Managua. Dos ciudades del Pacífico de Nicaragua amanecieron ayer bajo fuertes ataques de las “fuerzas combinadas” del Gobierno, que penetraron de forma masiva con armas de guerra, para desmontar las manifestaciones contra Daniel Ortega.
Cientos de hombres ataviados con armas de guerra, entre policías, parapolicías, antimotines, paramilitares y grupos de choque oficialistas, invadieron las ciudades de Diriamba y Jinotepe, transportados en camionetas Toyota Hilux, junto con maquinaria pesada con capacidad para derribar paredes, denunciaron los manifestantes “autoconvocados”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos desaprobó el ataque, ocurrido tan sólo horas después de que uno similar en Matagalpa, en el norte de Nicaragua, dejara al menos un muerto.
El ataque ocurre un día después de que el presidente Daniel Ortega afirmó que continuará “luchando por la paz, para que desaparezcan de toda Nicaragua esos lugares” donde hay manifestaciones en su contra.