Las ferias de empleos han experimentado un auge notable en los últimos años. A pesar del crecimiento económico que el país ha registrado, la desocupación sigue siendo un lastre para la economía dominicana, siendo la tasa de desempleo unas de las medidas más fieles para calcular el estado de cualquier economía.Uno de los sectores más afectados por el desempleo es la juventud, que representa el 36% del total de personas en paro, según estadísticas del Anuario Estadístico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Esta misma medición, establece que aproximadamente un 15% de la población dominicana total está desempleada.
Bajo estas condiciones, no es de extrañar que el blanco principal de las ferias de empleos actuales sean los jóvenes, ya que el hecho de su juventud, combinada con esperanzas mínimas de progreso económico y social, los hace especialmente vulnerables a caer en una disyuntiva poco atrayente: por un lado, delincuencia en todas sus formas; y por el otro, conformarse con empleos informales, cobrando salarios deprimentes y con poca o ninguna garantía de seguridad social.
Por otro lado, para el empleador la mano de obra joven representa a su vez un periodo productivo más largo y mayores oportunidades de desarrollo y crecimiento del empleado dentro de la empresa y mayor producción para la compañía. Pero el gran obstáculo para el acceso a puestos de trabajo formales es el bajo nivel de escolarización que campea a sus anchas entre los sectores más desfavorecidos, por lo que una formación previa se hace mandatoria para alcanzar el objetivo de lograr un empleo digno.
Desde el año 2003, el Ministerio de Trabajo implementa el Programa Juventud y Empleo (PJE) con asistencia técnica y financiera del Banco Interamericano de Desarrollo, con el que busca acercarse a la población juvenil e insertarla en el mercado formal de empleos. Al mismo tiempo, el Ministerio de Trabajo busca la implementación de una Política Nacional de Empleo, que permita acceso a un empleo a la población en paro, y las convocatorias de las ferias de empleos de la dependencia pública atraen a miles de personas.
La perspectiva de los empleadores
Las personas que aplican en estas ferias pasan a formar parte de una Bolsa Electrónica de Empleo, a la que tienen acceso diversas empresas privadas en busca de personas con el perfil que sea compatible con sus vacantes. A su vez, muchas de estas empresas celebran sus propias ferias de empleo, como es el caso del grupo Ramos. Otros, como Jumbo, perteneciente a Centro Cuesta Nacional (CCN), realizan convocatorias independientes de empleos. La Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA) recientemente realizó una convocatoria para la contratación de choferes.
Antonio Ramos, presidente de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), explica que las empresas suelen nutrirse en las ferias de empleos sobre todo de personal básico: “Normalmente en una feria de trabajo lo que se busca es el personal masivo, que es el personal de los primeros escalones. Los primeros peldaños en una empresa comercial normalmente son vendedor de piso, personal de almacén; se les requiere que tengan un octavo como mínimo”.
De su lado, Jaime González, presidente de la Confederación Patronal Dominicana (COPARDOM), subraya que la prestancia del candidato al puesto es un factor determinante para su selección final: “La actitud para mí es lo fundamental para elegir a una persona, su disposición para trabajar. Eso es sumamente importante para decidirse por un candidato determinado”, señaló el empresario.
Los salarios dignos son importantes
Rafael “Pepe” Abreu, presidente de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical, saluda la celebración de las ferias, siempre que se haga sobre una base honesta. “Las ferias crean unas expectativas y si esas expectativas se cumplen con una colocación, pues está muy bien. Solo que las ferias de empleos muchas veces se hacen sobre una base incierta de los que son los salarios.
Todo el mundo sabe que hay un salario mínimo. Al ser abierto, las empresas no se descuidan con el mínimo de salario. Pero, sobre todo, los jóvenes que buscan colocación tienen preparación técnica y experiencia que les permite aspirar a salarios mayores. Entonces muchas veces los salarios que se ofrecen en las ferias de trabajo es menor que el que esos jóvenes aspiran a obtener”.
El desempleo juvenil en altos porcentajes no es un fenómeno aislado de la República Dominicana. Alrededor del mundo las cifras de desempleo juvenil alcanzan proporciones preocupantes, hasta el punto de que muchos países temen el estallido de protestas sociales.