El sur, ahora o nunca

Si la expresión de Pablo Milanés de que el sur también existe no es un mero concepto al que se le perdió su eco en el oído…

Si la expresión de Pablo Milanés de que el sur también existe no es un mero concepto al que se le perdió su eco en el oído de un profano, debemos colegir que a esa zona del país le debe llegar su turno en estos próximos cuatro años.

La reflexión no brota del deseo iluso de un soñador, sino de un convencido de que nunca antes como ahora una región habría tenido más oportunidad de dar pasos firmes hacia su desarrollo por su importancia en términos de aportes y por su potencial de alcanzar estadios que van mas allá de una simple mirada de preocupación. Si a los pobladores del olvidado sur no les llegó su momento, que se den un baño de agua bendita porque no les llegará más y tendrán que conformarse con el legítimo anhelo de que pudieron haber sido.

Probablemente he hablado mucho y he dado muchas vueltas para decir el por qué de mi convencimiento, de que el tiempo del sur está cerca. Es simple, si partimos de que el agradecimiento debe ser la base de la vida humana, ahí mi aspiración cobra mayor fuerza. En el proceso electoral pasado, de las once provincias de la región sur, nueve se volcaron a favor de Danilo Medina, quien además de ser sureño (de San Juan de la Maguana), conoce a profundidad los problemas que afectan a ese conglomerado humano y cuenta con un plan para responderles.

Desde hace un buen tiempo, la región sur viene gritándole a los gobernantes cuáles son sus potenciales y hacia dónde desean transitar para alcanzar las metas de desarrollo que les permitan salir del ostracismo en que han vivido.

Es precisamente partiendo de sus virtudes y no de inventos que las próximas autoridades deben poner atención al clamor de esas voces que no cesan en decir que el sur también existe y que ha llegado el momento en que pueden decir a todo pulmón: ¡ahora es!

Y si ahora no es, que entre el mar y los coja confesados, porque hicieron una apuesta al compromiso contraído, porque por primera vez hacen causa común con lo suyo, porque demostraron que se puede confiar en verdaderas propuestas y porque no se les apretó el pecho a la hora de sufragar por una candidatura que hicieron suya desde su génesis.

Con el sur Danilo Medina puede empezar a hacer lo que nunca se hizo.

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