Dice que “cada tres meses grabábamos un sencillo en Radio Guarachita; Radhamés me pagaba 10 pesos por cada número y se quedaba con el disco”
“Amada amante”, “Insaciable”, “Un beso y una flor”, “Dos amantes”, “Chiquitita” y “Ella se llamaba Martha” son algunas de las canciones que le dieron popularidad al artista dominicano Leonardo Paniagua. Su oportunidad en la música inició cuando una tarde se fue a recortar a la barbería de su amigo Danilo Rodríguez, en Los Minas, quien ese momento se encontraba ensayando dos temas musicales que le iba a presentar al radiodifusor Radhamés Aracena, fundador de la emisora Radio Guarachita.
Su amigo le había solicitado que se quedara en el ensayo, a lo que Paniagua accedió, sin imaginar que esa noche sería el inicio de una carrera a través de la cual cosecharía grandes éxitos. Luego que Rodríguez terminó de ensayar, se puso a practicar con los “muchachos” la canción de Danny Rivera, “Amada amante”, sin saber que él lo estaba escuchando.
“Danilo se quedó sorprendido al escucharme”, recuerda Paniagua, y agrega que cuando fueron al día siguiente a visitar a Aracena, su amigo le pidió al radiodifusor que lo escuchara cantar. Desde entonces, Paniagua se convertiría en el artista con más ventas durante la década del 70, donde primaba la bachata como música de la clase popular.
1. Lugar de nacimiento
Nací en un campito de La Vega llamado Las Yayas. Mi papá, Adriano Paniagua, era de Moca; y mi mamá, María Antonia Acevedo, ama de casa, y nació en Los Cacaos de Salcedo. De pequeño me iba a trabajar con mi papá un pedazo tierra que tenía, además echaba días por paga trabajando machete y cargaba agua en un burro por cinco cheles. Soy el penúltimo de 14 hermanos, de los cuales han fallecido cuatro. Mi papá era también carnicero, recuerdo que llevaba la mejor carne a la casa, nosotros comíamos bien, papá nos alimentaba; claro, haciendo un esfuerzo porque nosotros éramos pobres. Una vez, como a las tres de la tarde, todavía no se había cocinado en mi casa. Aunque teníamos la carne nos faltaba el ajo y la cebolla, porque mi mamá no había llegado del pueblo donde hacía la compra todas las semanas. Mi papá era muy responsable con nosotros y su trabajo, él se manejaba comprando novillos, chivos… mi papá hacía lo que podía, y si tenía el dinero”.
2. Llegada a la capital
A los 15 años vine a vivir a la capital con mi hermana Antonia, en la calle Manuela Diez. Estando aquí conseguí un trabajo como jardinero en la casa de la señora Edna Calderón, que vivía frente al Palacio de la Policía. Luego, trabajé como mensajero, en una bicicleta, en la farmacia Inmaculada, que estaba en la calle José Contreras. Después, aproximadamente a los 21 años, conseguí otro del mismo tipo en el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), frente al Banco Agrícola, a principios de los 70”.
3. Esposa e hijos
Cuando formé mi familia con María Estela Grullón, aún no cantaba. Me enamoré de ella siendo una jovencita de 15 años; era la más pequeña de 16 hermanos y había venido desde Constanza a vivir a la capital. Cuando la vi me enamoré de inmediato. Recuerdo que unos días después de conocernos fui a su casa y le llevé el anillo de compromiso, y su papá, que en ese momento estaba en la casa, pues trabajaba en Samaná, me dio la autorización. Como al año del compromiso, me la robé y nos fuimos a La Vega, a la casa de mi mamá, hasta que encontrara un lugar en la capital donde pudiéramos vivir, y como a los 22 días la fui a buscar. Mi esposa y yo tenemos 48 años de casados y tres hijos; pero yo tengo dos hijos más, fruto de una relación que tuve con una señora de El Mamey, La Vega. Ellos viven Estados Unidos”.
