¡Como águilas!

De manera clara y exquisita en 1ra. Corintios 13 San Pablo dice: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.”

De manera clara y exquisita en 1ra. Corintios 13 San Pablo dice: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.” Un niño es alguien que durante el trayecto hacia sus primeros pasos se cayó decenas de veces antes de enderezarse y nunca pensó “me he caído tantas veces que no lo intentaré más”; su infantil decisión fue vivir erguido, crecer, porque mentalmente él era como un águila aunque sus pies se movían como patito. Dejar lo que es de niños implica dejar de ver el mundo como el mundo quiere, creer y alzar la mirada sobre el horizonte que traza su voz, y remontarnos sobre el eco de sus alas, ¡hacia una conquista sellada!

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