De boca en boca corrió a mediados de la semana pasada la noticia sobre la venta en su totalidad para el espectáculo “Tour 40 Años de Wilfrido Vargas”.Muchos se quedaron con el deseo de asistir al regreso a los escenarios del músico más visionario que ha tenido el merengue, debido a un sold out que madrugó a quienes andan pregonando una crisis en el ritmo. Con cuatro décadas exactas de una trayectoria redonda, puede que la selección del cancionero se convirtiera en el principal dolor de cabeza para el productor René Brea. Con una discografía de estudio que bordea las 30 producciones, música hay de todo tipo, éxitos para escoger y dejar.
Wilfrido Vargas salió al escenario vestido de blanco, con una trompetita roja casi en miniatura y sin las parafernalias reservadas para otros géneros musicales, no para el merengue. El primer número recogió versos de tres de sus primeros éxitos: “Barbarazo”, “Deseos” y “Juanita Morel”. Un buen comienzo que entusiasmó a quienes abarrotaron el salón La Fiesta del hotel Jaragua.
Entre éxitos y mezclas
Con tantas bombas musicales a disponibilidad de la producción, el recurso del popurrí era casi una imposición inevitable. Luego de “13 años”, con un ritual africano se anunciaba lo que venía: “El africano”, una de las canciones más internacionales de Vargas. Otro medley servía de pretexto para bajar un poco la algarabía que dejaba la música de uno de los clásicos más importantes del cancionero del artista. Gene Chambers salía a escena como el primero de los invitados de la noche, para interpretar “¿Qué será?”, “A millón” y “A mover la colita”. Otras dos piezas completas, “Mi medicina” y “Serenata de un loco” dejaron un terreno fértil para resembrar las semillas de esos frutos frondosos en el bosque musical que fueron “Volveré”, “Atrevida” y “Sálvame”.
Los “hijos” musicales de WV
Evitando inteligentemente lo que podía ser considerado como una repetición de Brea, en su escenificación, se obviaron la participación que quizás el público esperaba de rigor. Nada de Rubby Pérez en “Volveré”, mucho menos Eddy Herrera en “El jardinero” –otro de los números más aplaudidos de la noche– y tampoco se apeló a la participación de Jorge Gómez, quienes sí estuvieron en el espectacular segmento que tuvo Wilfrido en Premios Casandra de marzo pasado.
Esto posibilitó la producción del segmento titulado “Más de Wilfrido” en el que tuvieron una salida por la puerta ancha dos ex Chicas del Can: Michell y Grisell que cantaron “Voy pa’llá” y “Hacer el amor”. Luego entraron en este número Cherito y Davi Vega de The New York Band interpretan “Cole” y Luis Alberto, de Altamira Banda Show cantó “Banana”. Aplaudido por el público que se quedó con un deseo evidente de seguir disfrutando de ellos.
Pero la estrella era Wilfrido Vargas, y esto imposibilitaba otras concesiones que favorecieran a un invitado determinado. Nuria Piera y Alicia Ortega salieron en video, para una introducción de “Esto no lo aguanta nadie”, “Yola” y “El funcionario”. Qué más se podía pedir. Vino luego “El baille del mono”, “El baile del perrito” y “Vampiro”, el penúltimo popurrí de la noche. El sintetizador anunciaba los acordes de “El jardinero”, y la gente amagó con pararse de sus mesas para bailar. La distribución de mesas imposibilitó ese placer.
El último medley se le reservó a la alineación original de Los Beduinos: Sandy Reyes, Vicente Pacheco y Víctor Waill, que cantaron “Avispas”, “Jarro pichao”, “Así, así” y “Enrique Blanco”. Con “Calor” (en su versión original) se apeló a la versión del tema para recibir la participación de Alina Vargas, hija del artista.
“Agua”, “El añoñaíto”, “El comején”, “Hombre divertido”, volvieron a salir al escenario, con este último hit, todos los invitados de la noche. Era el clímax de un espectáculo que ya se hacía necesario para quien coronó su carrera en el país con El Soberano en Premios Casandra.
El cierre sí fue con broche de oro, con la interpretación de “Abusadora”, canción con la que se dio punto final a un espectáculo sin desperdicios. Una orquesta que estuvo a la altura de la estrella, una escenografía que adornó el mejor regreso del líder de orquesta más internacional del merengue.
Superadas las dudas, deben venir otros shows
La de Wilfrido Vargas es una trayectoria que da para muchos. Eso lo saben el productor general y artístico del espectáculo, el empresario César Suárez Jr., y René Brea, respectivamente.
Todo apunta a que vendrán otras noches, que se prepararán en función de la agenda del artista que tiene sus compromisos fuera del país. Lo que sí quedó evidenciado la noche del sábado es que su música y su presencia en este mercado, refrescaría un poco la dinámica que mueve la industria de la música en torno al merengue.