La institución llamó a entender que los problemas de drogas son solo consecuencias de una sociedad en deterioro

El 90% de las personas que usan drogas lo hace sin tomar en cuenta las consecuencias, mientras que el 10% tiene consumo problemático: De ahí que República Dominicana debe concentrarse en lograr que haya menos personas consumiendo drogas a través de la prevención.

El director de Casa Abierta, fundada por la preocupación en el tema de las drogas en los años 70, Juan Raddamés de la Rosa Hidalgo, explicó en una entrevista a elCaribe, que permanentemente plantean que República Dominicana debe revisar sus políticas de drogas, de juventud, de mujer, de familia, “porque las políticas sociales definidas y las que tienen son muy pobres”.

Casa Abierta es la primera organización que se fundó en el país, especializada en el tema de las drogas desde una perspectiva, donde entiende que lo fundamental para trabajar con ese tema es la prevención.

Esa prevención implica trabajar en la sociedad dominicana en el desarrollo de estrategia que le permita a la familia tener las herramientas necesarias para poder manejarse, porque “lo importante es evitar que se inicien los consumos problemáticos, así como tratar de retrasar en el consumo de drogas sociales y legales.

De la Rosa explicó que hay una falsa idea de que las drogas ilegales perjudican más a las sociedades que las legales, “y no es así, porque las estadísticas en término de violencia, accidentes de tránsito, en término de daño orgánico al ser humano, la droga legal hace más daño”.

En tal sentido, dijo que el consumo de alcohol y tabaco a nivel mundial andan entre el 30 y 60 % de la población, mientras que el consumo de drogas ilegales puede ser que alcance 1.4%, una cantidad menor.

“Nosotros siempre le decimos que no se trata de que las drogas ilegales son beneficiosas, sino que debemos tener una política de drogas más amplia, más completa, que tome en cuenta los fenómenos que se producen en torno a ella, en función de los daños que ocasiona, y si es así, el enfoque debe estar centrado en prevenir el consumo de droga legales sin dejar de hacer la otra labor para prevenir el uso de las ilegales”, observó De la Rosa.

Casa Abierta tiene cuatro sedes donde desarrollan programas dirigidos a la diversa población con quienes trabajan, las que se encuentran en Santo Domingo, Santiago y San Francisco de Macorís.

Cuentan también con un programa de atención psicológica, para trabajar con la población que demanda atención psicológica por cualquier situación, lo que indica que no se circunscriben al tema de droga, sino a otros tipos de problemas.

Los servicios y tratamientos

El consumo de drogas problemático se empieza a manifestar cuando las personas no quieren trabajar ni estudiar, y comienzan a tener problemas de conducta en la familia.

De acuerdo a de la Rosa, ese tipo de personas puede tratarse en Casa Abierta porque todavía no tienen un nivel de deterioro que le impida organizarse.

“Ese tipo de personas pueden venir a una consulta o a un grupo de terapia, pero cuando hablamos de que esa persona ya es adicta a la droga y tiene consumo problemático, es muy difícil que pueda acudir a los centros de recuperación de forma permanente”, sostuvo.

Entre otros programas que tiene Casa Abierta para prevenir el consumo de drogas en la sociedad, está la Ludoteca, el cual funciona en un centro comunitario.

El programa, que está ubicado en el barrio Simón Bolívar de esta ciudad, es muy especial porque les brinda a los niños la oportunidad de que ejerzan su derecho a recrearse sanamente.

En ese espacio, los niños juegan libremente, pero también les ofrecen juegos educativos, donde el psicólogo o el educador los acompaña en desarrollar habilidades. Además, trabajan con la familia a través de la “escuela de padres” y en el programa “familia fuerte”.

Trabajan con los adolescentes el programa “Retomemos”, donde se les enseña a fortalecer sus capacidades de relaciones humanas, sociales, en la sexualidad y en el uso de sustancia.

Los jóvenes que participan en el programa Retomemos vienen del programa “Aventura de la vida”, en el que se trabaja niños en las escuelas, desde tercer grado hasta el sexto, durante cuatro años.
“Es un programa que lo trabajan los educadores directamente con los niños, enfocados en valores sociales, comunitarios, la relación con la familia, desarrollar en esos niños actitudes ante la vida, que les permita tener una base para entrar en el programa “Retomemos”, dijo.

Con los jóvenes, trabajan desde sus organizaciones sociales, acompañándolos en temas como liderazgo, información en uso de sustancia, ayudándolos a comprender que van a estar en un entorno que les va a proponer cualquier sustancia legal o ilegal, y donde esas orientaciones les ayudarán a manejar la presión de grupo y cómo actuar frente a ofertas de consumo que les puedan hacer. En San Francisco de Macorís y en Santiago se aplican programas como: Aventura de la vida, Retomemos, Acompañamiento a jóvenes y familia, Incidencia pública, entre otros programas.

Sinergia

Casa Abierta participa de actividades conjuntas con el Ministerio de Educación, de Salud, con el Ministerio Público, con los ayuntamientos, porque para lograr la prevención es necesaria una alianza, una sinergia con todas las comunidades.

“Antes se pensaba que la prevención era hacer un anuncio que explicara “no a las drogas” o un cartel que dijera que “la droga te mata”, que lo que no funciona es lograr que las personas tengan esa necesidad de estar sanos y relacionarse con los demás y puedan trabajar sus habilidades, que los padres siendo mejores padres, hacen prevención.

De ahí que los jóvenes cuando tienen una buena orientación y un proyecto de vida, difícilmente caen en consumo de sustancia, o en tema de violencia.

Juan Raddamés de la Rosa, director de Casa Abierta. Henri Santiago

Primera institución en prevención de drogas

Casa Abierta es una institución que surge de la idea del arzobispo de la arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Hugo Hidalgo Polanco Brito, en julio de 1974, debido a la preocupación sobre tema de la droga, ya que en esa época entendían que se debía hacer una intervención con los jóvenes. La institución fue creada como una organización social vinculada a la Iglesia católica, en un principio, pero que funciona como una entidad social.

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