El amor de Sarkozy por los clásicos: ¿real o estrategia electoral?

Al parecer, el mandatario se ha dedicado últimamente a devorar las obras maestras del cine y las obras cumbre de la literatura francesa. Pero…

Al parecer, el mandatario se ha dedicado últimamente a devorar las obras maestras del cine y las obras cumbre de la literatura francesa. Pero para algunos de sus críticos, no se trata tanto de una cuestión cultural como de pulir su imagen de cara a las elecciones del próximo año.

Hace un par de años, el presidente provocó una oleada de indignación al mofarse en público de «La princesa de Clèves», un clásico del siglo XVII, y el canal británico BBC llegó a afirmar en una ocasión que Sarkozy daba la impresión de no haber leído más que un par de libros en su vida. En cualquier caso, el líder conservador no parecía estar especialmente versado en literatura clásica.

Pero las cosas cambian. Según el diario «Libératon», los actores, directores y dramaturgos a los que Sarkozy invita regularmente a cenar al palacio del Elíseo desde el inicio de su mandato, en 2007, han notado claros avances en los últimos tiempos. Primero empezó a dejarse ver cada vez más con un libro bajo el brazo, ahora sus comensales hablan entusiasmados de su conocimiento de los grandes clásicos de la literatura y el cine. Su interés por las comedias tontas parece haberse evaporado.

Los franceses se preguntan ahora a quién tienen que agradecer esta nueva faceta de su presidente. ¿A Carla Bruni quizás? Muchos creen que la tercera mujer de Sarkozy, ex modelo y cantante, ha ampliado sus horizontes culturales. Según su entorno cercano, el matrimonio pasa junto la mayor parte de las noches, leyendo o viendo películas en el Elíseo. Y el presidente devora con ansia y disciplinadamente los grandes clásicos del séptimo arte, uno tras otro.

Pero algunos de sus invitados en el palacio se preguntan cuánto de verdad hay tras este furor cultural del presidente. Y creen que se trata más bien de cuidar su imagen ante las elecciones de 2012. Un cambio tan brusco no puede ser cierto, opinó recientemente el periodista Jerôme Carci, especializado en cultura.

Otros no son tan tajantes. «Seguramente Carla tuvo que empujarle al principio», apunta el director Yann Moix. «Pero ahora se ha soltado y creo que le gusta», agregó.

Nada se sabe de la opinión de Sarkozy respecto a estos puntos de vista. El presidente quiere aprovechar sus actuales vacaciones en la Costa Azul para hacer deporte, pasar tiempo con su esposa y leer libros de Georges Simenon. Las novelas policiacas del autor belga tienen mucho éxito en Francia, pero desde luego no figuran entre la literatura más refinada.

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