, por muchos años ha sido el lugar donde se comentan los problemas sociales, los temas más curiosos y el escenario para ver uno que otro cuerpo femenino pasar.
Preferido por los ejecutivos
Pura tradición en la capital
Con 58 años de servicio, el Restaurant Vesuvio malecón, sigue con la misma calidad y ambiente exquisito desde que se fundó en 1954. Solo con la vista al mar, cada día se observa un panorama diferente, atardeceres románticos, un mar azul como el cielo.
Este restaurante que ha sido cómplice de momentos memorables de muchas personas, sigue siendo una carta de presentación de los dominicanos. Decorado con hermosos murales del reconocido artista Prats Ventós, junto con el servicio, la exquisita comida hace de este restaurante un lugar único donde cada generación guarda una añoranza. Durante estos años este restaurante no ha cambiado la forma de hacer sus platos.
Con acento familiar