Michel Bizet nació en Jallieu, cerca de Lyon, Francia. Sus primeros estudios humanísticos los realizó en Lyon, donde, desde los 12 años hasta los 17 practicó el dibujo y la pintura. Recuerda que en 1958 destruyó todo lo que había dibujado y pintado y se trasladó a París para aprender el oficio de camarero, llegando a ejercer como tal en los grandes hoteles de la ciudad. Trabajó en la Revista Hair y tuvo su propia cadena de tiendas especializadas en pantalones jeans. Entre 1959 y 1962 acudió al servicio militar y participó en la guerra de Argelia como miembro del cuerpo de infantería de la Marina Francesa. Después de la guerra, Bizet se trasladó a Liverpool para estudiar lengua inglesa, y a finales de los años 60 se estableció en la playa de Saint-Tropez, donde se instaló con un negocio de antigüedades. En 1995 visitó por primera vez la República Dominicana, y al año siguiente se estableció en Las Terrenas junto a su familia.

¿A qué edad comenzó a pintar y cuáles artistas marcaron sus inicios en las artes plásticas?
Inicié muy joven, a los ocho o 10 años. Siempre andaba con un lápiz en la mano. También tuve un encuentro muy importante, con el pintor Pierre Jaquemont, un artista genial y, sobre todo, un gran amigo, que pasaba sus vacaciones en mi pueblo en el sur de Francia; él fue quien me hizo descubrir el arte abstracto. Ese fue el principio de una gran amistad; entre París, Saint-Tropez y Nueva York. Él fue un reconocido representante del informalismo francés y uno de los máximos exponentes de la experimentación con las texturas de la materia en la pintura europea contemporánea.

¿Qué técnica y temática definen la obra de Michel Bizet?
¿La técnica? Solo pintura con espátula, espontánea, sin dibujo ni boceto. Además, desde el principio, tengo en mente la imagen y los colores de la obra completamente acabada. Por lo de la temática, siempre me emocionaron los temas, las imágenes y los colores de la naturaleza.

¿Cuáles colores utiliza mayormente y por qué?
Utilizo mayormente el azul, específicamente ciertos tonos, porque existe una infinidad de azules, como azul prusia, ultramarino, cobalto, azul cerúleo, son mis preferidos…

¿Qué lo motivó a vivir en RD?
Yo tenía un amigo en Saint-Tropez que trabajaba en mi compañía del sur de Francia y vino a vivir a la República Dominicana. Para entonces, decidí visitarlo acompañado de mi familia. Al llegar al país, todos decidimos quedarnos e instalarnos aquí. Fue en 1995 que visité por primera vez la República Dominicana y al año siguiente me establecí en Las Terrenas, donde emprendí proyectos artísticos diversos para el país, Estados Unidos, Europa y Medio Oriente, así como empresas de desarrollo e investigación turístico-ecológica, como el “Parque Las Terrenas”, en cuyo municipio turístico levanté los centros comerciales Casa Linda y Plaza Taína. Actualmente produzco desde la “Fundación Michel Bizet” colmenares para la producción de miel, crema y polen, desde una visión científica y ecológica.

¿Ha influido la República Dominicana en su producción artística?
Honestamente sí; la exuberancia de los colores, de la fauna y de la flora. De repente, yo me encontré con la belleza de los paisajes y de la naturaleza.

¿Tienen futuro las artes visuales en la República Dominicana?
Hay muchos artistas en este país, muchos eventos también y la mayoría son de gran calidad. A mi parecer, muchas cosas buenas están por venir.

¿Cómo surge la Fundación y cuáles son sus objetivos?
La idea de la Fundación Michel Bizet para el Desarrollo y Proyección de las Abejas y la Apicultura en la República Dominicana está vinculada con la compra del dominio en Las Terrenas. Cuando compré el parque yo abrí una pequeña escuela para enseñar a los niños a no tirar piedras a las cotorras. Siempre me ha interesado la botánica. Por la gran aventura con las abejas, el inicio de la Fundación empezó hace cuatro años.

Su última exposición se tituló “Pachamama”, ¿por qué dedicó su muestra a la madre tierra?
Porque es hoy que el hombre debe entender lo grave que es el daño que le hace a la biodiversidad. El hombre debe y se está dando cuenta de que no tenemos un plan B, al no tener Planeta B, la Tierra es nuestro único e inestimable hogar. En esta muestra exhibo una colección de pinturas en las que, desde los ambientes de la Ciudad Colonial, manifiesto mi visión artística crítica y de urgencia como un llamado para que nos sumemos a la ruta y agenda medioambientalista por la sanación de la tierra que está herida por las manos del hombre. “Pachamama/madre tierra” es un reconocimiento a la antigua manera en que los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur nombran el planeta Tierra, simplificando su significado con el nombre de Madre Tierra, la que definen desde su teología panteísta, religiosa y ecológica ancestral, como un ente divino correspondiente al sistema de creencias y de acción ecológico-social de los pueblos andinos.

Tranquilidad
Tengo una vida más espiritual y puedo decir que la pintura es una cosa muy seria. Ahora me siento como si respondiera a una incontenible necesidad de dibujar y de pintar”.

Deseo
Me gustaría que la gente que está interesada en el arte les comprara a sus artistas preferidos por lo menos una obra al año. Hay tantos profesionales que necesitan apoyo”.

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