En un abrir y cerrar de ojos, Ozuna disfruta el éxito de una joven carrera que despegó en el 2015 con “Si tu marido no te quiere”.

El cantante, de 26 años, ha ido evolucionando y ganando rango de ídolo de multitudes en países como la República Dominicana, donde acaba de ofrecer un concierto en el Palacio de los Deportes, con un lleno total el pasado sábado. Por esa acogida, prometió cerrar la plataforma musical “Odisea Tour” en el Estadio Olímpico, el 30 de marzo de 2019. Y es que el cantautor, de descendencia dominicana, demostró que se necesita más que un solo sold out para satisfacer a toda su fanaticada.

En un escenario 360, colocado en el centro del recinto, y que permitió la entrada de más de 10 mil personas, Juan Carlos Ozuna Rosado llegó acompañado de siete músicos, un Dj y su familia, abrazando la bandera dominicana y revelando canciones e invitados como el “Rey de la Bachata”, Romeo Santos, quien fue la gran sorpresa de la noche. Además incluyó en su fiesta a Lo Blanquito, Mozart La Para, Goldy Boy (“El final”), Natti Natasha (“Criminal”), Ele A el Dominio (“Balenciaga”), y a Wisin & Yandel (dúo que dejó en el escenario para que interpretara cinco de sus temas, seguido de las colaboraciones “Escápate conmigo” y “Me niego”). “Quiero agradecer por todo lo que me han enseñado. Esos son invitados de quienes he aprendido mucho y me han ayudado a crecer”, dijo en referencia al dúo antes de retirarse.

Al retomar al escenario, luego de Wisin y Yandel, Ozuna aprovechó “Una flor”, compuesta por Omega, y a quien se refirió como “un maestro de aquí (RD)”, para hablar de la mujer y los feminicidios. “Esta es para la mujer. Pienso que es una flor. Atención al feminicidio. Hombres están aplastando a las mujeres, tenemos que cuidarla. Cuando usted quiera maltratar a una mujer piense que salió de una. La mujer es para darle cariño y amor. Ámela y cuídela. Esa es la mamá de nuestros hijos”, destacó. Tras agotar un repertorio de 30 canciones durante dos horas, Ozuna besó el piso del escenario y se retiró sin dar espacio a la típica petición de “¡otra!” y dejando a gusto al público con una producción sin desperdicio.

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