Hay quienes caminan, respiran, o reaccionan a diferentes estímulos, aparentemente como todos, en promedio hasta hacen más que muchos, pero realmente eso es pura mecánica, trabajan en automático, interiormente ya no sienten nada, porque se auto indujeron un coma, su corazón es como frío hormigón. Hablan de metas, grandeza, pero su piel no se eriza, su sangre no se revuelve con la ternura; visitan el mundo de la oscuridad para tratar de encender la caverna donde sus emociones fueron secuestradas. Rehenes de un quizá, o de un tal vez mañana que no está programado en ninguna agenda, dejan para “mañana” el miedo que deben enfrentar hoy, dejan el amor colgado detrás de la puerta tal cual jeans usados. Despierta, la vida es dura, pero el amor es la armadura.

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