Con título también como Sicario: Day of the Soldado, es un spin-off del anterior Sicario con los mismos personajes profundizando en acción y violencia. Así nos presenta al oficial de la CIA Matt Graver (Josh Brolin) que vuelve a ponerse en contacto con su sicario de confianza, Alejandro Gillick (Benicio Del Toro), esta vez para secuestrar a la hija menor de un barón de las drogas mexicano (pero incluyendo el elemento traición que muy posiblemente nos llevará a un sicario 3 con la venganza como tema central, presumo). Los famosos carteles ahora son considerados células terroristas y el objetivo de la misión, orientada secretamente por altos funcionarios del gobierno estadounidense, es hacer estallar una guerra entre los grupos rivales. Esa es la sinopsis. Ya nos va diciendo de qué va el filme: de justificar ese tipo de acciones en los que la CIA es veterana y con un background envidiable en todo el mundo y, muy especialmente en Latinoamérica y el Caribe. Solamente hay que recordar sus dos ocupaciones a RD, la del 1916-1924 y la de 1965-1967, cuyo mayor average de división de un pueblo y secuestro de su futuro es sobradamente conocido. El titulo le va, por tanto, muy bien, y como tal nos presenta un universo sangriento de la A a la Z. Ahora bien, ¿cómo trata de pasar su “visión” y orquestar una opinión generalizada? Pues el filme presenta una especie de autocrítica y asume una posición de reconocer bajeza en los planes expansivos de USA cuando considera como relativo cualquier ley o acción para lograr sus objetivos. Y nos pasa su verdad: que la corrupción y el narcotráfico son causantes de los males; cuando es todo lo contrario pues tanto narcotráfico como corrupción sin medidas son consecuencias, efectos de un sistema muy bien estructurado. Un sistema abierto para delinquir cada quien a sus anchas. El filme –y esto lo hace aposta, conscientemente– extrapola la violencia del narcotráfico y dimensiona de manera distorsionada los desmanes de USA como policía del mundo. Así nos va dando una chupeta ideológica dirigida a sondear causas y efectos de manera frívola. Y es cuando mete en el mismo saco: acciones antiinmigrantes, exabruptos criminales a partir del sicariato, abusos de poder contra todos por aquello de que pagan justos por pecadores. Pues bien, el filme se mantiene en los protocolos hollywoodianos del género con excelentes estructuraciones del diálogo enfatizado con frases de efectos ya tradicionales.

HHH Género: suspenso y acción. Duración: 122 minutos

Posted in Crítica Cine

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas