Robert Kiyosaki, popular autor y conferencista, apunta que la capacidad de vender, de comunicarse con otro ser humano, cliente, empleado, jefe, cónyuge, hijo, constituye la base del éxito personal.

El ya fallecido expresidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, es considerado ejemplo de alguien que fue gran líder por su extraordinaria habilidad de comunicación. ¿Cómo está tu capacidad para comunicarte con otros? ¿Puedes inspirar y motivar a otros? ¿Puedes establecer un vínculo con ellos? Si deseamos mejorar nuestra capacidad comunicativa, la primera recomendación es ser sencillo y claro. Comunicación no es solo lo que se dice, sino cómo se dice. En segundo lugar, saber escuchar y conocer nuestra audiencia. Sintonizar con sus necesidades es clave para ser un comunicador eficaz. l

La periodista Ceinett Sánchez, venezolana de nacimiento, dominicana de corazón, está poniendo en circulación su segundo libro: “#SoyPreventivo: “Redes Sociales, Seguridad y Emergencias”, una iniciativa auspiciada por la universidad UNICARIBE, que busca contribuir con la expansión de cultura preventiva en medio de situaciones de crisis, a través de la sana y oportuna información. Ceinett, que ha acopiado reconocida experiencia en comunicación durante emergencias, analiza la incidencia de “Twitter” en las estrategias de seguridad y la gestión del riesgo del Estado. Propugna porque “se entienda que hoy en día la comunicación oportuna permite ir más allá de los trabajos operativos en medio de desastres y crear espacios de interacción directa con los ciudadanos”. Valioso aporte bibliográfico.

Muy embarazoso cuando nuestras palabras desatan una reacción de nuestro interlocutor contraria a la esperada. Es el resultado de manejar la comunicación sin consciencia de sus complejidades. La calidad de las relaciones interpersonales depende básicamente de una comunicación acertada, pero comúnmente tenemos escasa noción de los efectos subyacentes en nuestras expresiones. Por eso el especialista Carl Alasko llama a imprimir “estrategia” a la comunicación interpersonal. Significa pensarla y planificarla, para hablar o callar efectiva y oportunamente, sobre todo, en presencia de conflicto. Regla de oro es clarificar qué queremos conseguir al comunicarnos. De interesarnos la salud de nuestras relaciones -pareja, familia, laboral- a través del tiempo, excluir siempre la culpa o humillación al expresarnos.

Ahora que somos testigos de un uso continuo de la comunicación, comparto con nuestros lectores algunos párrafos de un importante trabajo periodístico publicado durante el fin de semana en uno de los diarios de mayor circulación en Montevideo, capital de Uruguay, bajo el título Cuestión de imagen: la asesoría profesional se impone en la política. Lean ahí: “La política se ha ido profesionalizando en todo el mundo y donde antes ‘el olfato’ y los impulsos tenían un papel central, ahora aparece el análisis técnico y científico como clave. El candidato se presenta como un producto y los asesores atienden todos los detalles para venderlo de la mejor manera. Los candidatos dan cada vez más lugar a los asesores especializados. Los candidatos se están rodeando de profesionales en comunicación y los militantes pierden peso cada vez más al decidir las estrategias de campaña. Desde las redes sociales hasta los discursos ante todo público, todo está estudiado y buscan convivir con el impulso propio de los políticos. En el comienzo de una nueva campaña, se observa que más que nunca los candidatos se han rodeado de núcleos fuertes de profesionales para que los asesoren en comunicación. Así, los militantes han perdido lugar en las decisiones vinculadas a los mensajes y las señales que el político quiere emitir”. No agrego ni quito nada…
Diferencia
Contrario a lo que muchos pudieran creer, la legalización de la marihuana no ha tenido un impacto del otro mundo en la cotidianidad de los uruguayos, la mayoría de los cuales no cambia su afición por el té de mate. Uruguay es un país pequeño, de gente amable, que tiene en José Mujica, su presidente, a un mandatario muy sui géneris, ex guerrillero que ejerce el poder sin la menor ostentación y con la mayor sencillez y humildad. Vienen elecciones en esa nación sudamericana y los partidos y políticos se preparan para la confrontación en las urnas. Pero muy diferente a como se hace eso por estas latitudes…

Entre expertos latinoamericanos de la Comunicación hay posiciones encontradas sobre el impacto de las redes sociales en nuestros países. Mientras unas les reconocen fehaciente influencia, otras no, al sostener que la realidad latinoamericana es distinta a la de Estados Unidos, en lo cultural, educación, acceso a Internet. El debate es útil. Generalmente los paradigmas de la comunicación aplicados en Latinoamérica corresponden a la experiencia estadounidense. A la hora de formular estrategias de comunicación, es atendible considerar que lo que allá funciona aquí podría fallar. Quién quita que quizá el poder de Facebook o Twitter esté sobre exaltado. Después de todo, el Internet convive con atrasos como analfabetismo y pobreza extrema.

El más efectivo “relacionista público” del Gobierno lo ha sido el propio presidente Danilo Medina, por la proyección humana, sobria y comprometida que hace de la figura presidencial, amén de personificar la materialización de ejecutorias estelares como el “4%”. La decisión alrededor de la litis Bahía de las Águilas es la primera que arriesga la popularidad presidencial. Sus estrategas de comunicación están retados a maniobrar por cuidarla; no hay que satanizar a Roberto Rodríguez Marchena por organizar jornadas de orientación con comunicadores. El pelo en la sopa es que defender lo indefendible augura batallas perdidas. Ninguna mejor política de comunicaciones que gobernar en institucionalidad y transparencia.