Dolor abate hogares de policías asesinados

«No olvido aquel 18 de mayo de 2010 cuando me quitaron a mi hijo; se llevaron un pedazo de mi vida”, dijo Santa Matos al narrar la muerte de su hijo Joan Manuel Matos Terrero, de 30 años, un sargento de la Policía asesinado por cuatro hombres para rob

«No olvido aquel 18 de mayo de 2010 cuando me quitaron a mi hijo; se llevaron un pedazo de mi vida”, dijo Santa Matos al narrar la muerte de su hijo Joan Manuel Matos Terrero, de 30 años, un sargento de la Policía asesinado por cuatro hombres para robarle su vehículo.

Un tiro que entró por el costado derecho le perforó el hígado y el colon, por lo que fue operado de emergencia en dos ocasiones consecutivas en el hospital de la Policía, en un frustrado esfuerzo por salvarle la vida.

“Mi hijo duró 10 años como policía. Desde pequeño dijo lo que quería ser”, recuerda la madre con los ojos llenos de lágrimas por la nostalgia. Santos Terrero fue atacado por cuatro hombres que transitaban en dos motocicletas cuando él iba en su carro junto a un amigo por una calle del sector Alma Rosa, en el municipio Santo Domingo Este.

Aunque la señora Matos nunca olvidará el suceso, dice que se siente satisfecha porque la institución a la que pertenecía su hijo, a través del programa “Extiendo mis manos” de la Asociación de Esposas de Oficiales de la Policía, le ha brindado protección.

De los cuatro individuos que  mataron a su hijo, dos fueron apresados y sometidos a la Justicia, mientras otros dos siguen prófugos.

El drama de la señora Santa Matos no es diferente al que viven otras muchas madres y viudas de policías asesinados por la delincuencia.

Hija de seis años llama a su padre muerto

Kenia Hernández quedó viuda con una niña de 6 años y otra de 9 por la pérdida de su esposo Willy Agramonte, un segundo teniente de la Policía muerto a tiros por dos presuntos asaltantes, a los cuales perseguía.

La señora Hernández no puede contener el llano cuando oye a la menor de seis años llamando y añorando a su padre, al extremo de que en una ocasión la niña intentó quitarse la vida con un cuchillo “porque dice que quiere estar con su padre”. “No puedo estar tranquila, tengo miedo de que  mi hija se quite la vida”, expresó angustiada la madre. Willy  Agramonte fue policía durante doce años. El asesinato del oficial de la Policía Nacional aún no ha sido esclarecido.  Se persigue a unos tales Barahona y Bernabé.

Ayuda a niños huérfanos

A través del programa “Extiendo mis manos”, la Asociación de Esposas de Oficiales de la Policía Nacional ayuda a más de cien niños huérfanos cuyos padres perdieron la vida a manos de individuos tipificados de delincuentes. También la entidad auxilia a los ex agentes que han quedado minusválidos.

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