Son muchas las canciones que escuchamos en un día. Una termina, la otra comienza, y donde quiera que se ecuchan,muchos las cantan a coro. Sin embargo, casi nadie se interesa por saber quién la escribió; es más, hasta le atribuyen la autoría a su intérprete.Lo cierto es que cada canción tiene una historia, resumida por su autor en rimas breves en las que éste cuenta el dolor del desamor, la felicidad inmensa del más intenso amor.
Una de esas autoras de letras es Leonor Porcella de Brea, una mujer que desde los siete años de edad no ha hecho otra cosa que ir plasmando con un lápiz y papel historias de vida, a las que han puesto voz los más populares cantantes nacionales e internacionales. Las letras de sus canciones la han inmortalizado, en títulos como “Dónde podré gritarte que te quiero”, interpretada por Sonia Silvestre o “Cada vez, otra vez”, que recorrió los escenarios del mundo en la voz de Danny Rivera”.
1. Niña precoz
Aprendí a leer antes de los cinco años y desde los siete escribo. Escribía cuentos, me atraía mucho la pobreza, siempre quería ayudar a las personas desvalidas. Tenía una gran creatividad. Provengo de una familia muy unida, basada en el amor de mis padres. Nos cuidaron con disciplina pero nos daban participación desde chiquitos en las cosas de importancia para la familia”.
2. La colegiala
Recuerdo que en el Colegio Santa Teresita, a los 11 años, hice una composición de Ramón Matías Mella y me morí de la vergüenza porque tuve que leerla en público. A todos, al personal docente y los alumnos. Fue muy buena composición, lástima que haya llovido tanto después de eso, y no recuerdo nada de lo que decía. (Risas)”.
3. ¡Solo están dormidos!
Un día, yo veo que mi mamá tenía un frasquito en su mesita de noche y me dijo que se llama Paciflorina, y que servía como tranquilizante, pero alguien me dijo que eso le hacía efecto a los gatos. Entonces, yo subí al tercer piso, donde tendíamos la ropa y cogí el pote de valeriana y lo derramé entero en el piso y de repente veo que empiezan a salir todos los gatos del vecindario a darle vuelta a la Paciflorina que estaba en el piso y empiezan a caerse uno a uno y yo pensé que se estaban muriendo. Empecé a llorar y bajé llorando donde mis padres y les dije: ¡ay! yo he hecho una cosa muy mala, he matado todos los gatos de Santo Domingo, y mi mamá subió y me pregunto que qué fue lo que hice y le conté, entonces ella me explicó que no estaban muertos”. Solo están dormidos”, dijo.
4. Un amor para siempre
Cuando llegué de estudiar Artes Generales, en Canadá, ese día llegaba él de estudiar Medicina en Filadelfia y nos enamoramos seguido, desde la primera vez que nos vimos, él se llamaba Aulio Brea. Nos conocimos en una boda, nos casamos y tuvimos tres hijos”.
5. La historia de una canción
Recuerdo que yo tenía mi segunda canción escrita, titulada “Dónde podré gritarte que te quiero” y llega Sonia Silvestre a mi casa, ella tenía 18 años, y cuando llega, yo estoy con el maestro Bienvenido Bustamante y le dije: “señor Bustamante, ¿y usted cree que esta nina va a poder con esta canción?” y él me dice: “Vamos a tratarla”. Cuando esa niña dijo, “Cobarde”…, a mí se me erizó el cuerpo y le dije: “mi hija esa canción es tuya, llévala a donde tú quieras” y ella me dijo: “yo la vine a buscar para el Festival Dominicano de la Canción”, ahí estaba Mario de Jesús, que era el que daba los contratos a los compositores dominicanos, y me dijo: “Yo acostumbro a escuchar todas las canciones antes de dar un contrato, pero me bastó escuchar esa”. Firmamos un contrato por 20 canciones, aunque sólo había escuchado esa. Estaba seguro de que las demás canciones serían tan buenas como esa”.
