Durante su pontificado, el papa Francisco ha tenido que enfrentar hechos difíciles, “incluso crímenes abominables”, y más aún cuando son provocados por clérigos, a los cuales las familias le confían sus propios hijos. Esta situación el Santo Padre la ha enfrentado con determinación, poniendo interés para que esos casos sean castigados.

El planteamiento lo hizo el vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry, en una entrevista a elCaribe, donde aseguró que es evidente que esos hechos afectan la credibilidad de la Iglesia, por más minoritarios que sean.

“El papa Francisco pone todo de sí para que esos casos sean, si son demostrados, debidamente castigados, para atender con toda compasión, ternura y cercanía a las víctimas y reparar los daños causados, así como para emprender un camino de purificación con el discernimiento y seguimiento de nuevas generaciones de sacerdotes”, destacó.

Asimismo, recordó que el papa emérito Benedicto XVI había sido muy determinado y transparente sobre estas situaciones que se estaban dando dentro de la Iglesia.

Hay que afrontar los casos con determinación

En los últimos años, la Iglesia católica se ha visto envuelta en casos vinculados a abusos sexuales y homicidios cometidos por algunos de sus clérigos. Ante esos hechos lamentables, explicó Carriquiry, el Santo Padre los afronta con “gran determinación, fuerza y libertad”.

“Yo creo que no hay otra institución que tenga tanta libertad y coraje para afrontar esta situación horrible de sus propios miembros como la Iglesia, y nos da a veces un poco de desagrado el hecho de que haya quienes se aprovechan para levantar el dedo acusador y tratar de condenar a la Iglesia en su conjunto, cuando es una exigua minoría de sacerdotes lo que lamentablemente han cometido y cometen esos abusos”, destacó el conferencista internacional.

Seguimiento a los seminarios

Para evitar que casos como esos vuelvan a repetirse en la Iglesia, es necesario que los obispos y los formadores tengan como prioridad capital, el seguimiento y discernimiento en los seminarios.

“El papa, pensando cómo pudieron haberse dado estos problemas tan graves, está diciendo con mucha claridad que el discernimiento en el ingreso y en el seguimiento de los seminaristas en el seminario por parte de los obispos y de los equipos formadores de los seminarios, es una cuestión capital”, destacó.

En ese sentido, dijo que la Iglesia quiere tener santos sacerdotes aunque sean pocos, pero buenos, “y no como pasó en la primera fase del postconcilio donde tuvimos mucha apertura, crisis dentro de los seminarios, y lamentablemente hubo frutos que no fueron maduros”, expresó.

Indicó que los obispos tienen que considerar a su seminario como a la pupila de sus ojos, y tener un equipo de formadores de seminarios de los mejores sacerdotes de la diócesis.

“Cuando se encuentren con seminaristas que manifiesten problemas o tendencias delicadas, deben tratarlos con mucha caridad y decirles que busquen su camino de santidad por otra vía que no sea la del sacerdocio”, expresó.

Carriquiry manifestó que esas recomendaciones para el fortalecimiento de la Iglesia están contenidas en la Ratio de Formación de los sacerdotes que se ha establecido en el Vaticano, y que el papa Francisco lo está subrayando con fuerza, no solo a los seminarios diocesanos, sino también a los noviciados de las comunidades religiosas.

La Pontificia Comisión para América Latina tiene como función “aconsejar y ayudar a las iglesias particulares en América Latina, y “estudiar las cuestiones que se refieren a la vida y progreso de dichas Iglesias”.

Clérigos que han estado envueltos en los delitos

Durante los últimos 13 años, por lo menos 10 sacerdotes o diáconos dominicanos han estado inmersos en delitos vinculados a violencia sexual y homicidios. Algunos de ellos están tras las rejas. Uno de esos casos que consternaron al país es el Hogar Infantil Católico Francisco Javier, de San Rafael del Yuma en Higüey, que en el año 2005 fue sacudido con el caso de la violación de ocho niñas y un niño, donde están implicados los sacerdotes Cirilo Antonio Núñez y Ramón Antonio Betances y otros tres empleados del albergue. También, en el 2005, el diácono Meregildo Díaz fue condenado a 20 años de prisión tras ser declarado culpable del asesinato de la pareja Yaniris Ruiz Sánchez y Joel Díaz Sarmiento.

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