Por efectos del cambio climático, la temporada ciclónica que hoy se inicia puede ser peor que la del año pasado
Con la tormenta subtropical Alberto, que afectó Cuba, México y parte de Estados Unidos, la temporada ciclónica se adelantó una semana, siendo el primero de entre 11 y 16 fenómenos atmosféricos pronosticados para este año.
Es una consecuencia directa del cambio climático. Y por la vulnerabilidad del país a los efectos del cambio climático, cualquier fenómeno atmosférico que impacte directamente al país sería desastroso, pues de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en República Dominicana el 45.6% de la población se encuentra en la franja de vulnerabilidad con riesgo de caer en la pobreza.
La ruta seguida por las tormentas y huracanes que han afectado al país con mayor intensidad indica que afectan directamente a las zonas donde vive ese 45.6% de la población. Ejemplos de ello son San Zenón en 1930, David y Frederic en 1979, George en 1998, Odette en el 2003, Jeanne en el 2004, Alpha en el 2005, y Noel y Olga en el 2007.
Según el PNUD, todavía el 5.5% de la población vive en condiciones de indigencia, alrededor de 200,000 personas no tienen acceso a la energía eléctrica y el 42.9 de la población del Distrito Nacional vive en barrios vulnerables.
Hay que recordar que en el 2017 las lluvias y los huracanes le costaron al país el 0.84% del Producto Interno Bruto (PIB), afectando, sobre todo, la actividad agrícola, el turismo, el transporte de carga y la construcción.
Entre el año 2000 y el 2017 las estadísticas recogen que 1,306 personas murieron y 130,000 fueron afectadas por desastres naturales.
Entre los 10 más vulnerables
República Dominicana se encuentra dentro de los 10 países más afectados a nivel mundial por fenómenos naturales asociados al cambio climático, de acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Global (IRC) de Germanwatch, un análisis basado en uno de los conjuntos de datos más fiables disponibles sobre los impactos de los eventos climáticos extremos.
Los 10 países más afectados son, en el mismo orden, Honduras, Haití, Myanmar, Nicaragua, Filipinas, Bangladesh, Pakistán, Vietnam, Tailandia y República Dominicana.
Estas clasificaciones se atribuyen a los eventos excepcionalmente devastadores, como el huracán Sandy en Haití y el huracán Mitch en Honduras. Cabe destacar que Myanmar fue muy afectado por el ciclón Nargis en 2008, responsable de una pérdida estimada de 140,000 vidas y de los bienes de aproximadamente 2.4 millones de personas.
El análisis de Germanwatch observa que en términos relativos, los países en desarrollo más pobres son golpeados mucho más severamente. “Los resultados evidencian que los países menos desarrollados y pobres son mucho más vulnerables a los riesgos climáticos. La pérdida de vidas, la emergencia humana y la amenaza existencial también están mucho más extendidas en los países de bajos ingresos”.
Puntos vulnerables
Para el vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático, Ernesto Reyna, el cambio climático afecta a toda la República Dominicana, sobre todo las provincias localizadas en la costa son las más vulnerables debido al aumento del nivel del mar.
Observa que el cambio climático es un factor de influencia cada vez más importante en la probabilidad de ocurrencia de estos eventos y la intensidad de ellos.
Reyna cita el estudio “Puntos críticos para la vulnerabilidad a la variabilidad y al cambio climático en la República Dominicana”, del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, el cual señala que desde el punto de vista de la población las provincias más afectadas son Azua, Barahona, Bahoruco, Peravia, Santiago y Valverde, mientras que por los efectos negativos al turismo se encuentran La Altagracia, Puerto Plata, San Pedro de Macorís y el Distrito Nacional.
El estudio analizó la vulnerabilidad para el sector agropecuario, y precisa que en las provincias Elías Piña, Independencia, Pedernales y El Seibo la producción de alimentos está más expuesta a ser afectada por los efectos de sequía a causa del cambio climático por ser áreas muy secas con cultivos en pendiente elevada y su baja capacidad adaptativa.