6. Experiencias ajenas
Desde que comencé a escribir canciones, lo hice con la norma de que no todo lo que escribiera se circunscribiría a mí, pero estaba consciente de que si no tienes un amor inmenso dentro de ti, aunque tú cojas vidas de otros para escribir, el resultado no será exitoso. Si eres una persona fría, sin amor, es imposible que escribas bien. Ese amor inmenso yo lo tenía en mi esposo, al que adoré hasta el día de su muerte, y eso me permitía desplazarme hacia otras vidas. Mi intención fue siempre llegar a las grandes mayorías, por eso escribo para las grandes mayorías”.
7. Una mala pasada
Yo fui con la canción “Ven y Abrázame” a un festival y desgraciadamente, tres compositores dominicanos tenían canciones compitiendo en ese festival. Ellos querían ganar, pero con mi canción era imposible que me ganaran, entonces, me acusaron de plagio y llevaron un disco de Manuel Alejandro, que se parecía a esa canción, y el jurado lo aceptó. Eso fue terrible, pero el público se paró y le gritaba “fraude, fraude”. Efectivamente, uno de ellos tres ganó el festival. Pero mi canción fue la más popular del disco del festival, las otras, incluyendo la ganadora, no se escucharon. Ese fue el verdadero premio. Lo más importante es que Manuel Alejandro me escribió una carta preciosa, diciéndome: “Te felicito por tu bella canción. Eso no es plagio de la mía”. Los que pensaron que, después de eso, nunca más yo iba a volver a escribir, se equivocaron”.
8. Una llamada
Al año siguiente de que me acusaran de plagio, recibí una llamada de Danny Rivera, yo no lo conocía, y me dijo: “Yo quiero una canción suya, para incluirla en la Antología de la Música Dominicana en el Teatro Nacional”.
Le dije que con mucho gusto. Un día llegó a mi casa, almorzamos juntos y automáticamente grabó la canción y comenzó a sonar con locura, sonó el año entero. Esa fue “Cada vez, otra vez”, que resultó ser la canción del año”.
9. La escritora
Tengo seis novelas escritas, de las cuales se acaba de publicar “Fuego Alto”, una novela de amor erótico. Soy una persona muy erótica, creo que todo lo que uno hace en su vida es reflejo de lo que uno es. Consta de 458 páginas. Me siento muy entusiasmada con esta nueva faceta. Todos mis libros son de amor, bajo diferentes temáticas. A mí no me habría gustado hacer nada distinto a lo que he hecho en mi vida. Siempre he hecho lo que he querido hacer”.
10. Inspiradores de historias
Como escribo pensando en las grandes mayorías, yo buscaba a mi chofer, a la muchacha que nos ayudaba en la casa y les preguntaba ¿qué les pasaba? Siempre les pedía que me contaran las cosas que les preocupaban, lo que sentían y sólo necesitaba una palabra de ellos para yo crear algo que le viniera a esa persona. Pero mi música, en su mayoría, fue inspirada en el gran amor que sentía por mi marido. Si lo que escribes no tiene relación con la vida, no funciona”.
Una vida escrita con música y canciones
Hija de la pareja de emigrantes italianos, Ángelo y Amelia de Porcella. Aprendió a leer y escribir a los cinco años de edad y desde los siete comenzó a escribir.
Escribía cuentos y poesías, con el tiempo, le puso música a esas letras y las convirtió en canciones. Su nombre se ha paseado por los distintos escenarios de habla hispana, cantado en las voces más reconocidas del arte popular. Ha escrito más de 500 canciones. “No tengo ninguna en especial, el público se adueñó de algunas, que las ha hecho suyas”, afirma, y agrega que “ es importante en la vida de un compositor que canten sus letras grandes voces internacionales como Imelda Miller, Luisa María Güell, Marco Antonio Muniz, José José y Danny Rivera”.
Inspiración
Me inspiro en la vida, pero mi música, en su mayoría, fue inspirada en el gran amor que sentía por mi marido”
Reflejo
Todos mis libros son de amor. Soy una persona muy erótica. Creo que todo lo que uno hace en su vida es reflejo de lo que uno es”.
Objetivo
Si lo que escribes no tiene relación con la vida y no le llega a las grandes mayorías, no funciona. No sirve”.