La onza troy de oro superó ayer los US$1,600 en la Bolsa de Nueva York, poco menos que cuando alcanzó el pico de los US$1,700, el 8 de agosto del año pasado. Se trata de un precio importante para un metal de su tipo y un atractivo para quienes negocian con prensa preciosa, sobre todo con fines de exportación.
El oro se considera por siempre un “despertador de apetito” de su uso a nivel mundial. República Dominicana no es la excepción. Sin embargo, más que hablar de una “fiebre” por el uso del oro, en el país hay que referirse en estos momentos a una tendencia existente hacia la compra de oro, atribuida, principalmente, a la cotización de este.
Hay centros que han abierto sucursales para la compra de oro de manera exclusiva y personas que no se dedicaban al negocio lo han visto como una opción para comercializar. Una serie de anuncios publicados con frecuencia en algunos medios impresos y letreros colocados en diversos lugares de la ciudad permiten tener una idea de por dónde marcha “la cuestión”.
La orfebrería (trabajo artístico realizado sobre utensilios o adornos de metales preciosos, o aleaciones de ellos) ha tomado vida. Por ejemplo, “Sol de Oro Joyería”, mantiene una importante presencia a nivel de los periódicos, ofertando tríos y aros de boda de oro y a la vez anunciando que compra ese metal, tanto en prendas, lentes, bolígrados como en otras denominaciones.
“Te puedo hablar de centros que nunca los conocí como compradores de oro y de gente que surgió el año pasado comprando ese metal”, sostiene Corina Capriles, gerente general de Joyería Capriles, consultada por elCaribe sobre el comportamiento de los negocios del ramo. España fue uno de los sitios donde comenzó la compra de oro, antes que en América, debido a la crisis que llegó a esa nación y que forzó a la gente a despojarse de sus prendas para tener liquidez (dinero). En los primeros ocho meses del 2011 el oro acumuló una revalorización superior al 20%.
En los años 70 ocurrió algo parecido a lo actual (en cuanto a la compra de oro) cuando se pensó que el metal había alcanzado niveles insuperables. Corina Capriles rememora esos tiempos con facilidad, porque su padre estuvo involucrado por años en la actividad, llegando a presidir la asociación que agrupaba los joyeros. La Joyería Capriles tanto vende como compra oro. “Lo compramos para contar con materia prima de trabajo. Antes, quizás llegaban dos personas queriendo vender oro a los negocios, hoy la cantidad diaria de personas que acuden es mayor”, según Capriles.
A pesar de los altos precios del oro en los mercados internacionales, la presidenta de la Asociación Dominicana de Joyerías y Artesanos, Norma Vargas, sostiene que el 2010 fue mejor año para el negocio, que el 2011.
Joyerías, importación y explicación sobre kilates
La membresía activa de la Asociación de Joyerías comprende unos 150 negocios del sector a nivel nacional. La presidenta de la organización asegura que el 75% de las joyas existentes en el país son importadas. Los joyeros se rigen por los precios del mercado mundial, especialmente, por los de Londres.
Sin embargo, aclaran que los precios vistos en las bolsas de valores se refieren a oro puro, no a chatarra u oro procesado. Por eso, internamente, como se trata de oro no puro (en muchos casos), el precio al que se compra es menor. Una muestra de oro no puro es lo conocido como oro 10, 14. o 18 (kilates).
Para tener oro 14 se requiere mezclar 14 partes de oro puro y diez partes de otros materiales, lo cual le da una dureza a la prenda para que pueda durar.
Algunos de los negocios que compran oro pagan entre RD$980 y RD$1,100 por el gramo, si es 14; entre RD$700 y RD$900, si es oro 10, y unos RD$1,300 si es oro 18.