En muchos de los lugares donde ocurrió la tragedia, en el 2008, el tiempo parece haberse detenido. Todo está igual

Más de dos millones de personas visitan anualmente las ruinas de Beichuan, la ciudad más castigada por el terremoto que ocurrió en el 2008, y que aún se conserva intacta tal como quedó tras el seísmo y las labores de rescate. En ese pequeño pueblo, los restos de 3,000 personas fallecidas durante el fenómeno natural fueron enterrados en una fosa común en las afueras, pero se calcula que cerca de 20,000 cuerpos siguen sepultados bajo las ruinas.

Después de que el terremoto destruyera la ciudad, el gobierno se enfrentó a la tarea, imposible, de limpiar el lugar y proporcionar refugio a los desplazados. Con más del 80 por ciento de los edificios en Beichaun destruidos, iba a ser un gran reto logístico.
Las condiciones se agravaron aún más por los deslizamientos de tierra, que sepultaron la ciudad bajo varias capas de barro y rocas. Finalmente, las autoridades decidieron que Beichuan nunca sería reconstruida, pero permanecería en su estado actual como un monumento.

El gobierno chino fundó a 30 kilometros del lugar una nueva ciudad a la que llamó “Nuevo Beichuan” y a la que fueron a vivir la mayoría de los supervivientes. Además, en 2013, cuando se cumplían cinco años del fatídico terremoto, se inauguró un monumento y un museo en memoria de los fallecidos en la localidad de Qushan, perteneciente al condado de Beichuan Qiang. Al lado del monumento corre la carretera que conduce a las ruinas de Beichuan.

Docientas personas, la mayoría antiguos moradores de la ciudad, actúan como guías para esos miles de turistas que se desplazan a visitar los restos de la pequeña urbe. Está prohibido acercarse a la mayoría de sus edificios y, desde luego, entrar en ellos, por el peligro de derrumbe, pero desde el exterior pueden observarse pertenencias de las vidas truncadas por el seísmo: pelotas, calzado, libros…objetos que acumulan polvo entre las ruinas.

Ese turismo se ha convertido en una fuente de ingresos vital para esta zona de la provincia de Beichuan, muy castigada económicamente, de tal manera que el ayuntamiento invierte 20 millones de yuanes, más de 2, 5 millones de euros, en la conservación de los restos de los edificios. La lluvia, el viento y la erosión ponen a prueba lo que queda de los edificios.

También son muchos los habitantes locales que acuden hoy con sus niños, nacidos después del desastre, para que sepan que las bellas tierras montañosas de la provincia de Beichuan, hogar de los osos panda, a veces pueden ser crueles, por lo que hay que estar siempre prevenidos.

¿Con qué finalidad tantos turistas realizan esta peregrinación?
Pese a su fantasmal desolación, Beichuan es revivida por el turismo. Muchos de sus visitantes coinciden en una sola cosa, quieren conocer el recuerdo de una de las máximas catástrofes de la historia actual de ese país, el recuerdo vivo de la tragedia.

Otros dicen que es para rendir homenaje a esas casi 80.000 personas que perdieron la vida en la región tras el terremoto, mientras que otros creen que es simplemente algo morboso, que hace que la gente se sienta mejor tras visitar el escenario. Para muchos, la visita a las ruinas de la ciudad invita a la reflexión y hace que se valoren las cosas que en realidad importan.

Hoy, Beichuan parece congelada en el tiempo, con sus edificios desmoronados conservándose casi exactamente igual que cuando cayeron el día del terremoto. En este gigante monumento al aire libre, los visitantes pueden ser testigos de primera mano de la devastación producida en este rincón montañoso del suroeste de China.

El monumento representa uno de los únicos casos de preservación de las ruinas de una ciudad moderna que ha sido golpeada por un terremoto. La ciudad en su mayoría se conserva tal y como quedó aquella fecha, a excepción de las estructuras de soporte alrededor de los edificios para hacer seguras las ruinas para los visitantes.

Saber
A pesar de su potente destrucción, no es el sismo más fuerte en la historia de China; este acontecimiento ocupa el segundo lugar en el listado de los terremotos con más víctimas mortales. La lista está encabezada por el furioso terremoto de 1976 en Tangshan; aquel año perdieron la vida aproximadamente 250 mil personas.

Dato
Docientos guías acompañan en las ruinas a unos 2,2 millones de turistas anuales y varios agentes se encargan de conservar intacto este lugar para las generaciones futuras.

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