Jardines rumbo al cielo

De pequeña te criaste en una casa con mucho patio, en donde tu mamá siempre te enseñó el amor…

De pequeña te criaste en una casa con mucho patio, en donde tu mamá siempre te enseñó el amor por las plantas, aunque las que ella tenía eran de güandules, naranja y todo un huerto casero, pero bueno, el caso es que junto con las matas, también cultivó tu pasión por la naturaleza.  Pero sucede que donde vives casi no dispones de patio, por lo que no hay espacio para tener un jardín.

¡Olvídate de eso! Anótate a la nueva tendencia, los jardines verticales o en tejados. No sólo es una forma de que te entretengas o que disfrutes de tu pasión, también es una de las soluciones a la contaminación, que desde hace años vino a ser una alternativa en grandes ciudades que crecen hacia arriba.

Los primeros ejemplos aparecieron en Alemania, y actualmente más de cien ayuntamientos de ese país ofrecen incentivos para la construcción de cubiertas ecológicas. En estos espacios caben huertos urbanos o simplemente especies apropiadas de vegetación. Ya en España también se han contagiado de esta temática, una muestra es el edificio Caixa Forum en pleno Paseo del Prado, que muestra un muro vegetal de 24 metros de altura, con 15.000 plantas de 250 variedades diferentes.

Para todo en la vida siempre hay un culpable y en este caso la responsabilidad cae sobre Patrick Blanc, conocido popularmente como el «Jardinero Vertical» y que comenzó a desarrollar esta técnica en los jardines de su casa, cuando contaba con sólo 12 años. Sus principales creaciones desafían las leyes de la gravedad y poseen una singular belleza.

Él es el creador del Caixa y también del diseño para el Concert Hall de Taipei. Blanc comenzó a experimentar con jardines verticales en su casa, hace 40 años, cuando tenía 12 años. Otro ejemplo de un jardín vertical es el que adorna la parte inferior del puente, Pont Juvenal, en Aix-en-Provence.

Pero lo más chulo de estos jardines, aparte de lo decorativo que son, es que actúan como aislante térmico, tanto en verano como en invierno. Otros dos puntos a su favor son el que sirve como purificador de aire y también reductor de energía, porque al cubrir la vegetación la edificación, hay menos calor y por tanto no hay que prender el aire o los abanicos todo el día y en el caso de los países donde el frío arrasa, tampoco necesitan de mucha calefacción, no es cuento, te ahorra hasta un 20% de la energía que usas en calentar o enfriar la edificación.

Si quieres anotarte en esta tendencia y vestir tu casa de verde, que también te ahorraría un poco de pintura, debes primero saber cómo hacerlo. Según la técnica de Patrick, se deben usar unas rejillas de aluminio cubiertas de plástico, que se fijan al muro y a su vez son cubiertas con una capa de fieltro sintético en el que las plantas pueden enraizar, mientras que un sistema de riego automático se encarga de mantener el fieltro húmedo con una solución similar a la del agua que cae de las cubiertas vegetales.

Ese sistema ofrece otra ventaja, ya que son capaces de reciclar las partículas contaminantes que acaban atrapadas en la cubierta de fieltro, que acaban por ser descompuestas y funcionar como fertilizante.

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