Para evitar infecciones en las vías urinarias la mujer debe mantener una correcta higiene corporal y beber una gran cantidad de líquidos diariamente.
Las infecciones urinarias son el segundo tipo de infección más frecuente en el ámbito ambulatorio, tras las respiratorias.
Las mujeres son las principales afectadas, y se estima que una de cada tres sufrirá este tipo de infección en algún momento a lo largo de su vida. Esta mayor propensión se debe a que la uretra (conducto que va desde la vejiga hasta el orificio exterior) es mucho más corta, lo que facilita la penetración de las bacterias.
La infección más frecuente es la que conocemos como cistitis, en la que los gérmenes afectan las vías urinarias inferiores (uretra y vejiga). La culpable suele ser, con mucha frecuencia, la bacteria “escherichia coli”, que se encuentra de forma habitual en las zonas distales del tubo digestivo. Las relaciones sexuales aumentan la probabilidad de padecer una cistitis debido al paso de bacterias hacia la uretra. El embarazo, la diabetes y los problemas que dificultan el vaciado de la vejiga son otros factores que incrementan el riesgo de infecciones urinarias.
Por este motivo, a partir de cierta edad las infecciones también empiezan a ser más frecuentes en los hombres que padecen problemas prostáticos.
Los síntomas más frecuentes son escozor o dolor al orinar, con sensación de quemazón y necesidad de orinar con frecuencia. La orina puede ser turbia y, en ocasiones, hemática. La cistitis no suele acompañarse de fiebre alta. Si se presenta con fiebre elevada y dolor lumbar debe sospecharse una infección de las vías urinarias altas con afectación del riñón (pielonefritis) , principalmente si la fiebre es alta y está acompañada de vómitos, pérdida del apetito y malestar general.
El diagnóstico se efectúa mediante un sencillo análisis de orina, que, gracias al cultivo, también aporta información sobre el germen causante y el antibiótico más adecuado para el tratamiento.
Qué hacer
De acuerdo con los especialistas la zona genital debe mantenerse limpia, realizando la higiene de adelante hacia atrás para reducir las posibilidades de introducir bacterias desde el área rectal a la uretra. Realizar micciones frecuentes puede resultar útil ya que dificulta el crecimiento que los gérmenes, al impedir que estos permanezcan en la vejiga durante el tiempo necesario.
Para limpiar la orina de gérmenes no hay nada mejor que beber grandes cantidades de agua diariamente, y dejar a un lado el tabaco, el café, el alcohol y las comidas ricas en especias, pues además de facilitar las diuresis, también ayudará a limitar el crecimiento de bacterias.
Al ir al baño, se debe intentar que no queden residuos de orina en la vejiga. vaciándola completamente. Cuidado con el calor y la humedad, ya que las bacterias y gérmenes se reproducen fácilmente en estas condiciones climáticas.
Algunas enfermedades predisponen la infección
Pese a tener todos los cuidados higiénicos, algunas personas presentan una predisposición hacia las infecciones urinarias. Algunas mujeres tienen infección urinaria de repetición, con varios episodios durante el año. Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de cistitis, podemos citar diabetes mellitus, vida sexual activa, actores genéticos y antecedentes familiares de cistitis, presencia de sonda vesical, incontinencia urinaria , entre otras enfermedades.