Con relación a las inundaciones, el sector agrícola resultó más vulnerable en las cuencas bajas de los ríos Ozama, Yaque del Norte, Yaque del Sur y Yuna.
Con respecto a la disponibilidad de recursos hídricos, Montecristi, Valverde, Bahoruco, La Altagracia, Barahona, Peravia, San Pedro de Macorís, La Romana, El Seibo y el Distrito Nacional presentaron una alta vulnerabilidad.
Temporada peor que la pasada
Debido a la forma en que la tormenta subtropical Alberto afectó Cuba, México y parte de Estados Unidos, los meteorólogos advierten que la temporada de huracanes 2018 en el Caribe puede ser “peor” que la 2017.
En ese sentido, aconsejan a la región prepararse para el periplo que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, pues predicen que la temporada de huracanes 2018 tendrá tres que caerán en el rango de la categoría tres o cinco. La probabilidad de que un huracán toque tierra en el Caribe es de 52%, lo que representa un diez por ciento más alta que la estimación del año pasado.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), de los Estados Unidos, emitió su pronóstico para la Temporada de Huracanes 2018 en el Atlántico, Pacífico Oriental y Pacífico Central, señalando que para la región existe una probabilidad de un 40% de tener una temporada de huracanes casi normal, un 35% de posibilidades de tener una temporada de huracanes por encima de lo normal y solo un 25% de presenciar una temporada de huracanes por debajo de lo normal.
La NOAA indica que para este 2018 podrían formarse entre 10 y 16 ciclones tropicales en el Atlántico, esto incluye el mar Caribe y Golfo de México.
De esos 10 a 16 ciclones por lo menos entre cinco a nueve serán huracanes y de uno a cuatro serán huracanes intensos de categoría 3, 4 o 5. Subraya que el promedio normal para una temporada de huracanes en el Atlántico es de 12 tormentas y seis huracanes.
Entre los nombres que se han escogido para fenómenos atmosféricos de la presente temporada se encuentran Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William.
Tormenta Alberto
Estos sistemas suelen tener un radio de vientos máximos y lluvias mayor que el de las tormentas “tropicales”, de ahí que haya afectado simultáneamente zonas de Cuba, México y Estados Unidos. Sus vientos máximos sostenidos no suelen exceder los 119 kilómetros por hora, aunque en su paso por aguas cálidas esto puede cambiar y llegar a convertirse en tormentas y ciclones tropicales.
Producto de los efectos de Alberto, en Cuba tuvieron que ser evacuadas unas 5,000 personas, y en México cayeron lluvias intensas, principalmente en Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, uno de los principales destinos turísticos del país.
En Carolina del Norte, el presentador Mike McCormick, del canal WYFF-TV de Carolina del Sur, y el fotoperiodista Aaron Smeltzer murieron tras caer un árbol sobre el auto en el que viajaban.
El gobernador de Florida, Rick Scott, tuvo que declarar la emergencia para los 67 condados de su estado, mientras las autoridades de Misisipi autorizaron el despliegue de la Guardia Nacional para hacer frente a los impactos del fenómeno atmosférico.
¿Cómo influye el cambio climático en los huracanes?
Los fortalece. El cambio climático hace que los huracanes sean más fuertes. Conforme las temperaturas del mar se elevan, los huracanes se vuelven más violentos y poderosos, causando daño y pérdida de vidas.
Lluvias más intnesas. El cambio climático está ligado a las lluvias extremas. A medida que el mundo se hace más cálido, más cantidad de agua de los océanos se evapora en el aire. Los huracanes aprovechan esta atmósfera enriquecida en humedad y son capaces de producir lluvias más cargadas, y esto puede resultar en más inundaciones. Tormentas más fuertes. El aumento del nivel del mar causado por el cambio climático aumenta la oleada de las tormentas causadas por los huracanes. Con niveles de mar elevados, las oleadas de tormenta son capaces de moverse más hacia el interior y pueden conducir a un daño más extendido.