Carla, Pilar, Ángela y Margarita son cuatro amigas que desde que se graduaron de la universidad hicieron un acuerdo para mantener su amistad. Este consiste en que dos veces al mes (ya sea jueves o viernes) deben reunirse para ponerse al día, contarse los últimos acontecimientos, los problemas de pareja, los ascensos laborales, los planes y botar el estrés laboral.
¿Dónde suele ser su punto de encuentro? En un espacio lejos de casa, de la pareja y donde se aproveche el “Ladies’ night” que se esté ofertando en el momento.
Ayer y hoy
Pero este tipo de compartir tiene un significado más allá de salir y verse con las amigas, ya que si te traslada 40 ó 50 años atrás en la República Dominicana (y en otras latitudes del planeta), como explica el sociólogo y profesor universitario José Antinoe Fiallo Billini, este tipo de encuentros sociales eran única y exclusivamente cosas de hombres.
“Antes, la mujer que bebía mucho se le decía vagabunda, porque era un divertimento para hombres y en la medida en que la sociedad ha ido igualando los géneros y la participación social de las féminas en la vida pública, éstas se igualan en la conducta al hombre”, explica el también sociólogo Carlos Andújar.
La forma de pensar, actuar y socializar del ser humano es constantemente estudiada, e incluso aquellas cosas que pueden influir en su cambio que provoca una evolución social, ya sea con su entorno, entre ellos (hombre y mujer) o por separado. Un ejemplo de ello es el estudio realizado por investigadores del London School of Economics, en el que buscando una explicación de las razones por las cuales las mujeres modernas toman alcohol concluyeron que esto va determinado según el nivel de educación, siendo las más preparadas, para “salir de copas”, aquellas con un nivel superior de estudios.
Sin tabúes
¿Qué otro trasfondo tiene esto? ¿Afecta esto a la relación de pareja? ¿Es bueno o malo? La carga negativa de ingerir alcohol depende de la constancia y las cantidades, en el aspecto de salud y seguridad vial. Pero en el aspecto social sólo implica una liberación de tabúes y de estereotipos.
Según Fiallo Billini, el que la mujer salga a compartir con sus amigas sin sus parejas y sin importar el qué dirán es parte de las transformaciones sociales, que como es de esperarse trae consigo metamorfosis de los sujetos, en este caso el de género.
“En los últimos 50 años el país ha ido cambiando de una sociedad rural a una urbana, donde la mujer tiene mayores ingresos y dirige su vida. Esta autonomía femenina ha ido colocando a la mujer en una especie de competencia en todos los terrenos”, comenta Fiallo Billini.
Con relación a esto, Andújar considera que “la madurez intelectual y económica, el pertenecer a una cultura de modernización, por satisfacción personal y por un asunto de igualdad de género, así como la participación de la misma en espacios públicos son factores que han influido en que la mujer tenga una vida social activa, en la que no es necesario la participación de los caballeros”.
En algo que coincide la psicóloga Soraya Lara de Mármol con Fiallo Billini, es que esto también se debe a una necesidad de la mujer de expresar sus emociones, ya que muchas personas suelen aliviar sus ansiedades y depresión por esta vía. Visita www.elcaribe.com.do para leer más.
