Muchos son los niños y niñas que tienen dificultades para lograr buenas notas, ya sea en las matemáticas, ortografía, historia, química o biología. Por lo regular, los padres atribuyen esta situación a la desconcentración, desinterés o vagancia por porte del infante, por lo que suelen tomar medidas para superar este óbice, como no dejarlos ver televisión, alargando las horas de hacer las tareas en casa o restringiéndoles las salidas.
Otros, por de falta de tiempo o porque no saben cómo instruirles para hacer sus deberes escolares o explicarles lo que no entienden, optan por inscribirlos en salas de tareas, también llamados centros de recuperación, como una manera de reforzar las deficiencias o “lagunas” en algunas ramas en la educación escolar de los niños.
“Existen muchos factores por los cuales los estudiantes puedan tener problemas para asimilar las clases, pero la realidad es que en la mayoría de los casos el problema se encuentra en la metodología de enseñanza. Los profesores tienen las herramientas y los conocimientos para saber el potencial de cualquier niño, pero suelen dejar pasar por alto las destrezas de cada infante”, explica Adelmia de Fiallo, una maestra de muchos años de experiencia y quien dirige un centro de recuperación.
Comenta que es muy común que en los centros de educación “pasen” a los niños que cursan los primeros años escolares (especialmente primero, segundo y tercero de primaria) por no perder la matrícula de inscripción, lo que hace que los niños lleguen a los niveles superiores con muchos “vacíos”. Esta situación ha hecho que proliferen las salas de tarea, que, según Adelmia, no es un buen pronóstico, ya que no todas las personas que dirigen este tipo de centros cuentan con la preparación adecuada para trabajar con niños.
“Este sistema educativo ha perjudicado el aprendizaje de los niños dominicanos”, agrega la profesora de Fiallo, quien considera que a las “salas de tarea” se les debe cambiar el nombre por centros de recuperación, al igual que el concepto, que más que ser un lugar donde los estudiantes puedan acudir para que quien les dirija para hacer las tareas, sea un profesional que les pueda ayudar a cumplir con los objetivos escolares.
“Se debe trabajar en la reconstrucción de los fallos del colegio, reforzar las cosas que los profesores de planta no han podido hacer”, detalla.
Un aliado para los padres
Karla de Windt, especialista en desarrollo y aprendizaje infantil,en un artículo publicado en el portal clubmadreybebe.com.do, comenta que las salas de tarea se han convertido en grandes aliadas de los padres, ya que éstos muchas veces no tienen el tiempo de ayudar o supervisar las tareas de sus hijos.
“Muchas veces pensamos que una sala de tareas va a ayudar al estudiante a recuperase o, que le va a ayudar a mejorar su comprensión o comportamiento, y no es así. Esta es solamente un espacio para ejecutar los trabajos asignados en la escuela y estudiar”, resalta de Windt.
Pero para la profesora Adelmia de Fiallo, esto por lo regular les quita la responsabilidad a los padres de supervisar los deberes de sus hijos y, por ende, a no enfrentarse con las deficiencias del plantel educativo al que los niños pertenecen.
Por otro lado hay que destacar que no todo deber ser tareas y estudio, ya que el niño debe tener tiempo para distraerse y relajarse. En este aspecto, ambas profesionales consideran que fuera de las aulas, los niños deben dedicarle un máximo de dos horas a reforzar lo enseñado y a ponerlo en práctica.
Para potencializar el desarrollo integral de los infantes, los expertos en educación consideran que la formación de los mismos (de los niños) debe ser un trabajo en equipo, en el que se involucren los padres y los maestros para poder detectar a tiempo cualquier dificulta en el aprendizaje o de adaptación escolar. No es recomendado que el problema afecte el rendimiento, la motivación e incluso la autoestima de lo niños para buscar una asistencia especial.
Pero antes de tomar esta decisión, la psicóloga de Windt considera que se deben evaluar las necesidades del infante, como por ejemplo, cuáles son las causas que hacen que no esté aprendiendo o que no refleje sus conocimientos en las notas obtenidas; así como el espacio donde trabajará, la cantidad de compañeros que tendrá y la persona a dirigirlo.
“Es importante que los padres recuerden que aunque sus hijos asistan a una sala de tarea deben de revisar sus agendas y tareas en la noche diariamente, platicar con ellos sobre su día, cómo les fue en las tareas y así ellos sienten que son importantes, que siguen siendo parte del proceso y que son un equipo”, concluye de Windt.
En fin, el ideal en la preparación de cada individuo en los primeros años de vida (y siempre), sería que se le proporcione las herramientas necesarias para que pueda desarrollar sus habilidades y descubrir cuáles son sus potencialidades, pero esto es factible con un sistema educativo con bases sólidas, en el que en vez de “embotellar” información se le ayude al estudiante a razonar, deducir y analizar lo aprendido. De lo contrario, continuarán las “lagunas” hasta llegar a las aulas universitarias, lo trae como consecuencia una sociedad sumergida en la ignorancia.
Estudiar durante las vacaciones
Para esta fecha algunos centros escolares ya están de vacaciones o próximo a ello, por lo que se suele inscribir a los niños en campamentos para no dejarlos ociosos y aburridos en la casa.
Con relación a esto, la profesora Adelmia de Fiallo considera que no es mala idea si la niña o la niña no tuvieron un buen desenvolvimiento en el año escolar, pues no recomienda atosigar a los niños con tantas horas de estudio.
“Se les debe dejar tiempo para respirar, para encontrarse con ellos mismos y descansar”, comenta.
En el caso de que deba acudir a un centro de recuperación, considera que debe limitarse a tres veces por semana durante las vacaciones, sin que esto afecte las actividades de recreo con la familia.
