Uno de los hospitales reconstruidos, el Moscoso Puello, chorreó ayer al ritmo de los aguaceros provocados por la tormenta Beryl. Probablemente muchos recordarán la expresión del presidente Danilo Medina al dejar abierto el centro después de las reparaciones. Aunque se refería a las capacidades puestas en servicio, la calidad de las salas, los equipos y recursos disponibles, quizás no tenía en cuenta las fallas ocultas que dejan tanto de qué hablar a algunos constructores dominicanos. Las filtraciones descubiertas desdicen también de quienes tienen a cargo la supervisión de esos trabajos. Y es que los caudales que destrozaron los salones en el área de consulta o espera fueron demasiado grandes para pasar desapercibidos.

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