“Loro viejo no aprende a hablar” reza un dicho popular, con lo que quiere decirse que con la edad perdemos la capacidad de aprender, lo cual se repite de costumbre y así lo creemos. Pero esa actitud hacia la edad habrá que cambiarla pues, como señala un filósofo y pedagogo español llamado José Antonio Marina, vamos hacia una sociedad en que el aprendizaje deberá ser de por vida, si queremos sobrevivir. Tendremos que hacernos a la idea de que los mayores pueden aprender y a la de una mayor mezcla intergeneracional en aulas y puestos de trabajo. Cambio tecnológico inminente y más larga expectativa de vida obligan a revisar el patrón establecido de formación, trabajo y jubilación, sostiene Marina.

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