Bebidas «energizantes»

El ser humano de la sociedad moderna, sin distinción de género, al parecer tiene unas metas vitales que cumplir (aparte de tener una…

El ser humano de la sociedad moderna, sin distinción de género, al parecer tiene unas metas vitales que cumplir (aparte de tener una carrera universitaria y un trabajo estable), que se pueden resumir en la constante búsqueda de tener el cuerpo “perfecto”, a veces excediendo los límites de la capacidad de aguante de su cuerpo.

Para lograr tales cometidos, de un tiempo a la fecha, cientos de productos se comercializan, tanto a nivel nacional como internacional, bajo la promesa de reponer las energías perdidas durante una intensa actividad física, estrés o “bajón” emocional , y de esta forma sentirse “como todo un Supermán”. Pero la realidad es otra.

Las sustancias mercadeadas bajo el sello de bebida “energizante”, cuyo supuesto objetivo es incrementar la resistencia física de manera rápida y efectiva, así como acrecentar el estado de alerta y concentración en su consumidor, quizás no presente un riesgo a corto plazo, pero especialistas en el área de la nutrición consideran que su consumo en exceso puede llevar, a quienes la ingieran, a la dependencia de estos productos.

Para Mauricio Ríos, nutricionista y coordinador del área Metabolismo y Composición Corporal de la Universidad del Desarrollo, de Chile, “por su composición y las características estimulantes de sus componentes a nivel del sistema nervioso central y el sistema cardiovascular, cantidades excesivas de estas bebidas podrían generar una desregulación de éstos”.

Para qué son recomendados

El endocrinólogo Félix del Monte, del Centro Médico Real, explica que estos productos no aportan ningún valor nutricional, pero que sí pueden ser una alternativa momentánea para quienes necesiten subir los niveles de azúcar, energético o de “ánimos bajos”.

“Lo que se conoce como bebida ´energizante´ no hace daño directo si su consumo no es frecuente. Éstas pueden ser usadas, por ejemplo, luego de una noche de tragos, cuando al día siguiente la resaca ataca. Pero nunca durante o después de hacer una rutina de ejercicios”, detalla Del Monte.

Y es que muchas son las personas que luego de una larga caminata, un partido de pelota o levantamiento de pesas suelen tomar este tipo de bebidas para “avivar” o retomar el impulso para continuar. Acción que no es aconsejada por el experto.

“Es normal que el organismo se acostumbre al ejercicio constante. Es normal que la sensación de adrenalina y bienestar que en un principio aportaba, baje; pero esto no es una ´luz verde´ para optar por este tipo de sustancias”, agrega.

Según el criterio de Del Monte, las bebidas “energizantes” no deberían ser consumidas nunca, aunque acepta que si la persona tiene la presión baja, considera que puede ser consumida. Siempre y cuando no lo haga una costumbre de su diario vivir.

Pero existe otro factor que preocupa al especialista en nutrición, y es el alto consumo de estos productos en los jóvenes, cada vez más común. El año pasado, el Centro para el Desarrollo y la Salud de Jóvenes Adultos del departamento de Ciencias de la Familia de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, realizaron una investigación sobre las consecuencias del consumo de estas bebidas, llegando a la conclusión de que los estudiantes universitarios que consumen de forma habitual bebidas energéticas, con alto contenido de cafeína, tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar dependencia al alcohol.

Para leer más sobre la mezcla de estas bebidas con alcohol, entra a www.elcaribe.com.do

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