La Defensa Civil es una organización de prevención y socorro que existe en la mayoría de los países, y que junto a cada gobierno, apoya a los habitantes de una demarcación, principalmente a los que viven o trabajan en las zonas más vulnerables a fenómenos de la naturaleza como los hidrológicos.
Fue a final del siglo XIX y principio del XX, específicamente después de la Primera Guerra Mundial, cuando en el mundo se comenzó a manejar el concepto con la finalidad de involucrar a los miembros de las distintas sociedades en los planes preventivos y de apoyo.
Hasta 1950 la Defensa Civil actuaba como protectora o defensora de las personas no involucradas en asuntos bélicos, pero muchos países cambiaron el concepto a Protección Civil como una manera de ampliar las acciones de solidaridad, no solo en tiempo de guerra, sino ante situaciones de prevención y asistencia en cualquier circunstancia en la que se amenace o afecte la vida humana.
Para 1875 ya se hablaba en Colombia de protección civil al crearse la Comisión Nacional de Socorro que asistiría a los damnificados del terremoto de Cúcuta, ocurrido el 18 de mayo de ese año, del que se estima causó la muerte de 1,000 a 2,000 personas, según datos de la época. Sin embargo, fue en 1948 cuando se creó oficialmente el Socorro Nacional que servía de auxilio al Ejército y estaba adscrito a la Cruz Roja Colombiana.
Origen en Dominicana
En República Dominicana fue después de la Revolución de Abril de 1965 cuando se comenzó a dar forma a lo que es hoy la Defensa Civil. Antes, principalmente en los años 70, tenían mucho auge los radioaficionados, llamados “Once Metros”, una banda de comunicación ciudadana que tiene por finalidad la libre información entre el personal civil a través de la radio sin ninguna preparación especializadas.
Es un tipo de comunicación de frecuencia libre, jovial con alcance nacional es internacional mediante el cual la gente interactúa y le sirve como medio de divulgación de ideas, actividades y de orientación ciudadana mediante aparatos pocos vulnerables a las condiciones climatológicas o de otra índole.
Para 1966, al menos seis radioaficionados, se pusieron al servicio de la Cruz Roja Dominicana.
Desde que se iniciaba la temporada ciclónica el pequeño grupo ofrecía apoyo a las autoridades en el área de las comunicaciones y si se originaba una emergencia y fallaban los teléfonos la forma más rápida de comunicarse era por medio de los aparatos once metros.
Al grupo se les fueron sumando más aficionados que se reunían en un pequeño local de la calle Francia esquina Galván en el sector Don Bosco. En ese lugar se registra la primera oficina de lo que es hoy la Defensa Civil.
La ley
El 17 de junio de 1966 fue promulgada, por el gobierno provisional de Héctor García Godoy, la Ley 257-66 que crea oficialmente la Oficina de Defensa Civil como una entidad dependiente hasta hoy del Ministerio Administrativo de la Presidencia con la responsabilidad de presidir lo que es la Comisión Nacional de Emergencias.
Su artículo 1 establece que: “Se crea la Oficina de Defensa Civil con jurisdicción nacional, la cual será regida por una oficina central que tiene su asiento en la ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional”.
Su objetivo principal es asegurar que los operativos del país sean adecuados para los perjuicios que se originen por los desastres causados por inundaciones, terremotos, tormentas, huracanes, incendios, escasez o distribución deficiente de suministro de materiales u otros motivos similares.
“En general, para proveer el orden, salud y bienestar económico, seguridad pública, preservación de la vida y de la propiedad en tales circunstancias”.
El 2 de febrero de 1968, el entonces presidente Joaquín Balaguer emitió el decreto 2045, que en su artículo único, crea la Comisión permanente de Defensa Civil Nacional, que entre otras cosas se encargará de las actividades necesarias en caso de desastre nacional.
El 22 de septiembre de 2002 fue promulgada la Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos y además su reglamento de aplicación. Sus principios generales son entre otros, la protección , la prevención, la coordinación, la participación y la descentralización El objetivo primordial es evitar o reducir las pérdidas de vida y daños a los bienes ciudadanos y del Estado por desastres naturales o causados por el hombre.
La comunicación
Hoy día la Defensa Civil es una de las instituciones del Estado que tiene una de las mejores redes de comunicación del país después de las Fuerzas Armadas, según relata Delfín Rodríguez, director de operaciones de la entidad.
Cuentan con un repetidor matriz en Constanza, enlace en Valverde, otro repetidor en Pedernales, al igual que un tercero para el Distrito Nacional y la Provincia Santo Domingo.
También un sistema de comunicación en la banda UHF o “‘frecuencia ultra alta”, instalado recientemente y un sistema de flota que tiene alcance nacional, además de los teléfonos convencionales.
En la actualidad , la Defensa Civil cuenta con una central de radio, que es el alma de la institución en situaciones de emergencias que funciona las 24 horas todos los días del año.
Durante la temporada ciclónica, la Semana Santa o las Navidades o en cualquier situación de emergencia, es ahí a donde llegan las informaciones y se ofrecen las orientaciones y procedimientos a los demás miembros en los lugares afectados. l
“Si me voy a morir dímelo, no es nada”
Fui a un accidente de tránsito en el kilómetro 28. Una familia completa chocó un caballo y cuando llegamos las unidades médicas, a mi me toca trasladar a un niño, de unos diez años que tenía ambas clavículas fracturadas.
Me llamó la atención la seriedad con que el niño encaraba la situación y mientras lo trasladábamos en la ambulancia, me halaba el polo shirt y constantemente me decía: si yo me voy a morir dímelo, que eso no es nada”.
Pese a que hace muchos años de ese accidente, Manuel Raimer, encargado de la Unidad Nacional de Respuestas Inmediatas de la Defensa Civil no olvida esas palabras.
Le llamó la atención porque para garantizarle la vida en el trayecto al hospital, fue una gran batalla, debido a que además el niño tenía muchos otros golpes en diversas partes del cuerpo.
“Eso siempre me marcó porque no todas las personas, cuando están en esas dificultades asumen esa actitud y el niño encaraba la muerte con cierta naturalidad”. Explica que cumplió su misión de dejar el niño en el hospital y jamás ha vuelto a saber de él, no sabe si sobrevivió.
