Antojos ¿Qué tan reales son?

La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación que puede darse en un gran número de mujeres); pero al darle la confirmación de su próx

Antojos ¿Qué tan reales son?

La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación…

Antojos ¿Qué tan reales son?

La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación…

La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación que puede darse en un gran número de mujeres); pero al darle la confirmación de su próxima espera, casi inmediatamente (sin exagerar) comienza a sentir una variedad de sensaciones y emociones dispersas y cambios en sus gustos.Estudios achacan a este “giro” emocional al alboroto hormonal al que se ve expuesto el cuerpo de la mujer en la etapa de gestación, que puede ocasionar en la futura madre un torrente de deseos insospechados, e incluso extraños a sus costumbres. A esto se le suele llamar antojo.

Viejas creencias culturales y sociales consideran que estas “peticiones” deben ser complacidas al instante y tal cual son exigidas por la solicitante, ya que de no ser acatada por la pareja o los demás familiares (con punto y coma) el niño o niña podría nacer con alguna marca, mancha o deformidad. 

¿De qué se antojan?

Comer hielo o escarcha del refrigerador, saborear tierra, degustar de un pica pollo (pero no de los que están a la esquina de la casa, esos no; sino de los que se encuentran en la avenida Venezuela, pero tú vives por la Luperón), apetecer un dulce de coco que hace la tía María (que vive en el campo), desayunar café tostado o la borra del mismo, entre otras tantas ocurrencias culinarias pueden formar parte del menú de una embarazada, sea primeriza o no. Aunque esto puede verse más en las menos experimentadas.

Según distintos expertos de diferentes ramas de la salud y antropólogos  los antojos, como por ejemplo hacer un guiso de berenjena y mezclarlo con helado, no tienen una causa fisiológica ni biológica. Más bien es inducido por el estado emocional de la embarazada y por lo que representa su estado ante los demás, la sociedad.

De acuerdo con el antropólogo social Carlos Andújar, existe la creencia popular de que si no se satisface inmediatamente cualquier antojo que sienta la mujer en su estado de gestación, el bebé nacerá con una mancha en la piel con la forma del alimento que no se comió. Nada más falso. Explica que “son creencias muy ancestrales que están muy arraigadas en los dominicanos sin distinción de clase social”.

Para José Miguel Gómez, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, la manifestación de antojo durante el embarazo viene de la mano con el factor educación e información. Este considera que a mayor nivel de formación, la mujer maneja mejor los antojitos en la madrugada y cuida lo que come.

Mientras que para Milcíades Albert Fiorinelli, gineco-obstetra, esto también puede resultar un problema, “cuando se maneja mucha información y conceptos, en la mayoría de los casos la mujer crea tabúes que pueden empeorar el estado emocional. Las embarazadas que pertenecen a un extracto social medio o alto puede que tengan menos antojos o ninguno, pero suelen tener más problemas para llevar una relación de pareja estable”.

Ella quiere ser mimada

“Los síntomas del antojo también pueden ser usados como una forma de llamar la atención por una necesidad afectiva, pues la mujer embarazada suele estar más sensible debido  a los cambios hormonales”, explica Gómez.

Los antojos no tienen un aval científico y mucho menos fisiológico. Si algo ha quedado claro es que las embarazadas deben tener un cuidado especial debido a su estado, y que sus “nuevas mañas” no son provocadas por el retoño que lleva en su vientre. Pero sí representan un llamado de atención.

“Embarazarse y parir es un concepto de salud por el cual toda mujer debe pasar, vivir. En el caso de los antojos no se deben tomarse al menos, pues la mujer con eso lo que está buscando es que la mimen, que su pareja le demuestre cariño y paciencia”, considera Albert Fiorinelli.

Es por esta razón que es sumamente importante que durante esta etapa, la pareja se involucre. Es un momento vital, ya que pone a prueba la relación de pareja. Esto ayudará a fortalecer los lazos, a entenderla y a tener una mayor conexión con su hijo o hija.

Otra situación que se puede presentar es usar el embarazo para manipular, pero según explican los expertos esto sucede en menor medida y cuando dentro de la relación de pareja existe un problema previo al embarazo.