4. Artista por casualidad
Recuerdo que una tarde cuando fui a recortarme donde mi barbero, Danilo Rodríguez, en Los Minas, él me preguntó qué iba a hacer, pues ensayaría dos números musicales que le iba a presentar a Radhamés Aracena para Radio Guarachita, porque él estaba “amagando” a ver si se hacía artista. Danilo me pidió que me quedara para que oyera la guitarra, y cuando llegaron los músicos él comenzó a ensayar. Ese día terminamos como a las once de la noche. Después que él terminó su ensayo, yo, que había escuchado la canción de Danny Rivera, “Amada amante”, me puse a cantarla con los músicos, y sin que me diera cuenta Danilo me estaba escuchando. Al otro día, él me dijo que si podía acompañarlo a ver a Radhamés a su tienda de discos en la calle El Conde. Recuerdo que en la parte de atrás tenía un pequeño espacio para grabar los discos, que en ese tiempo eran en 45; entonces Danilo le dijo que andaba conmigo, que por favor me dejara pasar al cuarto de grabación, y aunque él no quería, terminó aceptando y me dejó entrar. Recuerdo que me senté encima de una mesita, y de ahí salimos muy tarde”.
5. Una gran oportunidad
Danilo le pidió a Radhamés que me diera la oportunidad de oírme cantar, que me prestara el micrófono, porque él me había oído la noche anterior y entendía que lo hacía muy bien. Radhamés me dijo que me parara a cantar a ver qué tal lo hacía, sin yo saber que me estaba grabando. Fue entonces que luego de escucharme me preguntó que dónde vivía, que si me sabía otra canción, porque no podía hacer un disco en pasta de un solo lado, que el lado B debía tener un tema. Le dije que había escuchado la canción “Insaciable” de Felipe Rodríguez, la voz de Puerto Rico. Él tenía la letra, la buscó y la puso en el pedestal. Los músicos comenzaron a tocar y yo a cantar… De ahí surgió Leonardo Paniagua. Al día siguiente ya estaba la canción en Radio Guarachita y se convirtió en todo un éxito. Cada tres meses grabábamos un sencillo; me pagaba 10 pesos por cada número y se quedaba con el disco”.
6. Su música llega a la radio
Recuerdo que una mañana llegué a INAPA a dejarle una correspondencia a Dulce, que era la encargada del Departamento de Contabilidad. En ese momento el locutor de la emisora anunciaba un disco nuevo en Radio Guarachita. Dulce me miró y me preguntó que si ese que cantaba era yo, a lo que le contesté que no, pero ella insistía que sí, que ese era Leonardo Paniagua y que el único que ella conocía era yo. Al día siguiente suena de nuevo la canción en Radio Guarachita y Dulce me dice que ese era yo, y no me quedó más remedio que decirle que sí. Eso se regó por toda la oficina y mis compañeros empezaron a aplaudirme”.
7. Discografía
Mis primeros temas fueron “Amada amante” y “Dos amantes”, de Danny Rivera; “Insaciable”, clásico bolero del cantante puertorriqueño Felipe Rodríguez; “Te extrañaré por siempre”, de Elio Roca y “Un beso y una flor”, de Nino Bravo, entre otros. A raíz del éxito de estos recibí la llamada de Papi Lafontaine, desde Nueva York, para preguntarme que cuánto pedía para ir a tocar allá por 15 días, eso fue como en 1974. Me dijo que iba a gestionar mi visa y la de los músicos, entonces le contesté que yo iba si cuando llegara al aeropuerto Kennedy encontraba una algarabía, si había flores y mujeres gritando por mí, que si no era así no hacía nada con hacer un concierto con solo ocho temas que tenía grabados. Pero él me decía que sí se podía, que solamente le dijera el precio, entonces le contesté que no, que cuando las cosas comenzaran a fluir como debía de ser, entonces hablaría con él para que nos pusiéramos de acuerdo. Aún así me llamaba todos los días porque mi música la aclamaban los boricuas de Connecticut, que le pedían que me llevara a cantar allá”.
