Raúl Valdés tomo prestadas anoche las herramientas de Miguel Ángel, Da Vinci y Rembrandt para cumplir con una misión: frenar a los Tigres del Licey.Y en su misma obra, mantener con vida a su equipo, las Águilas Cibaeñas. El zurdo cubano trabajó una joya de juego completo para conducir a las Águilas al triunfo 3-1 sobre el Licey para así empatar en la segunda posición de la fase de semifondo. Laboró, con la precisión de un relojero suizo, en nueve episodios de cinco hits, tres ponches sin transferencia.
Sin dudas que es uno de los mejores partidos que se han lanzado en el Estadio Quisqueya en la historia del Todos contra Todos.
El brazo del refuerzo de los cibaeños sirvió para emitir un decreto que extiende la actividad del Round Robin al menos por una fecha más. Cuidado si se necesita jugar mañana y pasado para decidir quién acompañará a los Leones en la Serie Final.
Los felinos comenzaron bien el partido contra Valdés. Sencillos consecutivos de Michael Martínez y Anderson Hernández colocaron hombres en las esquinas sin outs en el mismo primer episodio. Erick Aybar disparó una línea al bosque central que remolcó a Martínez, pero Ronny Paulino dio un elevado al prado derecho y Hernández salió hacia la goma, donde fue triturado por un certero disparo del patrullero derecho, Brandon Moss.
Como no aprovecharon a Valdés en ese acto inicial, Licey pagó por ello. El resto del camino el serpentinero lució como un Goliat que ningún David azul pudo conectar, siquiera atisbos de una rebelión. Permitió dos inatrapables, ambos a Yamaico Navarro, uno en el segundo y el otro en el quinto. Valdés terminó retirando a 15 de los Tigres en forma consecutiva.
Héctor Luna estuvo magnífico en la llamada esquina caliente. El antesalista de la tropa de Félix Fermín no permitió que nada pasara por su lado.
No cabía un alma en el Estadio Quisqueya. Más de 12 mil parroquianos se dieron cita al viejo, pero aun acogedor parque de la capital. Las filas de fanáticos comenzaron en la mañana, se extendieron por la tarde y no pararon a pesar de que el partido estaba en desarrollo.
Las Águilas se fueron delante en el quinto con toque sorpresa de Carlos Gómez, en una jugada que no llegó a cubrir a tiempo la inicial el intermedista Hernández. Gómez se robó la segunda y anotó por sencillo al izquierdo de Herrera. En el noveno marcaron la del seguro de vida. En el otro juego de la jornada, los Leones aplastaron 8-2 a los Gigantes, que aunque están en tercero aun tienen chance de provocar un triple empate si vencen hoy a las Águilas y los Tigres pierden en la capital de los Leones.
De ser así, el de mejor diferencial de carreras se sienta y los dos restantes se miden en un partido que sería mañana, cuyo vencedor se enfrenta al que descansa para determinar quién irá hacia la final. Esto no se termina.