“No es extraño ver comó la esposa se inventa cosas, como que le desagrada el olor de su pareja, para no acercársele. Esto significa que existe un problema en la relación y se lo acreditan al embarazo, de manera inconsciente, lo hacen para expresar lo que desean”, dice Albert Fiorinelli.

Tanto el hombre como la mujer deben hacer que durante la espera su relación se solidifique, pues pequeñeces como estas pueden afectar su relación, ya sea a favor o en contra.

Reacciones

Es importante que la pareja se involucre. Un embarazo no es solo de la mujer, el padre debe colaborar y tratar de hacer el proceso de gestación lo más llevadero posible”.
José Miguel Gómez,
Psiquiatra

Son creencias muy ancestrales que están muy arraigadas en los dominicanos sin distinción de clase social”.
Carlos Andujar,
Antropólogo

La mujer con eso lo que está buscando es que la mimen, que su pareja le demuestre cariño y paciencia”.
Milciades Albert Fiorinelli,
Gineco-obstetra

Los posibles tipos de antojos

Los antojos son causados por los cambios hormonales en el cuerpo y se experimentan, por lo general, durante el primer trimestre del embarazo. Otras causas posibles son una dieta deficiente o recurrentes situaciones de estrés.

Las manifestaciones de antojos dependen de las necesidades de cada mujer, los comunes son aquellos en el que los caprichos de la embarazada se dirigen a consumir alimentos altos en carbohidratos y grasas (como el pica pollo o el helado de chocolate). También por querer ingerir bebidas frías o comer hielo para minimizar las náuseas.

Pero también están aquellos deseos extraños, que más que buscar satisfacer una necesidad alimenticia procuran placer, como el querer un determinado olor o todo lo contrario, como por ejemplo, no querer que el esposo se le aproxime.

Y están los antojos constantes, que no suelen ser muy comunes pues ya tienen que ver con un tipo de trastorno fisiológico relacionado con problemas nutricionales. Estos puede resultar un verdadero dolor de cabeza, ya que puede convertirse en obsesiones.

Moderación
Los antojos pueden ser saciados, pero sin excesos. Se debe tener cuidado con los carbohidratos y los azúcares, por lo cual es recomendable comer pequeñas porciones y evitar grandes comidas pesadas.

¿Por qué?
Estos  no tienen un aval científico y mucho menos fisiológico. Más bien se relacionan al estado psicológico y social.

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La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación que puede darse en un gran número de mujeres); pero al darle la confirmación de su próxima espera, casi inmediatamente (sin exagerar) comienza a sentir una variedad de sensaciones y emociones dispersas y cambios en sus gustos.

Estudios achacan a este “giro” emocional al alboroto hormonal al que se ve expuesto el cuerpo de la mujer en la etapa de gestación, que puede ocasionar en la futura madre un torrente de deseos insospechados, e incluso extraños a sus costumbres. A esto se le suele llamar antojo.

Viejas creencias culturales y sociales consideran que estas “peticiones” deben ser complacidas al instante y tal cual son exigidas por la solicitante, ya que de no ser acatada por la pareja o los demás familiares (con punto y coma) el niño o niña podría nacer con alguna marca, mancha o deformidad.

¿De qué se antojan?

Comer hielo o escarcha del refrigerador, saborear tierra, degustar de un pica pollo (pero no de los que están a la esquina de la casa, esos no; sino de los que se encuentran en la avenida Venezuela, pero tú vives por la Luperón), apetecer un dulce de coco que hace la tía María (que vive en el campo), desayunar café tostado o la borra del mismo, entre otras tantas ocurrencias culinarias pueden formar parte del menú de una embarazada, sea primeriza o no. Aunque esto puede verse más en las menos experimentadas.

Según distintos expertos de diferentes ramas de la salud y antropólogos los antojos, como por ejemplo hacer un guiso de berenjena y mezclarlo con helado, no tienen una causa fisiológica ni biológica. Más bien es inducido por el estado emocional de la embarazada y por lo que representa su estado ante los demás, la sociedad.