8. La emblemática canción “Chiquitita”
Cuando salió “Chiquitita”, una canción del Grupo Abba, tenía unos 35 temas trabajados. La grabé… y esa canción acabó. Las cuatro máquinas prensadoras de Radio Guarachita no daban abasto. Con ese tema me nominaron a los Premios Dorado, que ahora se llaman Premios Soberano, junto a Anthony Ríos, Niní Cáffaro y Fernando Casado, como cantante masculino del año. La estatuilla se la entregaron a Anthony Ríos y solo me quedé con la nominación de un género que era discriminado y Anthony con la estatuilla”.
9. Primera presentación
Yo hice mi primer show en el Teatro Estela, donde ahora está Plaza Lama Duarte; apenas tenía cuatro temas. El teatro acogía mil personas sentadas, pero en los pasillos había más personas que las sentadas. La entrada costó cerca de los 50 centavos. Durante el show se paralizó el tránsito por la avenida; la gente me quería matar, tuvieron que sacarme los guardias. Esa música solo se escuchaba a través del dial AM, en Radio Guarachita y en Radio Norte, porque en FM no se transmitía esa música, pero cuando sale “Chiquitita” los ejecutivos dijeron que había que ponerla también en FM. Fue la primera bachata que llegó a FM; en ese entonces la bachata era discriminada”.
10. Debut fuera del país
Mi primera actuación fuera del país fue en Connecticut, Massachusetts, gracias a Papi Lafontaine, a fínales de 1979. Visité otras ciudades como Hartford y Boston; eran los boricuas que aclamaban mi música, ellos querían ver a Paniagua. Después se agregaron los dominicanos en Estados Unidos, que siempre me han apoyado. Desde ahí en adelante viene Paniagua soplando, tirando… no sabía hasta dónde iba a llegar con una música que era discriminada, y más que a mí me descubren por casualidad. Por eso siempre he dicho que Dios está ahí e ilumina. Yo fui quien le abrió el camino a la bachata, no la querían aceptar… por alguna razón, no la querían dejar entrar en la radio”.
Firma con la disquera Kubaney
“En 1982 firmé con la disquera Kubaney, de Mateo San Martín, y fui a grabar un LP con mariachis a México, con lo último de Danny Rivera, El Puma y Roberto Carlos. Para ese entonces, no tenía visa y fui al Consulado Americano a solicitar una visa de tránsito.
Cuando me tocó el turno le expliqué al cónsul que tenía que ir a México, pero que debía irme por Miami, que no sabía si era posible. Le entregué el pasaporte y solo me preguntó que si yo iba a cantar allá.
Le contesté que grabaría un disco y me dijo que me daría una larga estadía, pero que no usara la visa para trabajar. Me fui y me recibió el compositor dominicano Mario de Jesús, que tenía todos los años del mundo viviendo en México. Allí me reuní con Rigoberto Alfau, el arreglista, y grabamos 10 temas, compilados en el LP “Paniagua en Mariachi”’.
Su padre
Mi papá era muy responsable con nosotros y con su trabajo. Él se manejaba comprando novillos, chivos… mi papá hacía lo que podía, y si tenía el dinero.
Escenario
Mi primera presentación fue en el Teatro Estela, donde ahora está Plaza Lama Duarte; apenas tenía cuatro temas y la entrada costó 50 centavos.”
Fanáticos
Canté una vez junto a Blanca Iris Villafañe en Las Vegas Night Club, de Villa González, y recuerdo que tuvimos que cantar encima de una mesa porque el público no nos dejaba”.
Unidad
Visitaba mucho el Hotel Caribeño junto a Roberto Salcedo, Cuquín Victoria, el difunto Pololo, a donde Manolo Betancourt, a disfrutar de Los lunes con Manolo”.