El museo cuenta con salas que albergan objetos litúrgicos, documentos y una colección de esculturas, entre otras piezas
La cultura de un pueblo mostrada a través de museos es un atractivo turístico que muchos desean conocer. Desde tiempos ancestrales, los desplazamientos por motivos de fervor y devoción religiosa han estado presentes en la humanidad, sin importar sexo, credo o estrato social. Actualmente, miles de peregrinos anualmente realizan estos tipos de viajes a diversos y muy variados santuarios y los motivos que encierran son distintos, como pueden ser: hacer una ofrenda, pedir un favor o por cumplir con una tradición.
El turismo religioso puede representar una oportunidad considerable para el desarrollo de las actividades turísticas, ya que a diferencia del turismo tradicional, este es recurrente en un periodo de tiempo menor y, por lo tanto, resulta ser un turismo más fiel al lugar de visita.
Por ejemplo, Concepción de La vega, es una ciudad que alberga una serie de museos, entre ellos el Sacro, un lugar que exhibe la colección de bienes que la iglesia católica vegana ha atesorado desde los inicios de la colonia y cuyo objeto primordial es mostrar que esta ciudad posee el privilegio de acoger los albores de la evangelización y las primicias del cristianismo en el Nuevo Mundo, explica el ingeniero y también historiador César Arturo Abreu.
“Las piezas que contiene pone en evidencia y resalta las primicias históricas religiosas de la antigua villa de la Concepción de La Vega”, manifiesta Arturo Abreu. Según el historiador vegano, el edificio que hoy alberga al museo, construido en el año 1920 y propiedad del ingeniero Zoilo García, conserva de la construcción original solamente la fachada con estilo ecléctico.
Para el reverendo padre Félix Nova Galicia, presidente del Consejo del Museo Sacro, este espacio deja al descubierto el sueño del ilustre sacerdote y obispo de la diócesis vegana, monseñor Juan Antonio Flores Santana, quien dejó un legado religioso trascendente al turista nacional y extranjero al conservar las piezas que hicieron posible este museo.
Recorrido
El museo cuenta con cinco salas que muestran piezas que datan desde el siglo XVI hasta el XX. La primera sala exhibe objetos litúrgicos del siglo XVI y los procesos de evangelización; la segunda contiene documentos y el retrato del primer obispo de La Vega; la tercera, una colección de pinturas y esculturas; la cuarta, una colección de candelabros, misales y esculturas, y la quinta, elementos de la catedral, construida a inicios del siglo XX, y una galería de las personalidades de la iglesia en La Vega.
Anni Leocadio, guía turística del lugar, explicó que los espacios del museo contienen candelabros, patenas sacras utilizadas en las liturgias, candeleros del siglo XIX, estatuas de santos, como la de San Antonio, la cual es del siglo XX; biblias escritas en latín, recipientes para agua bendita, campanas y esculturas misales.
Durante el recorrido Leocadio mostró una vestimenta y una silla que usó el obispo Francisco Panal Ramírez en 1953 cuando comenzó el obispado, un escudo pintado en tela, un arca eucarística de 1746 en plata y latón. Asimismo, un reclinatorio usado por monseñor Francisco Panal, objetos litúrgicos en bronce del siglo y candeleros del XIX, y un conjunto de sacras que contenían oraciones que eran colocadas en el altar mayor para que el sacerdote la leyera en la misa.
Los turistas que lleguen a visitar el museo también podrán apreciar una importante colección de esculturas y pinturas, entre ellas una obra de estilo barroco elaborada en madera policromada en el siglo XVII de la Virgen del Pilar, dos esculturas del Niño Jesús, uno del taller de San Sulpicio, en Francia, realizado en el siglo XIX y la otra que evoca al Niño Jesús de Praga. Y para aquellos que se inclinan por conocer personalidades que pertenecieron a la iglesia vegana hay un conjunto de retratos en los que se visualiza a Juan Jesús Fabián (Padre Ayala), Padre Manuel María Valencia, Padre Carlos Nouel, Mons. Armando Lamarche, Padre Adolfo Noel y Bobadilla y Mons. Francisco Panal Ramírez.
Proyecto
Esta galería forma parte del proyecto “Senderos de la fe”, que auspicia el Ministerio de Turismo, dice Arturo Abreu.
Comienza en las ruinas de La Vega Vieja, la primera ciudad de América, destruida por un terremoto. Luego, prosigue en el Santo Cerro, considerado “el primer Santuario de América”, donde en 1495 se colocó la Santa Cruz, junto a la iglesia. Más adelante se encuentra, en su etapa culminante, el Museo Padre Fantino Falco, donde se tributa la memoria del misionero franciscano y, por último, en el centro de la ciudad, el Museo Sacro. A esta iniciativa pertenecen otras ciudades como Santo Domingo e Higüey.