De acuerdo con el antropólogo social Carlos Andújar, existe la creencia popular de que si no se satisface inmediatamente cualquier antojo que sienta la mujer en su estado de gestación, el bebé nacerá con una mancha en la piel con la forma del alimento que no se comió. Nada más falso. Explica que “son creencias muy ancestrales que están muy arraigadas en los dominicanos sin distinción de clase social”.

Para José Miguel Gómez, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, la manifestación de antojo durante el embarazo viene de la mano con el factor educación e información. Este considera que a mayor nivel de formación, la mujer maneja mejor los antojitos en la madrugada y cuida lo que come.

Mientras que para Milcíades Albert Fiorinelli, gineco-obstetra, esto también puede resultar un problema, “cuando se maneja mucha información y conceptos, en la mayoría de los casos la mujer crea tabúes que pueden empeorar el estado emocional. Las embarazadas que pertenecen a un extracto social medio o alto puede que tengan menos antojos o ninguno, pero suelen tener más problemas para llevar una relación de pareja estable”.

Para saber más sobre qué hacer con los antojos y las reacciones de los expertos, entra a www.elcaribe.com.do

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La gestante puede tener dos o tres meses de embarazo sin haberse dado cuenta y sin haber presentado síntomas de su estado (situación que puede darse en un gran número de mujeres); pero al darle la confirmación de su próxima espera, casi inmediatamente (sin exagerar) comienza a sentir una variedad de sensaciones y emociones dispersas y cambios en sus gustos.

Estudios achacan a este “giro” emocional al alboroto hormonal al que se ve expuesto el cuerpo de la mujer en la etapa de gestación, que puede ocasionar en la futura madre un torrente de deseos insospechados, e incluso extraños a sus costumbres. A esto se le suele llamar antojo.

Viejas creencias culturales y sociales consideran que estas “peticiones” deben ser complacidas al instante y tal cual son exigidas por la solicitante, ya que de no ser acatada por la pareja o los demás familiares (con punto y coma) el niño o niña podría nacer con alguna marca, mancha o deformidad.

¿De qué se antojan?

Comer hielo o escarcha del refrigerador, saborear tierra, degustar de un pica pollo (pero no de los que están a la esquina de la casa, esos no; sino de los que se encuentran en la avenida Venezuela, pero tú vives por la Luperón), apetecer un dulce de coco que hace la tía María (que vive en el campo), desayunar café tostado o la borra del mismo, entre otras tantas ocurrencias culinarias pueden formar parte del menú de una embarazada, sea primeriza o no. Aunque esto puede verse más en las menos experimentadas.

Según distintos expertos de diferentes ramas de la salud y antropólogos los antojos, como por ejemplo hacer un guiso de berenjena y mezclarlo con helado, no tienen una causa fisiológica ni biológica. Más bien es inducido por el estado emocional de la embarazada y por lo que representa su estado ante los demás, la sociedad.

De acuerdo con el antropólogo social Carlos Andújar, existe la creencia popular de que si no se satisface inmediatamente cualquier antojo que sienta la mujer en su estado de gestación, el bebé nacerá con una mancha en la piel con la forma del alimento que no se comió. Nada más falso. Explica que “son creencias muy ancestrales que están muy arraigadas en los dominicanos sin distinción de clase social”.

Para José Miguel Gómez, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, la manifestación de antojo durante el embarazo viene de la mano con el factor educación e información. Este considera que a mayor nivel de formación, la mujer maneja mejor los antojitos en la madrugada y cuida lo que come.

Mientras que para Milcíades Albert Fiorinelli, gineco-obstetra, esto también puede resultar un problema, “cuando se maneja mucha información y conceptos, en la mayoría de los casos la mujer crea tabúes que pueden empeorar el estado emocional. Las embarazadas que pertenecen a un extracto social medio o alto puede que tengan menos antojos o ninguno, pero suelen tener más problemas para llevar una relación de pareja estable”.

Para saber más sobre qué hacer con los antojos y las reacciones de los expertos, entra a www.elcaribe.com.do

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