El presidente electo lo ve como la “locomotora” que moverá la economía y los hoteleros lo definen como la “única opción posible en el mediano y largo plazo para sustentar e impulsar el proceso de desarrollo” del país.Son definiciones referidas al turismo. Pero no son las únicas afirmaciones y opiniones que se han formulado últimamente acerca de esa actividad de la economía dominicana y su importancia. También se han hecho planteamientos y análisis que indican debilidades que afectan al sector. El Informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana, conocido como “El Informe Attali”, es uno de ellos.
Privilegio e inconvenientes
Basado en los más de 3.5 millones de visitantes que recibió el país en el 2009, el informe dice que “la República Dominicana se mantiene como destino mundial privilegiado”, pero que “aunque se realicen esfuerzos por parte del Estado dominicano, el turismo” del país “padece dos inconvenientes importantes que amenazan” el flujo de visitantes en los años venideros. Cita que en primer lugar el turismo dominicano no “produce el valor agregado que debería generar por su volumen”, representando en el 2009 solo el 7% del producto interno bruto (PIB). El segundo aspecto señalado por Attali es que la imagen turística mundial del país “no ha logrado diferenciarse con fuerza y se mantiene marcada por el turismo de masas sin un atractivo particular”.
En ese aspecto, el informe plantea que “esa imagen de “low cost” (bajo costo) debe “desaparecer imperativamente”.
La crítica que hace el informe al modelo “todo incluido” no es compartida en su totalidad por la cúpula empresarial del sector. Durante un encuentro reciente con periodistas del área, el presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), Julio Llibre, dijo que el modelo todo incluido no debe ser satanizando, porque ha sido la base sobre la cual el país ha basado su industria turística. “El todo incluido ha sido la carta de presentación del turismo dominicano”, comentó Llibre al tiempo de reconocer que ese modelo debe ser mejorado porque tiene una fuerte competencia en el turismo de cruceros.
Un estudio reciente preparado por la firma consultora Eco Caribe para Asonahores expresa que “el real y verdadero problema del turismo es de competitividad”. Y precisa que la competitividad tiene una vertiente macroeconómica y otra microeconómica de gestión de las empresas.
“En términos macroeconómicos los escollos son diversos”, plantea. “Uno, relevante, es la sobrevaluación real cambiaria, que erosiona la rentabilidad y calidad del servicio, pero también las tasas de interés, acceso al financiamiento, infraestructura, seguridad jurídica y física, servicios públicos, entre otros”, cita.
Para apoyar su tesis de sobrevaluación cambiaria, grafica el comportamiento de la tasa de cambio y de la inflación medida por el índice de precios al consumidor (IPC) del 1991 al 2011. El resultado: la tasa de cambio en ese período creció un 312 y el IPC en un 592%.
Aunque reconoce los factores que afectan la actividad turística, el informe plantea que “el porvenir del país está vinculado al desarrollo del turismo”.
En el ambiente de falta de competitividad que la industria dice que opera, también encuentra un elemento favorable, y es la visión que tiene el presidente electo sobre el sector. “Es afortunado y esperanzador que la administración pública entrante haya señalado al sector como de la máxima prioridad”, expone el trabajo de la firma consultora contratada por Asonahores.
Considera que “mejorar la competitividad va a ser la palabra clave para impulsar el crecimiento de la producción de bienes y servicios”. Y eso significa ejecutar políticas macroeconómicas dirigidas a remover distorsiones y elevar la competitividad (tributarias, cambiarias, crediticias, tasas de interés, y sectoriales), siempre dentro de un marco de estabilidad e inflación baja”.
El informe Attali ya había tocado el tema de la distorsión en el financiamiento. Sugirió “hacer que los inversores se beneficien de las mismas condiciones de préstamos que en los demás países”. Para cuando se hizo el informe, las condiciones del mercado dominicano eran diferentes y la propuesta así lo reconoció, al indicar que “en el mundo se espera que los inversores contraigan préstamos en torno al 6%, cuando en la República Dominicana las tasas superan el 10%”.
Sugería al Ministerio de Turismop y a la Superintendencia de Bancos “desarrollar préstamos bonificados a tasas del 6% para los inversores en el sector del turismo, e identificar a los sectores que podrían beneficiarse también de una medida como ésta”.
El informe Attali, en una de sus pinceladas sobre la industria sin chimeneas, dice que “en el mundo del turismo el país parece condenado a su imagen de turismo de masas y de destino barato”.
Sol y playa limitan imagen externa de RD
“Ninguna figura titular, ninguna leyenda, ningún artista de renombre mundial ni ningún construcción o paisaje parecen proyectarse del país hacia la escena mundial; no parece haber ningún signo que pueda realmente brotar de esa media isla y resonar en el planeta globalizado”, dice el informe Attali al tiempo de quejarse de que la República Dominicana es “!un país normalmente a la zaga de los índices mundiales y sin otra imagen que playas baratas”.La propuesta de gobierno del presidente electo, Danilo Medina, al definir el turismo como “locomotora del desarrollo”, plantea desarrollar una agresiva promoción del turismo en los mercados internacionales para lograr elevar, dentro de diez años, hasta diez millones el número de turistas que visitan la República Dominicana”. También “promover un turismo incluyente por medio del apoyo a clústers que potencien el desarrollo de la producción.