En las elecciones del domingo 20, algunos dirigentes políticos se juegan al “todo o nada” y otros al menos ponen en riesgo su futuro inmediato, el cual puede pasar de promisorio a oscuro, de acuerdo con los resultados de los comicios.Los dos principales candidatos son quienes más arriesgan en la contienda, aunque otros líderes políticos también ponen en juego “la faja”. Uno de los protagonistas del proceso es el presidente Leonel Fernández quien, por el rol que ha desempeñado, se puede decir que gana en cualquier escenario.
El mandatario ha sorprendido a muchos con los niveles de involucramiento en la campaña, por lo que si finalmente obtiene el triunfo el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se podrá llevar parte del mérito. Si su partido pierde, ningún peledeísta lo podrá culpar de la situación.
Además, independientemente de los resultados de las elecciones, Fernández se retirará de la Presidencia con grandes cuotas de poder en el Congreso, las altas cortes y otras instancias. Sería un expresidente poderoso y con buenos niveles de popularidad, lo que le colocaría en una posición ventajosa de cara al futuro.
La situación no es tan cómoda para Danilo Medina, porque depende mucho de los resultados de los comicios. Su triunfo le garantizará compartir el liderazgo en el PLD con Fernández, pero la derrota lo colocaría en un trance difícil. Como el partido morado lo ha hecho todo para ganar y ha actuado de forma cohesionada, en un eventual fracaso, a la hora de buscar culpables, muchos dedos apuntarían hacia él.
Margarita Cedeño también se la juega en su debut en la política, aunque no necesariamente un resultado adverso al PLD afectaría su incipiente carrera.
Hipólito Mejía es de los que estarán jugando al “todo o nada”. El candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) está pidiendo al pueblo una segunda oportunidad que podría ser su última, debido a que ya cuenta con 70 años y un grupo de dirigentes espera su turno.
Con las condiciones adversas que enfrenta, Mejía, de ganar las elecciones, se convertiría en poco menos que un héroe y consolidaría su liderazgo en el partido.
Existe la posibilidad de una lucha de tendencias tan pronto pasen las elecciones, pero si Hipólito resulta victorioso en los comicios estaría en condiciones de manejar el asunto de manera más cómoda. Si pierde, tendría que decidir el rol que jugará en esa lucha -que en ese escenario sí sería segura- y si se mantiene o no en la política o se retira.
Precisamente, Miguel Vargas es otro que arriesga mucho en este proceso. El hecho de que hasta hoy mantenga su decisión de no participar en la campaña de su partido, podría ocasionarle grandes problemas, a partir del mismo 21 de mayo, en caso de que se pierdan las elecciones, ya que muchos lo culparían de la derrota.
En caso contrario, podría desde la presidencia de su partido asumir un papel de “paño de lágrimas” para los perredeístas excluidos del Gobierno, como hizo Hatuey De Camps en el período 2000-2004.
El resultado del proceso también tendría un gran significado para Luis Abinader, que de ganar el PRD se colocaría en el “carril de adentro” para optar por la nominación para el 2016, contando probablemente con las fuerzas que respaldan a Hipólito. Si su partido pierde, también le tocará participar en una segura lucha de resultados impredecibles.
Otros casos
Hatuey De Camps, después de ofertas de alianza de parte de blancos y morados, decidió reconciliarse con su antiguo partido, por lo que de acuerdo a lo que ocurra el 20 de mayo, su liderazgo político podría fortalecerse o resquebrajarse.
Carlos Morales Troncoso, presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) también pone su futuro político en riesgo. Al encabezar al grupo que impuso la alianza púrpura, Morales se expone, si el PLD pierde las elecciones, a ser “destutanado” por los reformistas que se han opuesto al acuerdo. En ese grupo no solo hay dirigentes que decidieron apoyar a Mejía, sino otros, como Ito Bisonó, que se han quedado en el PRSC pero no ocultan su descontento con las decisiones de la cúpula.
Pero de igual modo, otros reformistas se juegan su futuro inmediato con su decisión de respaldar al candidato contrario al que ha seleccionado el partido rojo en virtud de su acuerdo con el PLD. Si vence Danilo, se afianzan Morales y compartes en la dirección del partido rojo, pero si gana Papá, podrían retornar, con fuerza, Amable Aristy, José Enrique Sued y Sergia Elena Mejía de Séliman, entre otros dirigentes “expulsados” de las filas del PRSC.
Los que empiezan a sembrar ahora
Los candidatos de partidos emergentes saben que no ganarán las elecciones del día 20, pero el reto que tienen por delante es otro. Los cuatro estarían trabajando para posicionarse con miras al futuro por lo que un objetivo de cada uno de ellos sería quedar tercero, es decir, por encima de los demás minoritarios. Hasta ahora, las encuestas favorecen a Guillermo Moreno.
Protagonistas
Leonel Fernández
El Presidente se ha colocado en una situación de “ganar-ganar”. Sin importar el desenlace de estos comicios, el mandatario luce, al menos en este momento, como una opción potable para el 2016. De hecho, ya algunos se han apresurado a “proclamarlo”.
Hipólito Mejía
El candidato del PRD hace meses gozaba de una amplia ventaja. Hoy se le presenta un panorama distinto. Tanto así, que un triunfo suyo ahora sería para muchos tan sorprendente como la victoria que logró en la convención. Finalmente, ¿llegará Papá?
Danilo Medina
Una derrota para el candidato del PLD sería un gran golpe, ya que se trata de su tercer intento. Con un partido unido y con holgura de recursos, solo a él lo identificarían como culpable, en caso de unos resultados adversos. El 20 es un día clave para él.
Miguel Vargas
A simple vista, su situación es totalmente contraria a la de Fernández. Si su partido gana, muchos dirán que no fue necesario, y si pierde, lo culparán a él de la derrota. Se entiende que asume un riesgo calculado. ¿Habrá calculado bien el MVP?
Carlos Morales Troncoso
De ser uno de los principales líderes del PRSC pasó a ser disidente y luego nuevamente a la directiva. Si el PLD gana, puede mantener su presidencia y el liderazgo. Si ganan los blancos, podría pasar a ser nuevamente “disidente”. Los rosados dicen desde ahora que “es pa’ fuera que va”…