Cobertura en salud y educación mejora pero calidad es baja

El representante residente del Banco Mundial en el país, Alessandro Legrottaglie, afirmó que a pesar de la mejoría en las coberturas de educación y salud, la calidad de ambos servicios sigue siendo un desafío urgente.

El representante residente del Banco Mundial en el país, Alessandro Legrottaglie, afirmó que a pesar de la mejoría en las coberturas de educación y salud, la calidad de ambos servicios sigue siendo un desafío urgente.

En el caso de la educación, el ejecutivo del organismo internacional justifica su afirmación en el bajo desempeño obtenido por los estudiantes dominicanos en las pruebas Pisa y el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE) elaborado por la UNESCO en el 2013.

Durante su disertación “Reforma Fiscal en República Dominicana: Hacia un crecimiento más inclusivo”, en la tertulia organizada por la Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH), Legrottaglie destacó un aumento significativo de cobertura del seguro de salud desde 2007 con casi el 70% de la población en 2016 y un 100% de cobertura para los pobres registrados en el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben).

Dijo que si bien es cierto que el país logró reducir la tasa de mortalidad infantil de 47 por mil nacidos vivos en 1990 a 25.5 en el año 2016, en la región de Latinoamérica la tasa es menor a 14.9 por mil nacidos vivos.

Sostuvo que el gasto en el sector salud está concentrado en servicios curativos y hospitales, comparado con la baja inversión en el cuidado primario y salud colectiva.

Disparidad

Agregó que el crecimiento “vigoroso de la economía” dominicana, uno de los más grandes del mundo por 25 años, ha estado acompañado de un desempeño “dispar entre empresas y sectores”.

En ese esquema han existido “bajos niveles de encadenamientos entre la IED (inversión extranjera directa) y las empresas locales, lo cual limita el potencial de aprendizaje”, de acuerdo con el representante residente del Banco Mundial.

Dijo que hay enclaves de alto crecimiento”, como las zonas francas y el turismo, pero estos están “desconectados de la economía local”.

Esa desconexión, agregó Legrottaglie, “limita la participación de las empresas y trabajadores dominicanos en cadenas de valor competitivas”.

Indicó que la pobreza y la desigualdad han disminuido en los últimos 10 años “y el crecimiento económico ha sido ligeramente pro-pobre en la última década”.

Expuso que la mayor reducción de la pobreza se tradujo en crecimiento de clase media con “inequidades espaciales considerables y persistentes y potencial para una mayor movilidad socioeconómica”.

Sin embargo, resaltó que el mercado laboral no compensa adecuadamente a los trabajadores.

El representante residente del Banco Mundial explicó que la pobreza disminuyó rápidamente en el período 2014-2015 con contribuciones importantes del ingreso laboral. “El ingreso laboral (empleo y salarios) explica la mayor parte de la reciente reducción en pobreza, pero su contribución fue pequeña en años anteriores”, expuso.

Deficiencias en materia de alcantarillado sanitario

Durante su exposición, Legrottaglie también deploró que las ciudades dominicana carezcan de alcantarillado sanitarios por lo que las aguas negras son vertidas al subsuelo y a las playas, produciendo contaminación causante de enfermedades gastrointestinales lo que consecuentemente puede afectar la actividad turística del país. Asimismo, refirió que existen grandes inequidades espaciales en la cobertura de agua y saneamiento. Mientras el 20% más pobre tiene cobertura de agua potable mejorada de 48.9%, el 20% más rico excede el 91%.

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